Capítulo 3

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- ¡Tiene que ser una maldita broma!

Youngjae se dejó caer en la silla de su escritorio, tomando con fuerza su copa de vino.

Habían atacado nuevamente, acabando con la vida de uno de sus mejores guardaespaldas.

- Los chicos y yo lo hemos hablado. Creo... que tenemos un teoría - Youngjae abrió los ojos, prestándole atención - Al parecer, y remotandonos a los hechos desde su boda, no quieren acabar con su familia.

- ¿Qué?

- Al menos, no por ahora - hizo una pausa - Observe - sacó de su bolsillo una hoja de papel - Están los nombres de todos los que hemos perdido. 

- ¿Quién es él? - apuntó un nombre en la lista.

- Entró a trabajar un día antes de su boda. Ellos quieren dejarlo desprotegido señor, no importa cuántos hombres contrate, buscarán la manera de acabar con ellos.

El pulso del patriarca se alteró - ¿Cuántos nos quedan? 

- No muchos.

- Entonces ponlos bajo mi respaldo.

- Si nos dividimos, podemos cubrir a sus hijas y a la señorita Haseul.

- He dicho que todos para mi cuidado - alzó la voz y el empleado asintió.

- Por el momento mis hijas no tendrán hombres cuidandolas - el empleado quería preguntar la razón, y si estaba seguro de tan arriesgada decisión pero cuestionarlo sería motivo de despido y aunque en esos momentos, dejar de trabajar para Choi Youngjae parecía una atractiva oferta, no era su opción.

Si bien las trillizas jamás se habían movido con guardaespaldas a su cuidado, eran pocas las ocasiones que estaban solas, siempre acompañadas del chófer o cualquier empleado según la ocasión, a excepción de Hyeju quien manejaba su propio auto y para molestia de su padre, su propia vida.

Youngjae no tenía las ideas claras, pero las semanas se volvían cada vez más salvajes y necesitaba tomar acción.

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- ¡Hyunjin! - el chico corrió tras ella tan pronto abandonó el salón.

- Wonho, hola.

El mayor estaba repitiendo el curso como de costumbre. Hijo de un famosísimo empresario de tecnologías, cuerpo atlético y totalmente creído, estaba en busca del corazón de Hyunjin.

Otra vez.

Fueron novios durante dos años, y durante ese tiempo jamás le fue infiel, o eso es lo que él juraba. Sin embargo, el chico era notoriamente mujeriego, y a Hyunjin no podía importarle menos, pues su atención estaba por completo en la escuela y ser el orgullo de su padre. 

- Soñé contigo - acarició su cabello - No recuerdo con claridad porqué te terminé.

- Yo lo hice, y fue porque mi reputación de ser la novia ilusa no me estaba gustando.

- Oh es verdad - sonrió - Como sea, ¿quieres ir a mi casa? Compré unos dulces sabor chocolate que sé pueden gustarte - Hyunjin ahogó una risa.

- Ni siquiera te gusta usar preservativo, Wonho. Agradezco tu oferta pero tengo que estudiar.

- Maldita rígida - escuchó a la distancia y se prometió a sí misma que no le tomaría importancia.

El ataque a la familia ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora