54.- La conversación.

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—Bella, no te vayas, hablemos —intentando evitar que me fuera.

—Me voy, Sofía —intenté zafarme de ella, pero sin éxito.

—Bella, ¡Para! —exclamó cogiéndome con más fuerza— Hablemos como personas adultas que somos. Te daré una explicación, la quieras o no... Después, si quieres irte te vas —me quedé mirándola, pensando en lo que acababa de decirme.

—Está bien. Habla —me quedé ahí de pie, frente a ella, con una pose que demostraba que estaba totalmente a la defensiva.

—Por favor, no te comportes así... hablemos bien, por favor te lo pido —me suplicaba Sofía cuando sonó mi móvil.

—Si es Irene le voy a decir cuatro cosas...

—No lo hagas, Bella. Ella te quiere más de lo que te imaginas y por eso ha hecho esto.

Miré mi móvil, pero era mi madre. Me dijo que mis padres se iban a tomar algo y que mi hermano no estaba en casa, por si me había llevado llaves. Después de hablar con mi madre colgué.

—Nos vemos en mi casa —le dije a Sofía.

—¿Cómo?

—Que digo que nos vemos en mi casa.

—Te he oído la primera vez, Bella, pero no entiendo qué quieres decir.

—Mi casa está sola, hablaremos allí, no me apetece tratar este tema aquí. Espérame allí.

—¿Cómo que te espere allí? —preguntó confundida— ¿Dónde vas?

—A mi casa...

—¿Y por qué tengo que esperarte allí?

—Por que tú vas en coche y llegarás antes.

—Bella no digas tonterías, sube al coche, vamos juntas.

—No, iré andando.

—Bella, hay dos opciones; o subes al coche conmigo o me voy andando contigo.

—Y la tercera, que cada una vaya por su lado...

—No podrás obligarme a no ir contigo andando si no subes al coche —Sofía tenía razón, hiciese lo que hiciese sería a su lado, tanto en su coche como andando, sería ir con Sofía a mi lado—. Venga sube —nos subimos a su coche y nos fuimos a mi casa.

Fuimos al salón y nos sentamos cada una en un sofá.

—Bella, es cierto que quedé con Dani.

—Estaría bueno que me dijeses que no estuviste con él... —dije de forma irónica.

—Pero Bella, no te lo oculté, te dije que había quedado con Dani.

—No sabía que era tu ex...

—Si supieses que era mi ex ¿habría cambiado algo?

—Sofía, me da igual con quien quedes, eres libre de quedar con quien quieras, incluso con tus ex. Me hiciese más o menos gracias, nunca te prohibiré nada. Pero cuando Irene me contó tu historia con Dani, ahí empecé a perder el control sobre mí. Una parte de mí pensaba que se trataría de otro Dani, hasta que vi tu coche e Irene me dijo que era la casa de tu ex. Y ahí perdí los papeles.

—¿Los perdiste porque me fui a casa de Dani?

—Por todo, Sofía. Pero sobre todo por que no entendía que hacías en casa de tu ex, el que te hizo la vida imposible, un viernes por la noche. ¡Tenía miedo! —exclamé.

—¿Miedo por qué? ¿Por si pasaba algo entre nosotros? —preguntó Sofía.

—El mayor motivo de mi miedo era que te hiciese algo, Sofía. Que si te liaste con él, te acostaste con él... ¡lo que sea, que pasó entre vosotros! Por supuesto que eso me mataría, pero mi mayor miedo era que él pudiese hacerte algo —Sofía no decía nada—. Prefiero infinitas veces a que te liases con él o lo que sea, antes de que él te hiciese algún daño. Soportaría cualquier cosa, menos que te hiciese daño, eso no lo soportaría —hice una pausa—. ¿Miedo a que sigas sintiendo por él? Por supuesto. ¿Miedo a que te liases con él? Claro. ¿Miedo a que te acostaras con él? Claro que sí. Pero por encima de todo, que él te pudiese hacer daño.

Mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora