20.- Despertar a tu lado.

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Me acerqué lentamente rocé su entrepierna con mi lengua. Subía y bajaba mi lengua por su labios íntimos, para después empezar a besa su fruta prohibida. La besaba con pasión, Sofía entrelazaba sus dedos en mi cabello. Arqueaba su espalda y gemía.

—Me voy a correr Bella... mmm... aaaaah —gemía.

—Es lo que deseo —respondí.

—Me corro, mi amor... —decía Sofía mientras yo seguía besando sus partes íntimas— Aaaaah... mmmmmm... Bellaaaaah... ¡aaaaaaah! —Sofía llegó a un gran orgasmo— Nunca tuve un orgasmo cómo el que me acabas de provocar —dijo mientras intentaba recuperar el aliento.

—Aún no he terminado contigo...

—¿Cómo? —Preguntó Sofía.

—Por supuesto que no he acabado contigo, princesa. Esto sigue... —le dije mientras la sonreía.

Volví a besar sus partes íntimas y empecé a dibujar círculos con mi lengua en su clítoris. Sofía empezó de nuevo a gemir, a presionar mi cabeza contra su entrepierna y a arquear su espalda.

—Me estás matando de placer, Bella... mmmm... —decía Sofía entre gemidos.

Después de un rato lamiendo su clítoris, empecé a succionarlo muy delicadamente.

—Bella... ¡sigue por favor! aaaah...

Seguí así por un rato y después empecé a introducirle un dedo en su abertura, los metís y sacaba muy lentamente mientras seguís succionando su clítoris. Después le metí un segundo dedo mientras la miraba a los ojos, admiraba como gemía, me ponía tanto su cara llena de placer... Volví a besar su clítoris mientras la penetraba con dos dedos con mucha pasión. Así hasta que la llevé a un segundo orgasmo.

—Bellaaaaah... me corroooo otra vez. Aaaaah... mmmm... aaaah...

Se quedó desplomada en la cama recuperando el aliento. Su pecho subía y bajaba todavía con la respiración agitada. Me coloco a su altura y la beso en los labios.

—¿Lista para seguir? —le pregunté.

—¿Aún hay más? —me respondió sorprendida.

—Quiero amarte tanto como pueda... quiero que disfrutes como no lo has hecho jamás —hice una pausa—. ¿Puedes seguir? —le pregunté.

—Con lo que me excitas es imposible negarme... —respondió sonriendo.

Esta vez fue ella la que se incorporó y empezó a quitarme el sujetador. Mientras Sofía besaba mis pechos yo me fui deshaciendo de la ropa que me quedaba puesta, hasta quedar completamente desnuda como Sofía. Seguimos besándonos, me encontraba encima de ella (posición del misionero), de un giro inesperado, Sofía me colocó debajo de ella y se quedó sentada encima de mí.

Se colocó entre mis piernas y comenzó ha hacerme sexo oral, enseguida llegué al orgasmo, estaba muy excitada con todo lo que llevábamos detrás. Se volvió a sentar encima de mí y empezó a rozar su clítoris son el mío, ahora Sofía tenía el control. Nunca había sentido esto que estaba sintiendo... me encantaba.

Sofía se balanceaba hacia adelante y hacia atrás con el movimiento  más sensual de cadera que había visto jamás... me estaba llevando a la locura. Sofía apoyaba sus manos en mi pecho mientras seguía moviendo sus caderas y yo masajeaba sus pechos. Las dos gemíamos sin parar, eran gemidos muy sensuales. Estábamos a punto de llegar al orgasmo las dos juntas, puse mis manos en sus caderas y empecé a marcar el ritmo de sus movimientos.

—Sofi... me voy a correr si sigues así, mi vida... mmmm... —dije entre gemidos.

—Córrete conmigo, amor... mmmm... —respondió.

Mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora