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Capítulo 59

Beso junto al mar

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Los tres buscaron por los alrededores y siguieron sin encontrar a Chen Tianhe, regresaron al mismo lugar, se miraron entre ellos y sacudieron la cabeza. Han Yi apretó los puños y siguió culpándose por haberle hablado así a Chen Tianhe, por haber arruinado lo que debería haber sido un viaje agradable. Pero lo más importante ahora era encontrar a Chen Tianhe, y Han Yi incluso consideró si debía llamar a la policía.

En ese momento, Chen Tianhe sintió inexplicablemente alguien se acercaba desde la distancia, ¿qué hacen allí parados como un tronco? El avispado, Wang Mengmeng, divisó inmediatamente a Chen Tianhe e inmediatamente gritó con entusiasmo.

Han Yi siguió la mirada de Wang Mengmeng y, ¡allí estaba Chen Tianhe! Corrió hacia él y lo abrazó en cuanto lo alcanzó, preguntándole:

— ¿Dónde has estado?, te he estado buscando durante mucho tiempo.

— Yo sólo... — Chen Tianhe estaba a punto de explicarle cuando de repente recordó que se habían peleado, ¿no? Así que cambió su expresión a una afligida y dijo. — ¡Qué te importa dónde he estado!, ¿para qué me buscas?

Han Yi lo abrazó con fuerza y no lo soltó aunque forcejeó:

— Tianhe, me equivoqué, no debí ser malo contigo. Pero, tú también tienes la culpa.

— ¿Que pasa conmigo?

— En el futuro, ni importa cuán enojado estés, no puedes hablar así cuando estés enojado, ¿me oyes? Dices que no eres importante pero, ¿quién más puede ser importante para mí si no eres tú? Y no vuelvas a desaparecer así, casi llamo a la policía.

En realidad, el enojo de Chen Tianhe había desaparecido a medias durante un tiempo, y ahora que Han Yi lo había engatusado con tanta delicadeza, no estaba enojado en absoluto, pero aún así dijo con torpeza:

— ¿Quién desapareció? Acabo de ir al baño.

Han Yi lo soltó, lo miró con suspicacia y le preguntó:

— ¿Fuiste al baño?, ¿por qué has tardado tanto? Te he estado buscando por mucho tiempo.

— Al principio fui al baño más cercano, pero estaba demasiado sucio, así que fui al que estaba un poco más lejos... Quién me iba a decir que iba a estar extreñido otra vez... por eso tardé tanto... tenía las piernas entumecidas.

El corazón de Han Yi finalmente se desplomó, sólo había sido una ida al baño, afortunadamente estaba bien. Bajó la cabeza y besó la frente de Chen Tianhe, luego lo cargó como princesa y se fue con él en brazos.

Chen Tianhe se sobresaltó y se abrazó al cuello de Han Yi por miedo a caerse:

— Han Yi, ¿por qué me cargas de repente? Bájame rápido.

Han Yi dijo con calma:

— ¿No tienes las piernas entumecidad? Caminaré contigo en brazos e iré a ver tu dibujo.

Después de que Wang Mengmeng y Chen Qing vieran a los mostrarse su amor, se miraron y entonces Wang Mengmeng extendió la mano y dijo: