Durante el trayecto del recinto ferial a casa de Sofía, Sofía iba con su brazo apoyado sobre mi hombro mientras no dejaba de acariciar mi cuello con la yema de sus dedos, yo puso mi mano sobre su pierna, pero para cambiar de marcha tenía que quitarla y no pude evitar resoplar, Sofía me miró y me sonrió, entonces ella se puso de medio lado en al asiento del copiloto y mientras seguía acariciándome el cuello, puso su otra mano sobre la mía en la palanca de cambios. Llegamos a casa de Sofía, me quedé mirándola a los ojos.
—¿Qué me miras? —me preguntó sonriendo.
—Dime qué he hecho en otra vida para merecerte...
—Amor... Amo la forma en la que me miras.
—Siento que siempre me pierdo en tu mirada, nunca había visto una mirada como la tuya...
—Nunca miré a nadie como te miro a ti.
—Nunca dejes de mirarme como lo haces... —dije poniendo mi mano sobre su mejilla y acercándome a su boca, para después besarla.
Nos bajamos del coche, Sofía intentaba abrir la puerta de su casa mientras yo la abrazaba por detrás retirando su pelo de su cuello para besarlo, notaba como a Sofía le costaba encajar la lleva en la cerradura.
—¿Atinas? —le susurré al oído.
—Si dejases de besarme, probablemente lo haría... —me respondió entre risas.
Sofía consiguió abrir la puerta de su casa y se giró hacia a mí. Mientras seguía besándola, Sofía pasó sus brazos por encima de mis hombros para rodearme por mi cuello y comenzó a besarme en la boca mientras me llevaba hacia el interior de su casa. Retrocedí sin que Sofía dejara de besarme y conseguí llegar a la puerta de entrada para cerrarla, entonces Sofía me puso la espalda contra la puerta y pegó su cuerpo al mío.
—Hazme el amor, quiero sentirte en cada milímetro de mi cuerpo... —me susurró Sofía.
Le quité la blusa sin dejar de besarla y la dejé tirada en el suelo, empecé a acariciar su cuerpo, a dibujar con mis manos su silueta con caricias, noté como se le erizaba la piel al sentir mis caricias, avanzamos por el pasillo hasta que puse a Sofía contra la pared del pasillo. Sofía me quitó la camiseta y la arrojó al suelo. Me quedé mirándola y empecé a descender besando cada milímetro de su cuerpo, desde su boca, pasando por su cuello, deslizando mis besos por su escote, bajando hacia su vientre, besando su ombligo hasta llegar a la cinturilla de su pantalón, mientras me iba arrodillando en el suelo. La miré a los ojos, la mirada de Sofía era absolutamente seductora. Empecé a besarla justo por encima de la cinturilla del pantalón mientras que mis manos iban desabrochando el botón y la cremallera, después la descalcé y mis manos subieron de nuevo acariciando sus piernas hasta llegar a la cinturilla del pantalón para empezar a bajarlos. A medida que iba bajando sus pantalones, iba besando sus piernas, deteniéndome muy cerca de sus ingles para besarlas. A continuación le quité los pantalones por completo y los dejé tirados en el suelo, me levanté del suelo y me puse de pie para volver a besarla, nuestras lenguas se entrelazaban la una con la otra, nuestra respiración se iba acelerando, nuestros corazones palpitaban a gran velocidad.
La cogí en brazos por sus muslos y la llevé al interior de su habitación para sentarla sobre su mesa de estudio. Me encontraba situada entre sus piernas, Sofía rodeo mi cuerpo con sus piernas presionándome contra su cuerpo, le quité el sujetador y lo tiré sobre el suelo de su habitación. Mientras besaba su boca y sus pechos, mi mano empezó a acariciar sus parte íntimas por encima de su ropa interior, Sofía empezó a gemir, estaba muy excitada, había mojado su ropa interior. La miré a los ojos y sin dejar de mirarla, mordí mi labio inferior y metí mi mano por dentro de su ropa interior, mis dedos llegaron hasta su rajita, estaba completamente mojada y empecé a acariciarla. Sofía echó su cabeza hacia atrás arqueando su espalda, sus gemidos eran de lo más sensuales.
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Mi destino.
RomanceHay personas que están destinadas a estar juntas, no importa nada más. Lo que Bella nunca se imaginó es que su destino la llevase a conocer a una chica que pondría todo su mundo del revés. Todo lo que conocía hasta ese momento, todo lo que sentía...