Capítulo 41: Juguitos de manzana.
【Paulette】
Secándome con mi toalla llego hasta mi armario escogiendo un atuendo simple, mi ropa interior azul oscuro, un sostén al azar del cajón, un top de mangas larga de color vino, y unos pantalones cómodos de color negro y en los pies los miro indecisa opto por unas medias del mismo color del pantalón.
La verdad que debo buscar un suéter grueso porque el frío aquí en Noruega va en aumento, como lo diría mi profesor de Química de preparatoria, es que la temperatura va disminuyendo y el ambiente frío aumentando.
—No creo que salga de mi habitación por hoy, con tanta tarea que cargo creo que estaré ocupada todo lo que resta del día. Voy por mis libros y libretas, me siento en el escritorio a resolver rápidamente todas las tareas y en menos de dos horas término todo.
Pensé que esto me tomaría más tiempo, pienso que el ser la hija de unos de empresarios más exitosos de Oslo, me ha ayudado a desarrollar la inteligencia matemática, y esto lo pongo en prueba siendo buena en todas las materias que tienen que ver con números.
Por algo asesoro a mis compañeros en mis ratos libres, esta sería una oportunidad para mí en presentar algún tipo de extraordinario para ya pasar estas materias.
Con los pensamientos llenos de cálculos, siento que la cabeza la tengo pesada, así que voy a la cocina por mis famosos juguitos de manzana que levantan hasta a un muerto.
Esta es una fascinación que tengo desde la edad escolar, mi madre nos compraba las cajas de juguitos y nos las colocaba en la nevera, como siempre hemos tenido una cocina muy espaciosa, pues mi madre utiliza dos neveras.
Y un congelador vertical para poder realizar las compras de la casa por un mes, todo lo que nos consumimos entran en esos tres electrodomésticos.
Yo creo que los juguitos me levantan solo a mí, «¿O ese dicho era con la sopa?, Nah para esto también funciona.».
Bajo cuidadosamente las escaleras para no resbalar y caerme, ya que llevo medias, llego sin mucho esfuerzo a la cocina, miro otra vez la nevera y chasqueo los dientes.
— ¡miércoles!, tendré que comprar una nevera para mi habitación, puesto que se la pasan robándome los jugos, aunque les ponga mi nombre. — Frustrada, agarro todos mis juguitos que en total son como unos 8 y los llevo desesperadamente a mi habitación, subo las escaleras, sin embargo, estando en el segundo piso, escucho una discusión muy fuerte del otro lado del pasillo.
En vez de ir hacia la derecha donde queda mi habitación voy hacia la izquierda porque la casa se divide en dos alas, este y oeste, por supuesto yo soy oeste, pero voy caminando por las habitaciones que están en el este, viendo sus números.
—08... 09... 10...— Musito para mí, llego hasta la diez y supongo que esta es la de Alba porque una vez Alma tenía que recoger algunas cosas acá, pero estábamos borrachas, así que no recuerdo bien.
Pongo mi oído cerca de la puerta y escucho efectivamente a Alba discutiendo con un hombre.
—Si me busca y, ¿Qué? — dice ella y me quedo escuchando porque me fascina vivir un chisme.
—Tenemos problemas porque probablemente sepa que esté trabajando contigo. — La voz no sé me parece familiar.
—A mí eso no me interesa. — replica la estúpida de Alba.
—Tan superficial como siempre jamás piensas en esos pequeños detalles que... Se vuelven problemas gigantescos. — este hombre está claro con quien está tratando
—Aja, solo cumplo mi parte como acordamos. — mírala a ella, se está lavando las manos.
—Pero lo que no entiendes es que debes hacer más, ¡Verja!, nadie puede saber que tengo a Zion encerrado. —
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El chico de la habitacion 04
RomancePaulette Baudelaire. Chica normal, con una vida normal. Sin embargo, tiene una de las familias más poderosas en Noruega, la cual la motiva zafarse de la sombra de su apellido y crear su propio camino y reconocimiento. Sin importar quien se le ponga...