65.- Conversación.

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Terminamos de desayunar.

—Entonces... ¿Quieres ir a comer con mis padres? ¿O has quedado ya con Irene?

—No, con Irene quedaré para cenar y eso.

—¿Te apetece que comamos con mis padres?

—Sí, claro.

Sofía rebosaba felicidad, se tiró a mis brazos para abrazarme y besarme. Fuimos a comer a la casa de campo de Sofía, comimos y pasamos la tarde con sus padres. Sus padres se fueron a organizar unas cosas.

—Sofi, tengo que irme ya, se me está haciendo tarde... —Sofía se acercó a mí y me besó— Sofi, para nena... ¿Qué haces? —le pregunté asustada.

—Besarte...

—Sofi, nos pueden ver tus padres...

—Me da igual, te amo...

—Yo también te amo, pero...

—Iremos con calma... pero es que no he podido evitarlo —la mirada de Sofía se volvió triste.

—Sabes que me encantan tus besos, y... —me acerqué a ella y la besé.

—¿Y esto? —me preguntó sorprendida.

—Yo tampoco puedo evitar besarte —le dije sonriendo y la mirada de Sofía volvió a transmitir felicidad. 

Cogí las cosas para irme, el padre de Sofía entró en el salón y me dijo que me quedase a cenar y a dormir, pero le dije que ya tenía planes, así que quedamos en que lo haría en otra ocasión.

—Te acompaño, amor —dijo Sofía.

—Em... ¡Sofía! —exclamó el padre de Sofía.

—Dime, papá.

—Yo acompañaré a Bella, tu madre te necesita en la cocina.

—Pero papá... —su padre se acercó a ella.

—Ve con tu madre, necesito hablar con Bella —le dijo guiñándole un ojo y después vino hacia a mí. Sofía se me quedó mirando, yo estaba aterrada. Salimos hacia mi coche—. Bella... quería darte las gracias.

—¿Las gracias? ¿a mí? ¿por qué?

—Gracias por todo lo que haces por mi hija. Me he dado cuenta de que la quieres de una manera muy pura, siempre la estás protegiendo, la respetas y valoras como nadie lo ha hecho jamás. Nunca he visto a mi hija tan feliz como desde que te conoce. Le has devuelto la ilusión, las ganas de vivir, las ganas de reír, vuelve a ser feliz desde que estás a su lado. Y eso para un padre es el mayor deseo, ver a su hija feliz, y ella es feliz contigo.

—Yo... no hago nada, señor...

—Bella ¿Qué te he dicho? no me trates de usted.

—Lo siento.

—Eso es mucho de valorar, que hagas sentir todas esas cosas a mi hija sin tan sólo proponértelo, que te salga natural...

—Simplemente la quiero...

—Lo sé, y sé que ella te quiere más que a nada en este mundo. Me he dado cuenta de que tenéis una relación muy estrecha, que tenéis algo que es muy especial y no quiero que eso se termine nunca. Bella, para nosotros eres como de la familia, tu forma de ser con Sofía, de quererla... no quiero que te sientas incómoda con nosotros —el padre de Sofía hizo una pausa—. Sofía ya me comentó que te impongo mucho, pero ¿por qué? Antes no era así, pero ¿ahora sí te impongo?

Yo pensaba, claro al principio era sólo una amiga de Sofía y actuaba como tal con el padre de Sofía, pero ahora... estaba enamorada de Sofía, tenía una relación con ella, ahora no le veía como el padre de mi mejor amiga, si no como... ¿mi suegro?

Mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora