Me di cuenta que empecé a beber más de la cuenta, aunque Javier había intercambiado su número de móvil con Vanesa, no dejaba de acercarse a Sofía y me mataba de celos. Reconozco cuando un chico está intentando algo con una chica y Javier lo estaba intentando con Sofía. Su forma de mirarla, de hablarle, de hacerle reír, la manera en la que se acercaba a ella... La noche continuó y yo seguí bebiendo, cuando nos quisimos dar cuenta encendieron las luces de la discoteca, era hora de cerrar. Cuando fui a ponerme mi chupa me tambaleé, inmediatamente sentí como alguien me cogía, era Sofía.
—Ten cuidado, amor —me dijo Sofía preocupada.
—Estoy bien... —me costaba hablar con claridad.
Sofía pasó su brazo alrededor de mi cintura y puso mi brazo rodeando sus hombros. Llegamos al coche y no atinaba a sacar las llaves de mi bolsillo, Sofía empezó a ayudarme.
—Estoy bien... amor...
—Bella, no seas terca —dijo Irene.
—Que sí, que vas bien, pero déjame ayudarte —dijo Sofía entre risas.
—No me des la razón como a los tontos... —le dije a Sofía.
—No, no, tranquila.
—Sigues haciéndolo...
Estábamos Irene, Sofía y yo, el resto de nuestras amigas se fueron a otro coche. Sofía tenía su boca muy cerca de la mía mientras intentaba sacar las llaves de mi bolsillo. Supongo que por los efectos del alcohol no pensaba lo que hacía y fui a besarla, no podía evitarlo. Pero Sofía apartó su boca de mi dirección, ella estaba en sus cabales y supo reaccionar.
—Eeeeepaaaa, ¡Bella! —exclamó Irene al ver que intenté besar a Sofía.
—Ha perdido el equilibrio... —intentó disimular Sofía.
—Dame un beso... —le dije a Sofía— Estás preciosa esta noche... —Irene no dejaba de reír al escucharme decir esas cosas.
—Bella... —Sofía se separó un poco de mí con las llaves del coche en la mano y se dispuso a abrirlo.
La cogí de la cintura y la puse frente a mí apoyada en la puerta del coche, junté mi cuerpo al suyo, mordí mi labio inferior y me acerqué a besarla de nuevo. Sofía puso su dedo índice sobre mis labios para impedir que la besase.
—Venga un beso... —le insistí.
—¿Pero qué le pasa a esta? —preguntó Irene entre risas.
—Está cariñosa... —Sofía se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla— Tu beso, ahora entra al coche.
—Noooo, pero...
—¡Entra! —me ordenó entre risas antes de que pudiese decir cualquier cosa, abrió la puerta del copiloto y me sentó en él.
—Este no es mi sitio...
—Y todavía piensa que va a conducir ella conforme va... —dijo Irene riéndose.
—Yo conduzco, Bella —me informó Sofía.
—Hacer lo que queráis, total... siempre hacéis conmigo lo que queréis... —Sofía e Irene se empezaron a reír.
No recuerdo mucho del trayecto hasta casa de Irene, lo que sí recuerdo era que no podía dejar de mirar a Sofía. No recuerdo ni que dejamos a Irene, cuando llegamos a casa de Sofía. Sofía se bajó del coche y vino hacia mi puerta para ayudarme a salir de él. Salí del coche, agarré a Sofía y la puse entre mi cuerpo y el coche.
—Bella... —me dijo entre risas.
Me acerqué a sus labios y la besé.
—Ups... perdón, te debo saber a alcohol...
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Mi destino.
RomantizmHay personas que están destinadas a estar juntas, no importa nada más. Lo que Bella nunca se imaginó es que su destino la llevase a conocer a una chica que pondría todo su mundo del revés. Todo lo que conocía hasta ese momento, todo lo que sentía...