Capítulo 59: Dónde se revientan las cosas.

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Capítulo 59: Dónde se revientan las cosas.

【Paulette】

Hoy se cumplen dos semanas desde que Zion ingreso al hospital, es el plazo requerido para que saliera de ese edificio y lo van a llevar a su casa.

En estos momentos estoy exponiendo un proyecto final para terminar por este semestre la cátedra de Rosswell, solo falta medio mes para terminar este semestre, supongo que pensé mal al deducir que Zion volvería a la Universidad a tiempo para terminar este semestre.

Ni modo espero que su mamá Erín hable con los profesores para que acomode el asunto con Zion y sus estudios.

Voy saliendo de la Universidad con mis libros en mano camino superemocionada por ir por primera vez a la casa de Zion y que me presente su familia.

Ya que voy a aprovechar el chance con Erín mientras que lleva a Zion, me coló en el auto y así llegamos juntos a su casa.

Llego a la casa de la fraternidad, subo por las escaleras y voy directo a mi habitación, pero antes le doy un pequeño beso a la puerta de la habitación 04, voy a mi puerta algo en mí, se extraña, ya que está entrejuntada.

Empujo y entro con cautela suspiro porque observo que no hay nadie, escucho unos sonidos provenientes de mi baño.

Recibo toda mi habitación y consigo un gancho de ropa el cual deformo para que sea más peligroso si me toca a atacar a alguien.

Pongo mi mano en la perilla y abro la puerta de golpe, me alejo nuevamente al ver la terrible escena que presencio. Unas ganas inmensas de vomitar me abarcan así que retrocedo un poco, no obstante, el sentido de ayudar me impulsa y entro en mi baño donde está Alba con lesiones en sus muñecas.

—Malvada sea, Alba, a ti sí que te gusta llamar la atención. Mal digo mientras que me quito la chaqueta del uniforme y con una tijera rompo la manga la cual amarro con fuerza a su muñeca para detener la hemorragia.

—¿Sabes? No tienes que hacer esto. — Masculla con un tono muy sacado de onda, la ignoro mientras que corto la otra manga para cubrirle la otra muñeca.

Me levanto y voy hacia mi habitación, tomo el teléfono y marco al 911, en el tercer tono contestan.

—Operadora: 911, ¿Cuál es su emergencia? —

—Si tengo una... emergencia, una compañera se lastimó las muñecas y...—

Siento como un brazo me acorta la respiración, intento luchar, pero las fuerzas se me están yendo por la falta de oxígeno y estoy siendo arrastrada hacia el baño.

Me tiran en la ducha y con desesperación mis pulmones se llenan completamente de aire. Me levanto tambaleante, miro al frente y está Alba con un instrumento cortante.

—Aléjate de mí, malvada. — Advierto, ella se ríe una y otra vez para luego mirarme y tronarse el cuello...

—¿En verdad pensaste qué te dejaría con mi Zion?... No... No... No... Esta no es la primera vez que intento desaparecerte una noche fuiste a la cocina y te estaba sofocando y como pudiste te zafaste de mí, Estás muy equivocada, malcriada, jamás permitiría tal cosa. — Declara mientras que se acerca peligrosamente y por instinto retrocedo topándome con la pared fría de la ducha.

Unos escalofríos calan en mi cuerpo y mi pulso va a millón, solo pienso en que nunca debí ayudarle, siempre está loca y siempre lo estará.

—¿Sabes por qué no puedo permitir qué estés con él? — Interroga como si yo tuviera todas las respuestas del mundo. Me quedo en silencio mirando al suelo.

El chico de la habitacion 04Donde viven las historias. Descúbrelo ahora