Capítulo 27: Pasando de sobria a ebria.

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Capítulo 27: Pasando de sobria a ebria.

【Paulette】

Después de muchas súplicas y amenazas logré convencerlo al fin de cuentas, no tiene ninguna razón por la cual celarme, ahora eso se lo tiene que guardar para cuando conozca a...

—Bien querida, solo venía a ver como estabas. — Se excusa con la mentira más falsa, le observo con una filosa mirada a la cual reacciona, se disculpa y se aleja.

—No quiero hablar mal a sus espaldas, pero tu padre es muy celoso, sin motivos. — Los dos vemos como su silueta se pierde entre la multitud, solo asiento rotundamente concordando, así que es cierto.

—Mira, al parecer nuestros hermanos se la llevan bien. — Suelto sin descuido al ver que ellos aún siguen bailando abrazados después de dos piezas seguidas.

—Me imagino que tu hermana le debe de gustar mucho a mi hermano. — Lo dice con mucha picardía, al verlos si se nota que Amber le interesa mucho al hermano de Gilbert. Dado que me la ha pedido mientras bailaba con ella.

—¿Nos sentamos? — Propongo, con una sonrisa y me extiende la mano, la agarro y nos dirigimos hacia unas sillas vacías que están del otro lado al salón, al atravesarlo nos ofrecen más champagne roce, la cual aceptamos de inmediato.

—Dime a qué se dedican tus padres. — Dice con confianza la cual me sorprende porque se había mostrado al margen hasta ahora, frunzo los labios y achico un poco los ojos, él nada más mira la gente bailar.

—Son dueños de exportaciones de vino y de varias empresas que hacen vinos aquí en Noruega. — Solo me limito a decir lo que hacen porque algunas veces han tenido roces con varias compañías exportadoras.

—Ah... Mis padres son dueños de embarcaderos... Quizás nuestros padres se conozcan. — Asentimos convencidos de esa posibilidad.

Seguimos bebiendo, charlando y riendo, sin embargo, empezamos a hablar sobre nuestras parejas y el ambiente se pone melancólico, en un acto de desesperación lo llevé a la pista para bailar nuevamente.

—No quiero que a un amigo que hace poco conocí este triste. — Le susurro en su oído tiernamente solo nos movemos de un lado a otro.

—Pero quiero desahogarme, ¿Puede ser? — Interroga de manera neutra sin mirarlo, le digo que sí.

—Bueno, últimamente nos hemos distanciado y hemos hablado de eso, sin embargo, nada cambia, solo no sé si terminar la relación o salvarla. — Me expone con una leve tristeza en su tono a lo que yo solo puedo pensar en consolarle.

—Si no se vuelve tóxica la relación, si aún se aman como en el principio... ¡Sálvala!... Pero si es todo lo contrario ya sabes qué hacer. — Ante mis palabras me abraza, a estas alturas ya estamos ebrios, con poco sentido común recibo su abrazo.

Ese champagne roce nos dejó más ebrios que cualquier vino tinto que he probado. Solo disimulamos que no estamos ebrios bailando, me muerdo el labio al recordar querer bailar así con Zion, la vez que nos encontramos en la casa de Danilo, aunque fuera momentáneo fue mágico.

Una lágrima se desborda de mi ojo izquierdo, me lo seco, pero Gilbert se dio cuenta, me mira preocupado.

—¿Qué sucede? — Masculla en forma de pregunta en mi oído, ladeo la cabeza, tratando de sacar mi mente Zion, ya que tengo a Danilo, pero no es lo mismo.

—Es que estoy en un malvado triángulo amoroso. — Me confieso sin guardar el mínimo sentimiento de arrepentimiento. Solo hay silencio de su parte y de igual manera sigo reprimiendo estos sentimientos negativos que han salido por la borrachera.

El chico de la habitacion 04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora