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Capítulo 48

Dulce cumpleaños

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Chen Tianhe se quedó allí de pie, nervioso, pensando que no podía quedarse allí sentado esperando a que se acabara su destino, porque si no Han Yi no podría comerse el pastel que le había preparado. Así que se armó de valor y se aclaró la garganta, diciendo con firmeza:

— Comisario Han, vengo a buscar a alguien.

— ¿A quién buscas?

— ¡Han Yi! Él sólo vino aquí a entrenar durante las vacaciones de verano, y hoy es su cumpleaños, así que debo verlo...

— ¡Tonterías! Espera... ¿A quién dices que buscas?

— A Han Yi.

— ¿Han Yi? — El comisario Han pensó detenidamente, pero parecía que al nieto del viejo Fang le llamaban por ese nombre, así que le ordenó a un soldado. — Ve, y dile al comandante Fang que venga aquí.

Chen Tianhe siguió al comisario político Han hasta la oficina del comandante Fang. Pensando para sí: Es realmente problemático venir a visitar a un familiar, primero fui a ver al comisario político y ahora al comandante. Pero es suficiente si puedo ver a Han Yi.

Tras hacerle algunas preguntas a Chen Tianhe, el comandante Fang conformó su identidad y que, efectivamente, era un compañero de su nieto.

Chen Tianhe se sentó obedientemente en su oficina y esperó a que llegara Han Yi.

Han Yi estaba practicando tiro, y cuando escuchó que alguien había venido a verlo, lo primero que pasó por su cabeza fue Chen Tianhe, de hecho, el único que vendría sería Chen Tianhe. Bajó el arma emocionado, corriendo rápidamente hacia la oficina.

Estaba tan emocionado que ni siquiera se molestó en saludar a su abuelo, yendo directo hacia Chen Tianhe, abrazándolo con fuerza.

— ¡Tianhe!

— ¡Han Yi! — Chen Tianhe estaba muy feliz y le devolvió el abrazo. — ¡Por fin puedo verte!

Después de abrazarle un rato, Han Yi lo soltó, cuando su abuelo, que se había quedado a un lado, tosió. Han Yi miró a su abuelo, jaló a Chen Tianhe y le preguntó:

— Abuelo, ¿tiene una habitación libre?

— Sí, te hemos preparado una, está en la primera planta del edificio oeste, la tercera puerta a la izquierda, hay camas disponibles, aquí tienes la llave. — Su abuelo sacó una llave del cajón y se la entregó.

Han Yi tomó las llaves, le dio las gracias a su abuelo y se llevó a Chen Tianhe con él. Chen Tianhe seguía en estado de shock, ¿he escuchado bien?, ¿Han Yi acaba de llamar abuelo a ese hombre?, ¿el comandante es el abuelo de Han Yi?, ¡Oh Dios mío!, ¡es increíble!

Han Yi llevó al gorrioncillo, que había estado parloteando en sus oídos, a su habitación, cerró la puerta y lo apretó contra ella, bajó suavemente la cabeza y lo besó:

— ¿Tienes hambre?

Chen Tianhe asintió desesperado, diciendo desdichado: