Capítulo 22

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- Por favor, siéntate a mi lado - Jungeun abrió la puerta del copiloto.

- Ja, apuesto que eso te gustaría mucho.

- No sabes cuándo - lamió sus labios - Pero si lo haces, prometo portarme bien.

Jinsol miró hacia atrás, observando la gente que salía de la compañía de su padre - Solo porque el aire acondicionado es mejor - Jungeun apretó su puño y festejó, ayudándole a subir.

- ¿Puedo preguntar cómo te fue?

- ¿Por qué me tuteas? Jamás te di permiso.

La castaña sonrió - ¿Cómo le fue?

Jinsol la miró de reojo. Jungeun observaba el camino como si la calle fuera suya. Tenía un hermoso perfil y cuando apretaba los labios, un travieso hoyuelo aparecía.

La vivencia de la pareja y la guardaespaldas de la más joven era lo más cercano a vivir en una ratonera, donde el gato salía a jugar de vez en cuando. Vivían de provocaciones y rozes prohibidos.

Cuando estaba junto a ella, sentía la sensación de estar haciendo algo malo, pero al mismo tiempo, aquel alboroto de conocer a alguien por primera vez estaba presente. Kim Jungeun era odiosa, pero extremadamente caliente y su falta de educación le hacían perder la cabeza, al mismo tiempo que deseaba llamar su atención y que siguiera provocándole al no hablarle con respeto.

- Mi padre es un odioso, dice que quiere lo mejor para mí pero me exije estar al menos una vez al mes en la empresa - rodó los ojos - Dice que es para conservar mi imagen. 

- Así son los padres, supongo - sonrió.

- Es decir, lo entiendo, soy su princesa, su única hija, tiene ciertas expectativas sobre mí. Me adora, pero asegura que me ha consentido demasiado. 

- ¿Le hubiera gustado tener más hermanos? - giró a la izquierda, Jinsol encontró aquel movimiento de manos al soltar levemente el volante atractivo .

- Claro que no - Jungeun sonrió. La mayor quería que le siguiera preguntando, así que continuó hablando, sin saber muy bien que decir - ¿Tú tienes hermanos?

Asintió - Una hermana menor. 

- Owm, Jungie es la protectora de la casa.

- Algo así, soy solo ocho meses mayor.

- ¿Ocho? - hizo cuentas en su cabeza pero sus cálculos no llegaban a una respuesta asertivas.

- Sí - la más alta asintió sin interesarle del todo - La conocí cuando tenía cinco años.

- ¿Mhm?

Jungeun rio - Es mi media hermana. Compartimos el mismo padre, o lo que esa cosa fue - comenzó - Yo viví únicamente con mi madre y un día una anciana llamó a la puerta, era la abuela de Jiwoo, en busca de mi mamá. Hablaron y después tenía una hermana - Jinsol la observó con curiosidad, como si lo que narrara no fuera extraño - Nunca lo dijeron pero era obvio. La familia de Jiwoo vivía en la misma colonia, el muy cabron ni siquiera se esmeró. Se mudaron más cerca de mi casa y así crecimos juntas. Ví a mi padre algunas veces cuando era pequeña, nos visitaba a las dos, sin darnos explicaciones.

- ¿No te molestó? 

Negó - Cuando Jiwoo cumplió 16, su abuela murió.

- Y tu mamá se hizo cargo.

Jungeun comenzó a reír - Mierda, claro que no. Jiwoo se metió a trabajar como guardia de seguridad desde muy joven. Yo boxeaba en el gimnasio del barrio para ganar algunos billetes. Se independizó y después vivimos juntas hasta que se casó.

El ataque a la familia ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora