- ¿Necesita que la acompañe señorita?- Necesito que cierres la puta boca y no me estés molestando.
- Como lo ordene - Jungeun fingió una sonrisa y se quedó junto al vehículo.
Hyeju rodó los ojos y comenzó su camino hacia la entrada. Suspiró y fue recibida por un empleo.
- Maldita estúpida - Jungeun susurró, entrando de nuevo a la camioneta, donde esperaría largas horas.
Dentro de la casa, Hyeju procesó lo que había leído unas noches atrás; un par de movimientos con las manos, ejercicios aeróbicos y si la chica tenía buena condición, podía incluir algunas pesas.
- La señorita Chaewon está en el jardín - el hombre hizo una reverencia y la azabache le ignoró por completo.
- Ay mierda, ¿en qué demonios me he metido? - susurró para sí misma antes de avanzar - Acabemos rápido con ésto - se acercó los últimos pasos, adentrándose por completo al jardín - Hey tú - gritó cuando finalmente llegó.
La pequeña rubia leía un libro junto a la piscina. Alzó su vista y sus ojos no podían creer lo que estaban viendo.
Lamió sus labios ¿Qué estaba haciendo Choi Hyeju ahí?
No sabía si sonreír ante su visita o mandarla al demonios porque ni siquiera le dió la oportunidad de presentarse. Suspiró, no tenía muchas opciones, así que sonrió amablemente.
La azabache sintió su armadura caer, no podía gritarle a una chica en silla de ruedas ¿O sí? Una corriente atravesó su cuerpo en cuestión de segundos, poniéndola nerviosa, Chaewon estaba demasiado cerca de la alberca, ¿Qué pasaría si caía? ¿Iría a la cárcel por presenciarlo? Sacudió su cabeza, apartando cualquier pensamiento catastrófico y se repitió que solo era una estúpida nerd más.
- Soy Choi -
- Por supuesto que sé quien eres - interrumpió con una sonrisa - Choi Hyeju, todo el mundo te conoce, pero a puesto a que tú no sabías de mi existencia - la azabache adoraba ser conocida por todos, pero aquel comentario le dejó un mal sabor de boca - No te culpo, se rumora que eres bastante selectiva para tus personas y en cuanto a mí, si soy sincera prefiero pasar desapercibida - le regaló una última sonrisa y giró su silla, comenzando a andar.
Hyeju estaba sorprendida ante su actitud, era común encontrarse con personas que ni siquiera podían verle a la cara y subestimó a la chica por tener una discapacidad, imaginando que estaría muerta de miedo y pena al hablarle, pero Chaewon parecía no estar interesada en quien era, logrando despertar en la trilliza curiosidad y molestia.
- Por favor toma asiento, te ofrecería el mío pero lo estoy ocupando - Hyeju mordió su lengua ante su comentario y se limitó a observar.
Se quedó de pie junto a la piscina a unos cuantos pasos de ella - El entrenador me envió para ser tu tutora.
- Claro, él estaba preocupado por mí o eso intentó hacerme creer - alzó los hombros - Le dije que me gustaría nadar.
- ¿Mhm? - finalmente aterrizó a la tierra - ¿Nadar?
- Sí, fue mi idea. Me preguntó sobre la actividad que más llamaba mi atención y bueno, el agua parece divertida - sonrió - Me dijo que hablaría con la capitana del equipo y no creí que fuera a convencerte.
Hyeju apretó los dientes. Chaewon no tenía la culpa de su castigo, pero aclaró las ideas del entrenador y ahora tendría que enseñarle a nadar y eso involucraba ponerla en peligro y mucho contacto físico que no estaba dispuesta a tener.
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El ataque a la familia Choi
DiversosCuando Choi Youngjae padre de las trillizas, decide casarse con su secretaria Cho Haseul una serie de eventos desafortunados atormentarán a la familia. Multiship(: NOTA: Esta historia contiene temas delicados, se recomienda discreción. *La historia...