Capítulo 19

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- Oh ¿sabes qué? Puedes regresar al apartamento, te llamaré cuando salga.

Jungeun mordió su labio para no sonreír - Señorita Hyeju, no debo dejarla sola.

- ¿Qué no oíste? No iré a ningún lado, estaré bien.

- Su padre -

- Él no está aquí, y hasta que esta mierda no se arregle, no quiero saber nada de él. Así que lárgate, antes de que me arrepienta de... - suspiró - Vete.

- Como usted lo ordene señorita - se inclinó y con una enorme sonrisa regresó a la camioneta.

¿Qué importaba si la despedían? ¿qué importaba si mataban a la menor de las Choi? Esa era su oportunidad, y no la iba a desperdiciar.

Había transcurrido dos semanas desde el asesino en la mansión Choi y el crímen no parecía resolverse. Cada uno de los integrantes de la familia se resignaron a seguir con su rutina a pesar de lo que estaba sucediendo. Las trillizas regresaron a la universidad a la semana siguiente, provocando un terrible enfado por parte del patriarca, pero de cierta manera, era su rebelión contra él. Si su padre aseguraba que nada malo sucedía, entonces ellas actuarían como si no existiera peligro, aunque estuvieran bañadas en miedo.

- Señorita, la buscan.

La rubia alzó la vista extrañada. Nadie lo hacía.

Dejó su libro entre sus piernas y aquel peculiar perfume llegó a sus sentidos. No podía ser verdad.

- ¿Qué haces leyendo? Dijiste que ibas a intentar el baloncesto.

Hyeju ingresó a la sala, vestía un pantalón deportivo y una camisa de tirantes junto a su característica gorra negra.

Era la primera vez que estaban juntas en la sala, una habitación enorme decorada de cuadros maravillosos y totalmente costosos. A la azabache no le era extraño estar en presencia de artículos finos, pero debía admitir que la mansión donde la rubia vivía era mucho más grande que la suya, pues era conocido que la honorable señora Park era de las mujeres más millonarias del país.

- El director vio el vídeo. Está bien Hyeju, la nota es mucho más alta de lo que pensé - bromeó con seriedad, y la pelinegra distinguió un toque de tristeza en su voz.

- Sí, he visto el vídeo también - Chaewon asintió - Es una mierda.

- ¿Mhm?

- ¿Qué quieres de mí Park Chaewon? - se acercó - ¿Quieres dejarme en ridículo?

- ¿Qué? No, claro que no.

- Me niego a aceptar que hablen de él y digan que Choi Hyeju fue quien te entrenó. Es patético.

- Yo de verdad me esforcé muchísimo al grabarlo.

- Eso no importa ya. Olvida el vídeo, lo haremos de nuevo.

- No comprendo.

Hyeju echó su cabeza hacia atrás. Iba a hablar pero no quería perder más tiempo, así que en su lugar tomó la silla de ruedas y la empujó hasta el jardín sin consentimiento alguno. Una vez ahí, tomó el balón entre sus manos y lo alzó.

- Ésto, es el balón - comenzó a botarlo - Así ¿Lo ves?

- No soy estúpida.

- Entonces deja de actuar como una - se lo arrojó - Ahora intenta copiar mis movimientos.

El ataque a la familia ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora