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Capítulo 63

Tímido como un ratón

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Era un fin de semana agradable, con una brisa fresca de otoño y cielos despejados.

Han Yi y Chen Tianhe se dirigían a la casa embrujada, ambos vestían sus uniformes escolares, cuando Chen Tianhe caminó dos pasos, tuvo que preguntar:

— Han Yi, ¿no deberías dar miedo la casa embrujada?

Han Yi le puso el brazo sobre los hombros y caminó con él, ignorando su parloteo.

Tras llegar, Han Yi hizo fila rápidamente para comprar los boletos, le entregó uno a Chen Tianhe y dijo:

— Vamos.

Chen Tianhe tomó la mano de Han Yi entre las suyas y preguntó:

— Realmente no da tanto miedo por dentro, ¿verdad?

Han Yi lo tomó de la mano, entrelazó los dedos y dijo con calma:

— Estoy aquí, ¿de qué tienes miedo?

Sólo entonces Chen Tianhe siguió audazmente a Han Yi, caminando cerca de él, pero después de caminar un rato, no vio nada que diera miedo, sólo habían algunos esqueletos falsos amontonados en el camino, que no asustaron a Chen Tianhe.

Así que Chen Tianhe se relajó por completo y le dijo a Han Yi en tono relajado:

— Pensé que daría miedo, pero resultó ser así. Vayamos más rápido.

Han Yi escuchó sus palabras y luego se detuvo: Olvídalo, no se lo diré. Esto es sólo un calentamiento básico en una casa embrujada, ¿verdad?

Chen Tianhe soltó la mano de Han Yi y se adelantó, mientras caminaba, saludó al ovni que estaba a su lado, se dio la vuelta y le gritó a Han Yi:

— ¡Han Yi, date prisa!

En ese momento, Chen Tianhe notó una repentina aura espeluznante, y la habitación se vio rodeada de gritos fantasmales que eran tan realistas como si estuvieran en los oídos de uno mismo. Chen Tianhe ralentizó sus pasos, pero siguió caminando con valentía hacia delante, y a los dos pasos, gritó de repente.

Sintió que alguien le tiraba de la pernera del pantalón, cuando miró hacia abajo, vio a un fantasma femenino, de cabello largo y boca ensangrentada, que le sonreía.

Se dio la vuelta y echó a correr, pero en el mismo instante en que se daba la vuelta, apareció un fantasma masculino con los ojos ensangrentados, que estaba flotando frente a él, bloqueándole el paso.

— ¡Ah! — Chen Tianhe estaba aterrorizado, su voz era ronca mientras gritaba, su tez estaba pálida y su cuerpo inconscientemente dio un paso atrás.

Cuando Han Yi escuchó el grito de Chen Tianhe, corrió inmediatamente y apartó al fantasma masculino y al fantasma femenino que sujetaba los pies de Chen Tianhe.

Cuando Chen Tianhe vio a Han Yi, fue como ver a su salvador, saltó sobre él y se encaramó como koala, con los brazos y las piernas rodeándolo, abrazándolo con fuerza, temeroso de que el fantasma femenino del suelo siguiera tirando de él.

Han Yi le sujetó la cintura con una mano y le dio unas palmaditas en la espalda con la otra, diciendo:

— No pasa nada, son humanos, no fantasmas, están para asustarnos, ese es su trabajo, no tengas miedo.

Chen Tianhe se abrazó al cuello de Han Yi y se negó a soltarlo, retorciendo su cuerpo y diciendo:

— ¿Puedes ver si siguen ahí? Diles que se vayan.