57.- Vuelvo a las andadas.

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Pasaron los días y la cosa seguía igual en casa. El jueves, volvimos a quedar las tres como cada tarde, pero había algo raro entre Irene y Sofía. No estaban como siempre, cada vez las veía más distanciadas...

—Mañana me voy a Madrid —nos informó Irene.

—¿Y eso? —preguntó Sofía.

—Por que como me vine así tan rápido por Bella y por ti, pues no pude estar allí y me ha dicho Rosa que cuando volvería, así que me voy mañana a pasar unos días —nos explicó Irene— Así hablo con Rosa, que se cabreó por venirme.

—Espero que lo solucionéis —le deseé a Irene.

—Yo lo tengo claro, no me arrepiento de haberme venido y no voy a pedir perdón por ello. Si lo entiende bien y si no... pues cada una en su sitio y fuera —Irene hizo una pausa— Ella tiene que entender lo importante que eres para mí, no hay más.

Pasamos la tarde juntas y después nos despedimos de Irene. A la noche siguiente, Irene ya estaba en Madrid y Sofía y yo quedamos con el resto de nuestros amigos. Me preguntaron lo que me había pasado y les conté la excusa de la rodilla. Pasamos una muy buena noche todos juntos. Después Sofía me llevó a casa.

—¿Sabes algo de Irene? —me preguntó Sofía aparcadas en la puerta de mi casa.

—Me dijo que ya estaba en Madrid, pero no sé nada más.

—Ammm...

—¿Pasa algo? —le pregunté— No os veo como siempre...

—Sí, es cierto que Irene y yo ya no somos lo mismo. Pero bueno, supongo que serán rachas, no te preocupes. ¿En tu casa qué tal está la cosa? —me preguntó.

—Siempre de broncas...

—¿Has hablado con tu hermano?

—Todavía no.

—¿Cuándo vas al traumatólogo para que te vea las manos? —me preguntó Sofía.

—La semana que viene, ojalá me quiten ya estas escayolas...

—No te las van a quitar...

—Gracias por tus ánimos, Sofi.

—Es que no te has estado quietecita... —me dijo riéndose.

—Por tu culpa...

—¿Perdona?

—Estás perdonada —le dije entre risas.

Nos despedimos y quedamos en vernos al día siguiente. Entré en casa y me metí directamente en la cama, cogí el móvil y le mandé un WhatsApp a Irene.

Bella: ¿Todo bien con Rosa?

Pasó el tiempo pero Irene ni había leído mi WhatsApp. Poco a poco el sueño me venció y me quedé dormida. Al día siguiente me desperté y lo primero que hice fue mirar el móvil para ver si Irene me había contestado. Pero aún ni me había leído, así que le mandé otro WhatsApp.

Bella: No quiero agobiarte, pero estoy preocupada, ¿Está todo bien?

Por la noche volvimos a quedar todos los amigos juntos y después Sofía volvió a llevarme a mi casa.

—¿Te contestó Irene? —me preguntó.

—No. Le volví a hablar esta mañana, pero nada... —a Sofía le cambió la cara— ¿Qué pasa? —le pregunté.

—Prefiero no hablar...

—Sofi, habla. Sé que algo te pasa con Irene, se os nota que no estáis como siempre.

Mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora