Capítulo 39: Tendiendo de un hilo.
【Zion】
—Malvada sea. — Llevo como tres días aquí, los cuento por la grieta del techo, me han dado más golpe que a aún saco de boxeo.
Miro al piso donde se encuentra casi toda mi sangre y a veces me han desatado solo para alimentarme con una pasta rancia y con una salsa verde que sabe a guacamole que lo han puesto debajo al sol por dos días con una pizca de uñas de pies.
«Así de mal sabe.».
Una y otra vez me hablan de su jefe, que su jefe esto, que su jefe lo otro, que aún no he muerto, porque su jefe lo prohíbe, ¡miércoles!, si quieren tanto a su jefe los voy a acabar yo mismo y a enterrarlos juntos.
En estos días los golpes han cesado un poco, ya que ellos también salen heridos por golpe a mano limpia. Aún sigo completo, lo único son mis costillas que es un infierno de dolor, mientras más golpes me dan en el abdomen más débil me siento, he estado usando la hojilla para romper la soga que está muy gruesa y solo he cortado unos cuantos hilos.
Por como ellos trabajan me he dado cuenta de que vienen como a las 6:00 am. A maltratarme y todo eso, se van a las 6:00 pm.
Entonces si tengo alguna oportunidad de escapar es en la noche, sin embargo, siempre hay uno de ellos custodiando la única entrada, día y noche, no sé cómo me las voy a ingeniar para distraerlo y escapar.
—Toma idiota. — Me patean el plato que contiene la pasta rancia con la salsita verde esa, pero esta vez tiene una nota arriba, viene el segundo y me desata, ahora no puedo atacar porque esto muy vulnerable, tomo nada más la nota, ya que la comida esta vez huele peor, como a más pies de atleta.
Lo que me quita el apetito, la abro y está tiene una letra cursiva.
"Solo espera lo peor querido Zion, no te rematan porque te necesito vivo idiota, espera que mande a una conocida para que te visite".
El jefe.
Me hierve todo el malvado linaje, quién rayos es "El Jefe", por qué se atreve llamarme querido. Rompo la nota en mil pedazos y recibo un golpe en la cara que desencaja mi mandíbula, yo mismo me la pongo en su lugar para luego que me amarrarme de nuevo a la silla.
—Eso es por maleducado, El Jefe escribió para ti y así le pagas... (Me escupe) ... Qué imbécil, ahora te quedas sin comer. — El segundo se va y me dejan otra vez solo, miro hacia la malvada comida y se ve más asquerosa que las otras veces. Tengo hambre y quiero uno de esos juguitos de manzana de Mi mujer, suspiro cuando suena ruidosamente la puerta dando paso a una figura femenina la cual se me hace muy familiar, nada más que no la logro ubicar porque la luz del sol es muy cegadora para mis ojos que han estado expuestos a poca luz estos días.
—Por favor déjenos a solas. — Pide, esa voz, esa voz es la de Alba, pero qué rayos el jefe trabaja con Alba.
—Uff, recíbeme mejor que con esa cara de desprecio tuve que venir desde la Universidad y para venir acá son 4 horas. — El tercero le coloca una silla al lado la cual se sienta, frente a mí. Me extiende un juguito de manzana de Mi Mujer y la miro enloquecido pensando lo peor.
«¿Le hizo algo?, ¿La lastimo?, porque si es así juro por lo más sagrado del mundo que no me va a importar que sea una mujer, la voy a mandar a desaparecer.».
—Cálmate no le hice nada, solo le robé esto para ti, sé que mientras peleabas conmigo bebías esto como loco, así que quise hacer un acto de fe y traértelo. Si no lo tomas entonces le haré mucho daño a Paulette. — Me lo pone más cerca, pero me encojo de hombros.
—¿Cómo lo agarro si estoy amarrado? — Interrogo irónico, ella solo me lo acerca a la boca con mucho desagrado, acepto, en el fondo este juguito calma mis ansias, por lo tanto, mi hambre y me recuerda porque tengo que salir de aquí ya.
Lo termino en un dos por tres al hacerlo, tira el envase a un lado y la miro mal, ella refunfuña, lo agarra para después tirarlo en un bote y regresar con mala cara, se sienta y me mira con lástima.
—Qué mal que tengas que pasar por esto, tal vez les diga a los tipos de... nada. — Cierra esa malvada boca que ahora tiene que estar abierta para que me diga para quién trabaja estos idiotas para desaparecerlos a todos.
—Alba, dime quién está detrás de todo esto aparte de ti. — Le ordeno, pero ella ni se inmuta, mi frustración aumenta más y más. Hasta que intento pararme aún amarrado la silla con la intención de asustarla, ella se espanta y los otros dos se acercan, pero yo me vuelvo a sentar normalmente. No necesito golpes, ahora necesito la verdad, ¡Maldita sea!
—Lo único que te diré es que quizás lo conozcas, quizás no, no lo sé. — Sonríe sádicamente, lo que me lleva a pensar que quizás lo conozca, ya que empezó con esa frase, lo último es para confundirme, pero quién carajos quiere herirme de esta manera.
—Bueno debo irme...—
Suena su teléfono, lo que nos alarma, se para y camina nos cuantos metros de mí y atiende la llamada.
—¿¡Qué!?, ¿Te digo eso? — Empieza a balbucear y como Alba es Alba armará gran escándalo por las cosas que no se gusta, presto mucha atención a lo que dice, posiblemente me ayude a dar con la identidad del "jefe". Escucho atentamente mayormente solo son balbuceos sin sentido.
—Ella, quiso ¿¡Qué!?, lo está buscando, ¡No puede ser!, si es malcriada. — Suelta indignada.
¿Quién está buscando a quién?, no entiendo qué rayos dice esta mujerzuela chillona jamás debí hacer un trato con ella, si quería esa habitación debí expropiármela sin excusas y ya, pero a mí también me gusta meter y sacar allí voy yo a decir acepto.
«Qué inepto.».
—Solo entretenla más, seguramente quiera hablar conmigo para saber dónde está él. — Lo último llama mucho mi atención, ¿Dónde está él?, ¿Yo?, si claramente soy yo, de eso no tengo duda.
Pero ¿Quién quería preguntarle a Alba donde estoy yo?, a ver vamos sigo pensando y se me viene alguien a la mente, sonrió por solo pensar en la posibilidad de que Mi mujer me esté buscando, miro a Alba la cual cuelga y se acerca a mí.
—Tengo que irme más rápido de lo que creo...
—¿Quién está buscando a quién? — Le hago una pregunta capciosa, espero no subestimarla, me mira y sonríe ingenua, chasquea los dientes y se acerca a mi rostro.
—Paulette te busca a ti. — Suelta con ingenuidad ha caído redondita en mi trampa, sonrió satisfecho al saber que Mi mujer me está buscando, aún no sé si Alba le dijo la verdad, pero si me está buscando es porque aún me quiere y eso me hace muy feliz.
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El chico de la habitacion 04
RomancePaulette Baudelaire. Chica normal, con una vida normal. Sin embargo, tiene una de las familias más poderosas en Noruega, la cual la motiva zafarse de la sombra de su apellido y crear su propio camino y reconocimiento. Sin importar quien se le ponga...