133.- ¿Será el final de todo?

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Durante el trayecto de la sierra al recinto ferial, Rocío iba hablándome, pero yo la escuchaba como muy lejana, estaba sumergida en mis pensamientos con mi cabeza apoyada en la ventanilla del copiloto. Una vez en el recinto ferial, María y Rocío me sacaron del coche y me sentaron en un banco para que me diese el aire.

—Bella, ¿Qué ha pasado? —me preguntó María muy preocupada.

—Nada, estoy bien... —contesté.

—No, Bella, no estás bien... ¿Me puedes explicar qué hacías en la sierra tú sola? ¡Te has bebido casi una botella de ron tú sola a palo seco! —exclamó María.

—Tenía sed...

—¡Bella, por favor! —exclamó María muy preocupada por mí. Intenté mirar a María a los ojos, pero sentía como se me iba la vista— ¿Me puedes explicar para qué querías esto? —me preguntó con la cara desencajada mostrándome el cuchillo.

—No quiero hablar de ello...

—Bella, ¿enserio ibas a hacer lo que estoy pensando?

—¿Y si fuese así qué? Estoy cansada... quiero descansar de una vez y no sentir nada.

—Bella, joder, ¡No digas eso!

—Si no quieres escucharlo, no preguntes, tan sólo digo lo que siento...

—Bella, ¿Qué te ha pasado? ¿Qué te ha pasado para que estés así? Nunca te he visto tan hundida, tan destruida...

—Nada...

—Bella, te conozco, siempre has sido muy fuerte, has salido de todo y posiblemente has estado muchas veces mal pero ni siquiera te lo hemos notado... Y ahora mírate... Nunca te vi tan frágil, tan hundida... Por favor, ábrete por una vez... lo necesitas, esta vez no vas a poder salir sola de esto, Bella, parece que has tocado fondo. Necesitas ayuda, te lo veo en tus ojos...

Después de estar un rato convenciéndome para que le explicase qué me estaba pasando, accedí a contárselo, le conté todo lo de mi hermano y lo que me dolió que Irene no hubiese estado a mi lado cuando más la necesitaba. Lo que no le conté fue lo de Sofía, no sabía qué contar exactamente, ni siquiera sabía que manteníamos una relación... María y Rocío no daban crédito a lo que pasaba con mi hermano y menos aún que Irene no hubiese estado a mi lado en un momento como ese, cuando todo el mundo sabía que yo lo daba todo por ella y que justo cuando más la necesitaba... no estaba. Pasaron el resto de la tarde conmigo haciéndome compañía, animándome, consolándome, intentando inyectarme las fuerzas que había perdido para continuar adelante. Me sentí muy arropada por ellas y siempre les estaré eternamente agradecida a lo que hicieron por mí. Si no hubiese sido por ella, a día de hoy no estaría contando esta historia...

Pasaron las horas y se hizo de noche, después de haber vomitado varias veces, todo dejó de darme vueltas, me encontraba muchísimo mejor. Estando con María y Rocío sonó mi móvil, era Lucía, mi la exnovia de mi hermano.

—Bella, contesta, es Lucía, debe ser importante... —me dijo María.

Pensé que María tenía razón, aunque yo seguía teniendo muy buena relación con Lucía, me resultó raro que me llamase justo ese día...

—Dime, Lucía —contesté la llamada.

—¿Cómo estás? —me preguntó al otro lado del móvil.

—¿Perdón? —le pregunté extrañada.

—Tu hermano me ha contado lo que ha pasado, está muy preocupado por ti... Tanto que ha sido capaz de hablarme para que me ponga en contacto contigo ya que sabe que a él no le responderías...

Mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora