Capítulo 38: Revelando un lado secreto.

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Capítulo 38: Revelando un lado secreto.

【Zion】

Al momento se abre estruendosamente la puerta asustándome, escondo ágilmente el escarpelo entre mis dedos, el tercero se acerca a mí con una cara de pocos amigos y me mira inquisitivamente.

—Nuestro Jefe dice que no te desaparezcamos... Aún no, así que disfruta tu instancia aquí, cazzo. — La última palabra que dijo está en otro idioma, lo que recuerdo cazzo es carajo, pero no recuerdo que idioma era.

«Malvadamente, solo guarda recuerdos con la familia, todo lo que he vivido y a Paulette.».

Desilusionado, sigo buscando en mi mente tantos idiomas que sé, creo que sé al menos cinco, ya que en mi infancia me obligaron a estudiar idiomas y era divertido insultar a las de servicio en francés. Dejando eso de lado me enfoco en dormir, tengo que estar activo para lo que viene.

【Paulette】

Pareceré masoquista, sí, me importa no, he preguntado a cada persona de la Universidad, a cada guardia de seguridad, al directivo de la Universidad y nada que doy con el paradero de Zion.

Lo único que sé de él es que iba a una fiesta la noche que desapareció y lo que dijo Alba "Él no volverá pronto". He querido encararla, pero no la conseguí, también ha desaparecido, le pregunto a las chicas y nada, es como si se la hubiera tragado la tierra.

Sigo investigando junto a Zack que me habla de vez en cuando y sospecho que él es el chico con que atraparon a Carson, pero eso ahora no me importa.

También he evitado estar a solas con Danilo, por la preocupación que cargo por la situación de Zion, estando con Alma y Alish, ha venido y se ha sentado, pero siempre invento una excusa tras otra para evitarle.

Ahora estoy de camino para sacarle una copia a los documentos del profesor Taron, que es de la cátedra de economía, todos los pasillos están solos y me confundo entre las puertas del área noreste de la Universidad, ya que son casi iguales hasta que doy con la oficina de fotocopiado.

Al entrar me encuentro a Danilo, de inmediato me voy.

—¡Hey! Buenos días, Pau, ¿Cómo estás? — Me saluda efusivamente, cierro los ojos y maldigo para mis adentros, con la carpeta entro y doy una de mis mejores sonrisas forzadas, por fortuna no sé da cuenta que es forzada, amargamente me siento al lado de él, ya que esperamos que él escanee y saque copia a una pila de documentos.

Pasan los momentos más incómodos de mi vida, aparte de verle los senos a Amanda, respiro y abro la boca para romper el hielo, pero él se adelanta.

—¿Qué te hice? Porque ya no es igual. — Veo que tiene las manos en sus rodillas apretando el pantalón y sonrió de lado amargamente.

—No eres tú, la culpa la tengo yo, como dice mi abuela de buenas a primeras y eso fue lo que paso contigo. — Me excuso sin poder verle a la cara, nervioso tiro por accidente los papeles del profesor Taron, me lanzo al piso, empiezo a recoger los papeles, él también lo hace y nuestras manos se encuentra, como típica escena romántica de telenovelas.

Eso no funciona y sigo recogiendo me siento cruzando mis piernas y mis brazos aferrando la carpeta a mi pecho.

—¿Gracias? — Suelta con sarcasmo.

—Gracias. — Respondo cortante.

—Mira, creo que es mejor que terminemos esta relación ya no es beneficiosa ni para mí ni para ti. — Le miro seriamente, solo se echa a reír. Frunzo mi ceño extrañada.

—Oh, amor, eso es mentira, ahora no puedes terminar conmigo. — Ridiculizada lo miro con furia.

«Él, qué se pensó, si yo quiero termino esta broma de una vez, la termino.».

El chico de la habitacion 04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora