Capítulo 31: La embarrada.

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Capítulo 31: La embarrada.

【Zion】

No quiero pensar en bobadas como está esto es puro para fastidiar y joderle la existencia a uno.

—Alba. Me mira fijamente, yo me paso una mano por mi cabello, suspiro exageradamente. Sin saber cómo contestarle en este momento me froto los ojos con las palmas de mis manos, aun no creyendo lo que me acaba de decir Alish.

—Joder, pero me lleva, ¿Por qué tienen que embromar estos hijos de la grandísima...? (Me interrumpe) ...

—Shh... Lo sé, lo sé, no quería decirle nada a Paulette para no arruinar su "relación" con Danilo. — Está totalmente nerviosa y se empieza a comer las uñas, yo, por otra parte, estoy muy decepcionado, jamás imaginaria esa movida de ambos.

Solo tomo dos respiraciones antes de reflexionar que voy a hacer o como quizás aborde esto, quiero ayudar. No quiero quedarme de brazos cruzados y a esperar que lastimen a Mi mujer con sus estupideces.

—¿Hacemos algo al respecto? — Le pregunto indeciso, me paso la mano por mi cabello, tomando aire, calmando mis ansias, ya que mi mente va a millón con mil ideas de como matarlos a los dos.

—El Gran Zion me pregunta a mí qué hacer? — Suelta con descaro, por lo que le lanzo una mirada filosa.

—Claro, si soy El Gran Zion y a veces necesito ayuda porque si ya no tendrás hermana ni Paulette tendrá novio. — Aclaro levantando ligeramente mi tono de voz, tomo una postura más seria y sigo caminando ya ni recuerdo que era lo que tenía que hacer antes de que todo esto sucediera.

—Debemos idear un plan para que la misma Paulette los descubra. — Propone una voz que irrumpe en mis pensamientos llenos de ira, volteo y claramente es Alish, su propuesta no es tan mala por lo que asiento.

—Buena idea, mira, hablamos más tarde... Creo que tengo que aclarar las cosas con alguien. — La dejo con la palabra en la boca, me alejo rápidamente, necesito aclarar mi mente, para pensar con cabeza fría cuál será mi siguiente movimiento.

Camino por todo el campus como un puto loco, con las manos en los bolsillos de mi pantalón sigo reflexionando una y otra vez en el corazón de Mi mujer.

«¿Qué haría si se enteraría de que su noviecito la está engañando con su amiga?».

«Necesito conseguir su número de teléfono.».

Todo ese tiempo de habernos conocido, besado, odiado, peleado y de amarnos no le he pedido su número telefónico.

«¡Ay!, pero qué idiota.».

Pienso de manera rápida donde puedo conseguir su número sin preguntárselo a nadie, no quiero que nadie sepa que la necesito contactar. Tal vez en la oficina de administración de documentos de los estudiantes.

Pongo en marcha el plan malévolo que en vez de ser un plan es tomar decisiones al azar sobre la marcha y esperar que no me atrapen.

Camino sigilosamente por los pasillos de la Universidad, que a esta hora no hay casi nadie porque es horario de clases, clases que me vale verja. Estoy en el ala noreste de la Universidad donde se encuentran las oficinas administrativas.

«Bingo.».

Encuentro la oficina administrativa que resguarda todos los documentos, atentamente pongo mi oído en la puerta para escuchar si aún hay alguien allí.

Espero unos segundos y no se escucha nada, por lo que entro, al ver quienes están en el escritorio abro los ojos como platos y me empiezo a reír a carcajadas muy sonoras.

El chico de la habitacion 04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora