- ¿Sí?- Baja - escuchó su susurro y el sonido de algunos claxon retumbar.
- ¿Mhm?
- Baja - repitió un poco más alto.
- ¿Chaewon? - observó el reloj a su izquierda; 11:38 PM. Sus posibilidades de quedarse despierta esa noche, amplificaron gradualmente.
- No puedo subir, baja - la azabache se talló un ojo bostezando. Chaewon no obtuvo respuesta y se rindió soltando todo el caliente aire de sus pulmones - No puedo escalar por tu ventana Hyeju, y las personas no quieren encontrarse en medio de la calle a una chica en silla de ruedas vigilando el edificio. Baja por mí, yo no puedo llegar hasta ti.
- ¿Qué? - se sentó de golpe ¿Chaewon se estaba ahí? Abrió la ventana, pero no encontró nada en el exterior. La rubiecita podría ser bromista pero no para esa clase de situaciones.
- ¿Cuál es tu ventana? Tendré que volar - habló nuevamente después del silencio por la sorpresa de Hyeju.
- Ya cállate. Estoy bajando ahora - colgó. No tenía ánimos de ver a nadie, no tenía otra intención que quedarse en cama a disfrutar su miseria.
Se lavó la cara, los dientes y se puso los zapatos. Colocó su típica gorra negra en la cabeza a pesar de que el sol se había ocultado y salió de la habitación. Al hacerlo, una brisa frío acarició su rostro; la recámara de Jinsol frente a la suya estaba en paz. Pero las batallas jamás han sido las mismas, si una de ellas está en triunfo, la otra se encuentra en guerra.
- Al fin, bajaste - sonrió y arrastró su silla para hacer más rápida su llegada.
- Vete de aquí.
- ¿Por qué? Voy llegando - mintió. La realidad es que llevaba más de veinte minutos delegando si debía llamarla o no.
- No te invité y no quiero que te vean conmigo - Chaewon sonrió, era obvio que nadie quería ser vista junto a una discapacitada. Pero las razones de Hyeju no eran para humillarla, sino para protegerla y esa era la brecha que se interponía entre ellas.
- Llévame a casa.
Hyeju entrecerró los ojos, Chaewon exigía mucho, mucho más de lo que podía entregar - No.
- Entonces no me iré, no tengo cómo hacerlo.
- Chaewon, sé que mientes. No sería la primera vez que te llevo a tu casa.
- No lo hago, vine sola - respondió acercándose un poco más - Es de noche, ¿Tú crees que mi mamá estará feliz de saber que su hija inmóvil se está moviendo?
- ¿Cómo llegaste?
- Taxi - sonrió - Pero no quiero llamar a otro. No creo que comprendas lo cansado que es el traslado, subir la silla, esperar, aguantar miradas de pena y comentarios ridículos.
- Ese no es mi problema. Tú decidiste venir sin invitación, así que te largas - se dió la vuelta comenzando a alejarse.
- Ni siquiera has escuchado mi razón - Hyeju se detuvo, acariciando sus sienes - Quiero embriagarme.
La azabache negó sin decir nada ¿Qué podía decir ante esa ridícula propuesta?
Comenzó a caminar de nuevo al elevador - Hyeju, ¡Hyeju! Estoy hablándote - alzó la voz, lo suficientemente alto para la hora que era - ¿Vas a dejar a una chica con discapacidad a su suerte? ¿Sola, en medio de la noche y con tantos peligros a su alrededor?
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El ataque a la familia Choi
De TodoCuando Choi Youngjae padre de las trillizas, decide casarse con su secretaria Cho Haseul una serie de eventos desafortunados atormentarán a la familia. Multiship(: NOTA: Esta historia contiene temas delicados, se recomienda discreción. *La historia...