Capítulo 13

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- ¿Cómo te encuentras? - acarició el dorso de su mano.

- Mareada.

- Es producto de los medicamentos. Estará bien - Youngjae tomó la mano de su esposa y Vivi sonrió.

- ¿Lo atraparon?

Haseul apretó los labios - No te preocupes por eso, ahora estamos a salvo.

- Gracias por hacerle compañía a mi esposa, pero ya no será necesario.

- ¿Cuántos días han pasado desde que estoy aquí? - cuestionó con la voz ronca.

- Tres.

- Oh no - intentó sentarse, pero Haseul se lo impidió - Debí pagar la renta, la dueña estará furiosa.

- Nos encargaremos de todo lo que sea necesario - dijo el hombre.

- Gracias, pero debo irme ya.

- De ninguna manera, puede quedarse hasta que lo necesite. Salvó la vida se mi mujer, estoy eternamente agradecido por eso - de su bolsillo sacó su chequera. Vivi alzó la ceja y miró a Haseul, quien esquivó su mirada con pena - Espero que con ésto sea suficiente para saldar mi deuda.

- No hace falta. Hice lo que cualquier ser humano haría.

- Lo dudo - sonrió - Por favor tómelo, insisto - Vivi miró nuevamente a su amiga, Haseul sonrió, aprobando la acción.

- Gracias - susurró no muy convencida.

- Debería reposar, tuvo mucha suerte, pero la herida aún no sana.

- Imposible - Vivi sonrió - En el mundo real no podemos perder el tiempo y descansar.

- Vive sola ¿No es así? - la extranjera lo miró de inmediato, el hombre estuvo investigándola y no sabía cómo sentirse al respecto. Simplemente asintió - De esa manera, creo que debería recuperarse en la mansión.

- ¿Disculpe?

- Estaremos feliz de recibirla. Los empleados ya prepararon la habitación de huéspedes.

- Es demasiado.

- La vida de mi esposa no tiene precio. Además, necesita estar segura por ahora.

- Está bien, pero solo mientras me recupero.

Haseul aplaudió - Eres un ángel Vivi, salvaste mi vida dos veces.

- No, tú eres el ángel - tomó su mano con una sonrisa.

Youngjae observó la escena con curiosidad. Qué peculiar interacción entre dos personas que acababan de iniciar una amistad.

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Heejin observaba desde el ventanal dentro de la casa.

Hyunjin estaba en el jardín sentada junto a Silver. Parecía hablar con él y susurrarle un secreto, acariciaba su pelaje y pasaba su brazo alrededor de su cuerpo.

- Por favor - escuchó a su lado.

Ignoró sus palabras y continuó con su trabajo: vigilar a la mayor de las hermanas.

- Déjame un día a solas con ella. Te pagaré incluso.

- Jungeun, regresa a tu trabajo - susurró sin moverse. La caraña sonrió, no conseguiría nada ese día pero eso no significaba el fin de la batalla.

El ataque a la familia ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora