Capítulo 56

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- ¿Familiares? - el doctor salió de la habitación.

- Yo soy su hermana - se puso de pie.

- Necesito que firme ésto.

- ¿Qué? ...

- Una bala rozó el estómago, por suerte logramos sacarla. Sin embargo brazo izquierdo está muy mal. Necesito su consentimiento.

- ¿Para qué? - preguntó asustada.

- Haremos todo lo posible para rescatarlo - el doctor le entregó la gorra negra y con preocupación entró de nuevo al quirófano.

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- ¡Dijo que tenía a todos vigilados!

- Señor Choi -

- ¡No! ¡No me interesa! - interrumpió a gritos - Atacaron a mi hija menor, ¡maldita sea! Ni siquiera ha pasado una semana desde que encontramos a Hyunjin, y ahora ¿Hyeju?

- El equipo de investigación -

- Escúchame bien maldito infeliz - lo tomó de la camisa - ¡Quiero los responsables ahora!

- Estamos trabajando - pronunció con dificultad - Encontramos algo - Youngjae lo soltó, y el policía comenzó a toser - Descubrimos el incendio gracias al cabello de Jeon Heejin.

- Esa mierda ya la habían encontrado.

Negó - Los encontramos a ellos.

- Necesito que estén en prisión y paguen con sangre todo lo que mi hija sufrió.

- Están muertos señor - Youngjae cerró los ojos. Era de esperarse. Solamente eran unos peones más, inservibles del rey.

- Maldita sea - se dejó caer en la silla.

- Hay una particularidad en este caso. Antes de que sus cuerpos fueran insinerados, murieron desangrados - tragó - Les quemaron los ojos. Todo indica que fue el mismo día que Choi Hyunjin apareció en la mansión.

- Por favor, retirese - mencionó sin ánimos - Y por última vez, hagan el maldito trabajo que les corresponde.

- Señor - un policía mas jóven interrumpió la despedida, entregándole un documento al oficial.

- Choi Youngjae, la persona encargada del atentado contra Choi Hyeju acaba de morir en la sala de operaciones, recibió un disparo en el cráneo, pero la bala, no corresponde al arma de Kim Jungeun.

De un solo golpe, Youngjae tiró todo lo que se encontraba en el escritorio de aquella oficina.

El tiempo seguía corriendo, y muy pronto se acabaría.

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Un día transcurrió, día que la familia Choi no durmió como de costumbre.

Todos en la casa estaban terriblemente asustados por el atentado a la menor de las hermanas, mientras que Haseul, bueno, ella había priorizado de manera diferente sus preocupaciones.

- ¡Ese maldito bastardo! - su grito se escuchó a las afueras de la habitación, apretando la cama del hospital - Salve la vida de su maldita hija y ahora - comenzó a reír - Me despide.

- Tranquila Eun - Sooyoung acarició con cuidado su hombro, pero fue rápidamente apartado por la menor - Entiende la situación, estás vulnerable y él necesita a alguien que proteja a su familia.

El ataque a la familia ChoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora