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Capítulo 43

Acusado injustamente

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Chen Tianhe regresó a su casa con el corazón encogido, se sentó con el rostro marchito, sacó su celular y buscó el nombre de Han Yi en sus contactos, pero su dedo no pudo pulsarlo.

Estaba dudando, cuando su celular vibró sin previo aviso, Han Yi le estaba llamando. Quería preguntar por sus resultados.

Chen Tianhe quería sacar su amargura delante de Han Yi, pero también, temía que Han Yi se sintiera decepcionado de él. Antes había dicho con tanta convicción que no habría ningún problema, pero ahora no sabía cómo resultaría.

El celular seguía vibrando, era como una papa caliente en ese momento, Chen Tianhe miró vacilante la llamada entrante, y finalmente colgó. Apretando los dientes, sacó a regañadientes los diversos libros de información que había dejado sobre la mesa, comenzado de cero.

Chen Tianhe pensó para sí: Todavía quedan las vacaciones de verano. Si estudio y leo correctamente durante las vacaciones y no pierdo el tiempo, sin duda podré subir un poco más mis calificaciones, así que tendré más posibilidades de entrar al Instituto No.1 de la ciudad. Pasara lo que pasara, por muchas dificultades que tuviera que soportar, tenía que perseverar.

El día que fue a recoger sus calificaciones, Chen Tianhe nunca había estado tan serio, y su rostro meticuloso hizo que sus compañeros se preguntaran, ¿qué le pasa a Chen Tianhe?

— Alumnos, déjenme que empiece por un cosa, y es que a Chen Tianhe, en este examen final, le han anulado la calificación de Matemáticas por hacer trampa...

Antes de que la profesora terminara de hablar, la clase estaba sumida en un frenesí de discusión, y todos hablaban sin parar, lanzando miradas atónitas a Chen Tianhe.

— ¡Silencio!, ¡les dije hace mucho tiempo que no hicieran trampas y que era preferible que sacaran cero antes que recurrir a ellas!, ¡especialmente este estudiante, Chen Tianhe, que acaba de superar sus calificaciones la última vez, pero ahora ha sido atrapado haciendo trampa!, ¡me avergonzaría si no te importa la vergüenza!

La profesora se enojó cada vez más, y la clase quedó en silencio.

Chen Tianhe no bajó la cabeza como los demás alumnos, sino que se sentó erguido y se enfrentó obstinadamente a ella.

— ¡Chen Tianhe! ¡Ahora ven al frente y haz una autocrítica delante de toda la clase! ¡Puedes volver a sentarte después de la autocrítica!

Chen Tianhe se paró al frente bajo la mirada de la clase, y luego dijo:

— Yo no he hecho trampa, sólo pedí prestado un lápiz al compañero que tenía enfrente, no he hecho trampas.

La profesora estaba molesta, y le dio un fuerte tirón del brazo, diciendo con enojo:

— ¡¿Estás diciendo que el vigilante lo malinterpretó?! Si no has copiado, ¡¿por qué no les quitó el examen a los demás?! Pero te quitaron el tuyo. ¡Y ahora te niegas a admitirlo!

El temperamento de Chen Tianhe suele ser bueno, lo que resulta obvio para la mayoría, pero en este instante, está siendo acusado injustamente por la profesora, ignorando por completo sus propios sentimientos y explicaciones, y limitándose a regañarlo sin la disposición a escuchar.