Capítulo 47: A ponernos las botas que entramos a la guerra.
【Paulette】
En las calles nos vamos a un Centro Comercial, según Alish, aquí en Trondheim son los mejores Salones de Belleza de toda Noruega, confiando llegamos a uno muy acogedor, ambientación de colores claros y pálidos, casi todas son mujeres que ríen bebiendo zumo exceptuando algunos chicos.
—Buenas tardes, ¿En qué se les puede servir? Pregunta una señora que porta un traje obviamente de mujer, de color azul pistacho, con un solo mechón de canas, la que delata que es su cabello natura y al sonreír se les marca algunas líneas de expresión dando a entender que tiene más de 40 años.
——Un servicio completo. — Suelta Alish adelantándose, me preocupa algunas cosas sobre el "servicio completo", por eso, tomo valor y le miro a los ojos a la mujer que tengo en frente.
—¿Qué contiene exactamente un servicio completo? — Interrogo dejando perpleja a la mujer para después echarse a reír sin remedio, desvió la mirada.
No es primera vez que vengo a un salón de belleza, antes lo he hecho con mi madre, solamente es que fue hace mucho tiempo, estaba más joven y solo me arreglaban las uñas de las manos y pies.
—Aquí un servicio completo consta, de manicura, pedicura, peluquería y depilación. — Al decir cada cosa las puntualiza con sus dedos, todo estaba bien hasta que dijo depilación. Suspiro algo nervioso, se puede ver raro que una chica de familia billonaria jamás se haya depilado, Amanda me ha invitado a ir con ella a sus sesiones de "Podar el césped" como lo llama ella que básicamente es depilarse, cuando vamos ella entra a un cuarto y los gritos que salen de allí no me confían mucho.
De allí que le agarre idea a la depilación.
—Vamos yo pago. — Me alienta Alish, ya en un callejón sin salida accedo asintiendo, la mujer se emociona y nos lleva a unas sillas supergigantes donde ponemos los pies en agua y las chicas que está por así decirlo a nuestros pies los limpian y nos pintan las uñas.
Después vamos a donde unas chicas están sentadas del otro lado de una mesa con una lámpara de una luz especial, nos pide poner las manos en la mesa y proceden a limar.
Poner acrílico y moldearlo con un aparato que no tengo ni la menor idea de cómo se llama para después poner la base, el color en sí, posteriormente el finish.
En mi caso le pedí a la chica que no me pusiera el acrílico que ya tenía mis uñas naturales bien, solo procedió a lo demás.
Luego de eso nos llevan a cortarnos el cabello, otra vez me puse caprichosa y le pedí al chico, si era un chico, pero no era afeminado lo que me extraño, solo le pedí que me mantuviera el corte y que nada más me rebajase dos centímetros.
—¿Cómo te llamas? — Me pregunta mientras que corta mi cabello con total concentración.
—Paulette y ¿tú? — Le devuelvo una pregunta, veo que sonríe a través del espejo.
—Masaki. — Frunzo el ceño al escuchar que es como un nombre chino, pero lo veo y tiene los ojos normales, cabello con ondas de color cobrizo, es normal.
—¿Eres de descendencia japonés o algo así? — Indago para quitar algunas dudas de mi cabeza. Finalmente, me mira a los ojos a través del espejo y nuevamente sonríe gentil.
—No sé exactamente mis padres son de aquí de Noruega, pero a ellos les gusta mucho, es cultura por lo que decidieron tenerme en Tokio, Japón. — Termina de decir para acompañarlo de otra sonrisa, ¿Por qué sonríe tanto?, es lo que me pregunto terminando un poco más confundida que antes.
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El chico de la habitacion 04
RomancePaulette Baudelaire. Chica normal, con una vida normal. Sin embargo, tiene una de las familias más poderosas en Noruega, la cual la motiva zafarse de la sombra de su apellido y crear su propio camino y reconocimiento. Sin importar quien se le ponga...