Mi destino.

116.- Carnavales.

Un mes después.

Irene se había ido a Madrid para estar con Rosa, nuestra vida en el pueblo seguía sin cambios. Una noche, estando con Sofía en el recinto ferial de nuestro pueblo, apareció Javier.

—¿Qué hace este aquí? —pensé.

Era una noche fría de Enero, Javier aparcó su coche al lado del mío, bajó la ventanilla y nos dijo que nos subiésemos a su coche. 

—Le dije que estábamos aquí —me dijo Sofía al ver que la miré extrañada.

—¿Desde cuándo hablas con él? ¿Desde cuándo tenéis vuestros números de móvil? —le pregunté extrañada.

—Es una larga historia...

—Genial...

Estaba mosqueada, pero intenté disimularlo. Sofía fue a bajarse de mi coche para subirse al de Javier.

—¿En serio?

—Vamos, Bella.

Aún no entiendo cómo accedí a ello, pero me bajé del coche y seguí a Sofía. Sofía se subió en el asiento del copiloto, al lado de Javier y yo me senté en el asiento trasero.

—¿Qué tal? Cuánto tiempo —nos dijo Javier.

—Pues bien ¿y tú? —le preguntó Sofía.

—Con ganas de hablar...

Yo no entendía nada, me mantuve callada.

—Estás muy callada Bella —me dijo Javier.

¿Cómo sabía mi nombre? La noche que le conocimos no recuerdo habérselo dado.

—No tengo nada que decir.

—Saluda al menos, Bella —me dijo Sofía.

—Hola.

Javier y Sofía empezaron a hablar entre ellos, parecía que entre ellos había complicidad y que no era la primera vez que hablaban. Me encontraba muy incómoda en esa situación, no entendía nada. Saqué mi móvil para intentar que el tiempo pasara más rápido y poder terminar con esta situación, que todo volviese a la normalidad y Javier se fuese por donde había venido. Me puse a mirar Instagram mientras Sofía y Javier no dejaban de hablar de cómo les había ido desde que se conocieron. Cuando recibí un WhatsApp de Irene.

Irene: Hola, cari.

Me sorprendió mucho el WhatsApp de Irene, cuando estaba en Madrid con Rosa nunca me hablaba, desaparecía. ¿Por qué me había hablado en ese momento? Era como si Irene sintiese que no estaba bien, y no lo estaba. Tenía tantas cosas en la cabeza con la repentina aparición de Javier y esa complicidad que tenía con Sofía...

Bella: Hola, nena.

Irene: ¿Qué haces?

Bella: Si te lo cuento no te lo vas a creer...

Irene: Sorpréndeme.

Bella: Estoy en el coche de Javier.