102.- No me hagas esto...

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Cuando vi lo que mi hermano le hizo a mi madre, me lancé a por él. Le cogí del cuello y lo estampé contra la pared.

—¡Te mato, hijo de puta! —exclamé fuera de mí.

Mi madre comenzó a llorar, mi hermano casi la tira al suelo, le hizo mucho daño, pronto le salieron marcas en sus brazos. Apretaba con fuerza el cuello de mi hermano que apenas podía hablar. Con la mano que me quedaba libre pegué un puñetazo a la pared justo al lado de su cara.

—¡Mira lo que le has hecho a tu madre! ¡házmelo a mí si tienes huevos! ¡Pégame a mí!

Cada vez apretaba con más fuerza el cuello de mi hermano, no podía casi hablar y le costaba respirar.

—Bella... no... no puedo res... respirar... —intentaba decir Iker, pero yo estaba totalmente cegada.

—¡Bella, para! —gritaba mi madre asustada— ¡Lo vas a matar!

—¡Eres muy valiente con mamá! ¡Enfréntate a mí!

Mi madre intentó detenerme, intentó que soltase el cuello de Iker, pero era inútil, no podía conmigo.

—¡Bella, para por favor! ¡Lo vas a matar! —gritaba mi madre llorando.

—¡Que sea la última vez que le haces algo a mamá! ¡Que te arranco el puto corazón del pecho con mis propias manos! —la cara de mi hermano se estaba empezando a poner colorada, no podía respirar, volví a dar otro puñetazo en la pared— ¡Conmigo no eres nadie!

Escuché como un coche llegaba a toda velocidad y que alguien entraba como loco en casa.

—¡Por favor para a Bella! ¡Lo va a matar! —le gritaba mi madre a alguien.

Enseguida noté como alguien me cogía por detrás con fuerza y me quitaba de encima de mi hermano. Al soltar el cuello de Iker, este empezó a tocar su cuello y a toser, poco a poco empezaba a recuperara la respiración.

—¡Suéltame que lo mato! —exclamé aún fuera de mí.

—¡Bella! ¡Para! —exclamó mi padre, él fue el que me separó de mi hermano. Mi padre me tenía cogida por detrás y me llevó con fuerza hacia el salón— ¡¿Qué estás haciendo?! ¡lo vas a matar!

—¡Suéltame! —dije de nuevo.

—¡Bella, que pares, me cago en Dios! —gritó mi padre.

Después de un rato forcejeando con mi padre, no podía parar, pero se me vino Sofía a la mente, pensar en ella empezó a tranquilizarme. Poco a poco me iba tranquilizando.

—Eso es, mi niña, respira... —me dijo mi padre de forma relajada— Tranquila, pequeña... —después de un rato— ¿Te puedo soltar?

—Sí...

—¿Me prometes que vas a estar tranquila? —me preguntó mi padre— Si te suelto ¿te vas a quedar tranquila y no vas a ir a por tu hermano?

—Sí...

Poco a poco mi padre iba haciendo menos fuerza y me fue soltando, cuando me soltó completamente me sentó en el sillón.

—¿Qué ha pasado, Bella? —me preguntó— Es Iker, tu hermano... —yo lo único que hacía era controlar la respiración e intentar calmarme— Bella, háblame hija... —pero yo sólo estaba concentrada en mi respiración para calmarme— Voy a salir del salón a hablar con tu madre, tú quédate tranquila aquí.

Mi padre salió del salón e intuyo que fue a hablar con mi madre para saber qué había pasado. Después de unos minutos, los que tardaría mi madre en contarle lo ocurrido, escuché a mi padre que estaba enfurecido estaba perdiendo los papeles y escuché como se iba a por mi hermano y mi madre dando voces intentando parar a mi padre.

Mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora