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Capítulo 39

Los primeros días del amor

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Después de todo, seguían siendo jóvenes adolescentes y, tras un beso superficial, ambos sintieron que les invadía una extraña sensación, pero ambos permanecieron en silencio, y un aire de incomodidad flotaba en el aire.

Los dos durmieron espalda con espalda, a un metro de distancia.

Han Yi ya había comprendido sus sentimientos por Chen Tianhe, de lo contrario no habría tenido aquel sueño con él, sólo que la expresión apagada de Chen Tianhe lo hizo sentir triste, Chen Tianhe no le respondió en absoluto.

De hecho, Chen Tianhe aún no había reaccionado, se tocó suavemente los labios con los dedos, había algo extraño. ¿Por qué Han Yi me besó?, ¿le gusto?, pero yo también soy un chico, ¿qué demonios está pasando?, ¿los mejores amigos se besan?

De este modo, ambos perdieron el sueño con sus diferentes emociones.

Era tarde en la habitación, así que Han Yi pensó: Es tarde, Chen Tianhe debería estar durmiendo. Así que se dio la vuelta en silencio e intentó mirarlo sigilosamente.

Casualmente, cuando se dio la vuelta, Chen Tianhe también se giró.

De repente, los dos quedaron cara a cara.

Chen Tianhe quiso darse la vuelta como si fuera un ladrón, pero Han Yi se apresuró a estirar la mano y agarrarle de los hombros, luego se acercó lentamente hasta que estuvieron a menos de veinte centímetros de distancia, mirándole fijamente y preguntando:

— Tianhe, ¿por qué no estás durmiendo?

— No puedo dormir. — Chen Tianhe respondió con calma.

— ¿Por qué?

— Porque me preguntaba el por qué me besaste. — Chen Tianhe respondió honestamente.

— ¿Qué has pensado de ello?

— Estaba adivinando si fue porque te gusto.

— Adivinaste bien.

— Pero, ¿no soy un chico?, Han Yi, ¿te gustan los hombres?

— No lo sé.

— ¿No lo sabes?

— Sólo me gustas tú, y sólo me has gustado tú. Así que no sé si me gustan los hombres.

La cara de Chen Tianhe se sonrojó al instante, Han Yi se está confesando, ¿verdad?, ¿por qué suena un poco sentimental?

— Pero no sé si tú también me gustas.

— Está bien, a mi me gustas mucho.

— ¿De verdad?

— De verdad.

— Entonces, ¿me das un poco de tiempo para pensarlo?

— Bien.

Han Yi miró a Chen Tianhe, acarició sus blancas mejillas, y de repente las comisuras de sus labios se levantaron y sonrió: Si no le gustara, ya me habría golpeado enojado, ¿verdad? Pero no importa, puedo esperar a que se dé cuenta. Un mes, dos meses, tres meses, el tiempo que sea.