Capítulo 19: Tu chico malo de confianza II.

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Capítulo 19: Tu chico malo de confianza II.

【Zion】

—¿En qué podemos ayudarte Sam? Pregunto ya intrigado por la curiosidad. Me pongo las manos en mis caderas esperando una respuesta. Ella intercambia una mirada con Zack, pero este ni se inmuta.

—Te acuerdas de la chica que le escribiste una carta con tu nombre en la fiesta. — Lo dice muy disimuladamente omitiendo así las partes...

«No decentes por así decirlo.».

—Por supuesto. — Asiento profundamente la cabeza recordando aquella fatídica noche.

«Que hasta le dije ama a mi madrina.».

—Bueno, como agradecimiento de tu carta, quería invitarlos a los dos, a una fiesta que se va a hacer esta noche en la casa de Jack Duncan. — Suelta con confianza, al decir ese apellido se me hace familiar, miro a Zack y este ha quedado embelesado por la belleza de Sam, le doy un codazo disimuladamente y él reacciona, me ensaña una mirada filosa la cual no me importa.

—Si nos encantaría ir por favor danos los datos que estaremos allá. — Acepto repentinamente, ella, lejos de estar sorprendida, está contenta, asiente rotundamente.

—Bien, a las 10:45 p.m., es elegante, así que por favor usen ropa formal y... (Me entrega una dirección en un pequeño pedazo de papel que estaba escribiendo mientras nos daba algunas indicaciones) ... Aquí está la dirección de la casa de los Duncan. — Nos dedica una sonrisa con pequeños saltitos, se retira. Zack suelta un gran suspiro por lo que hago una mueca con la cara de "¿Qué te pasa?". Solo se limita a verme con decepción.

—¿Te la quieres coger? — Pregunto con descaro.

—Eso no se pregunta... Pero sí. — Yo, lejos de entender la decepción de Zack, empieza a caminar solo le sigo.

«Quizás ella está interesada en mí y él está interesado en ella. No obstante, todo el mundo se jodió porque a mí me interesa Paulette.».

Con los pensamientos inundados por aquella bella dama siento como me jala del brazo bruscamente, termino en una sala totalmente oscura y pequeña.

Huele a detergente y desinfectante por lo que deduzco que estoy en el almacén del conserje, empiezo a tocar a mí alrededor como loco. Hasta que doy con una figura femenina, su respiración se escucha agitada. Por lo que resoplo, pensando que quizás solo sea otra fan enamorada de mí.

—Prende la luz. — Le ordeno con palabras firmes. Se escucha como jalan de la cadena, encendiendo el bombillo. Cegado por la luz, pongo una mano en mi rostro, al ajustarse mis ojos a la poca claridad. Observo con detenimiento a la mujer descarada que tuvo el valor de jalarme hasta acá.

—¿Carson? — Digo ridiculizado.

Jamás me esperaba que fuera la Santa de las biblias gordas, la profesora que no se metería en este tipo de lío. Esto me lo esperaría de Rosswell, la asalta cunas, no obstante, nunca de Carson.

—¿Te prendí tanto como para qué me secuestrarás? — Casi de terminar mi oración me tapa la boca con su mano, así que le muerdo la palma, ella solo suelta un quejido.

—Sí. — Se limita a decir, yo arqueo una ceja, me cruzo de brazos.

—Perdona, pero no me prende las viejas. — Indignada me pisa el pie, ahora soy yo quien se queja del dolor. Se escucha como giran la perilla, los dos nos quedamos petrificados esperando que no sea el conserje, por fortuna es Zack, el cual entra.

—Bro, ¿dónde estabas?, Te me desapareciste. — Guardándose las risas, me interroga por obviedad, no respondo fastidiado. Ruedo los ojos.

—Me dijiste que te encargarías de todo. — Le replico a Zack.

El chico de la habitacion 04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora