Capítulo 48

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Bajó el control hasta sus piernas mientras intentaba juntar los labios. Escuchó una pequeña risita orgullosa por parte de Chaewon y pestañó sorprendida ¿Cómo es que era tan buena en los videojuegos? Nadie le ganaba, nadie.

Su corazón dió un salto alto, una de las tantas cosas que me enamoraron de ella, supuso.

- Te gané - pero la palabra quedó a medio decir cuando la azabache tomó sus mejillas y besó con intensidad sus labios.

- Eres una tramposa Park Chaewon.

- ¿Qué? ¿Tramposa yo? De ninguna manera lo he hecho, tú elegiste el juego, solo admite tu derrota.

- Nop, no perdí. Tú ganaste injustamente.

- Está bien, si así lo dices... - Hyeju alzó la ceja, extrañada de su comportamiento. Usualmente la rubiecita no dudaba en luchar y defender su punto, pero ahora parecía más bien dejándose vencer y cediendo ante ella.

- ¿Qué sucede contigo? - cuestionó mirándola confundida - ¿Te sientes mal o qué te pasa?

Chaewon sonrió - No, ¿Por qué lo dices?

- No estás discutiendo. 

- Porque no hay razón para hacerlo. Tú dices que no gané y está bien - alzó los hombros - Podemos volver a jugar, te dejaré ganar esta vez.

- Mierda, ésto es incluso peor que pelear contigo.

- ¿Qué?

Hyeju rio pero la expresión de su novia la detuvo - Quiero decir -

- Solo no quiero discutir, eso es todo.

Suspiró - Lo siento, no logro entenderte.

- ¿Qué no entiendes Hyeju? - rio, pero a todas luces su expresión denotaba sarcasmo.

- Bien, bien, lo siento - se disculpó nuevamente y se maldijo por hacerlo - Juguemos, me esforzaré, pero tú también hazlo.

- Bien.

Hyeju comenzó la partida, pero estaba al tanto de la expresión serena en el rostro de su novia, y no podía estar tranquila.

- Mierda, morí.

- No por mi culpa.

- Ya sé que no es tu culpa.

- Escucha, si te frustra perder, podemos hacer otra cosa.

- ¿Otra cosa?  

- No tenemos que jugar videojuegos Hyeju.

- Pero me gusta, y me estoy divirtiendo.

- ¿Lo haces? Luces estresada.

- ¡Pero si tú eres la que está extraña!

- No sé a qué te refieres bebé.

- Detente, no me digas bebé - soltó de golpe - Lo siento - de nuevo.  

- Oh, no sabía que te molestara.

- No, no lo hace, todo lo contrario - dejó ambos controles sobre la la mesita junto a su cama y tomó su mano - Me pongo nerviosa. Tú me pones muy nerviosa Park Chaewon.

- Tonterías.

- Ven, queiro besarte un poco más - Chaewon inclinó su cabeza y juntó sus labios. El contacto era suave, lento, pero un poco húmedo. La mayor aún no se acostumbraba a intercambiar ciertas caricias y sus besos, por tiernos que fueran, eran grotescamente ruidosos.

El ataque a la familia ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora