Capítulo 13: El italiano.
【Paulette】
Me despierto con una cruda bárbara, toco mi frente, ya que esta va a explotar. Veo todo a mí alrededor y está hecho un chiquero, Alma y Alish es tan, tan cerca que pareciera que se estuvieran besando, pero no.
Al mirarlas me da una sensación, de asco, pero, no les hago caso, solo son cosas de mi imaginación y nada más.
Me paro para tomarme una pastilla y beber algo de agua, abro la puerta y bajo hacia la cocina para hacer algo de café para ellas dos, en realidad a mí no me gusta el café, solo un buen té o jugo.
Lo que sí me encanta es tomarme un buen chocolate caliente con este frío tan recio que a veces me despierta temprano en la mañana.
Al llegar me encuentro a una Alba con ojeras, bebiendo algo marrón claro en un vaso de vidrio.
Ella ni se inmuta en moverse ni nada, no ofrece ningún tipo de reacción con mi presencia allí.
Una parte de mí, se quiere ir sin decir nada y la otra parte de mí, quiere ayudarla.
A veces parezco pendeja, porque yo siempre tengo que pensar en los demás, aún nadie me da muestra que piensan en mí, a excepción de un pelirrojo que cuando se acerca a mí se vuelve peligroso, bufo al retomar mi vista.
Opto por irme y no decir nada.
—¿Paulette? — Pregunta a lo lejos con voz cansada y triste, ahogándose en sus penas. Me volteo y me acerco y está peor de cerca.
Pobre loca, en verdad necesita ayuda, pero ayuda profesional o tener una buena amiga que influya en ti y te haga abrir los ojos, yo creo que eso es lo que realmente necesita.
—¿Qué te sucedió Alba? — Pregunto calmadamente para no perder los estribos. No quiero seguir mirándola así que me dispongo a montar café.
No quiere tener ningún tipo de conversación con ella, me parece que es una mujer dramática y conflictiva.
—Me han rechazado, mis hermanas no me quieren, soy drogadicta en mi casa, soy un peso. — Solloza lentamente como una tortura para mis oídos, le callo.
Dios a quien le viene a decir estás cosas, a mí, que ya tengo un concepto muy podrido de ella.
—¡Ya!, Mierda deja de lamentarte y levántate, deja de estar postradas allí y mueve ese culo y sé la mejor versión de ti. — Le grito para asegurarme de que le quede en claro, Volteo y como esperaba se ha quedado de piedra.
Claro me tiene obstinada todo este teatro que tiene montado aquí en la fraternidad, que es eso, que se sacuda esa porquería que carga de encima.
—Por ahora lo mejor que puedes hacer es dormir y apegarte a lo que dice tu psicólogo. — Le recomiendo, le agrego azúcar al café y lo revuelvo.
—Tienes razón... me ayudas a ir a mi habitación. — Me suplica, me niego.
No quiero participar en sus idioteces, a mí no me tiene que vender sus entradas a su espectáculo, ni que fuera de verdad voy a una puesta en escena de esta loca.
—¿Dónde está Rick? — Pregunto, no soy niñera de nadie y mucho menos de ella. Solo la quiero ayudar para verla en mejor estado.
Pero tampoco es que la voy a tomar de la mano y la voy a llevar hacer lo que realmente tiene que hacer que es buscarse una vida.
—Toma llámalo. — Me paso un teléfono muy sucio, por consecuente lo limpio con la manga de mi suéter tejido de color celeste, justo en "Contactos urgentes" está el ya mencionado Rick.
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El chico de la habitacion 04
RomancePaulette Baudelaire. Chica normal, con una vida normal. Sin embargo, tiene una de las familias más poderosas en Noruega, la cual la motiva zafarse de la sombra de su apellido y crear su propio camino y reconocimiento. Sin importar quien se le ponga...