Volver a ti

6. No querrás despertarle

Sobre las cuatro de la mañana me desperté con una sed horrible. Me sentía rarísima durmiendo en una cama que no era la mía. Decidí bajar a la cocina a por un vaso de agua. Cuando pasé por las habitaciones de los chicos, vi una luz proveniente de la de Gavi, aunque no le di mucha importancia, se habría despertado al baño o lo que fuera.

Cuando llegué a la cocina, cogí un vaso y una botella de agua, y bebí. Una vez acabé e iba a volver arriba, una voz me asustó.

-¿Qué haces aqui?.-me miró extrañado.-

-Joder, que susto Gavi. Perdona, tenía sed.

-No sabía que te habías quedado a dormir.-se acercó a mi.-¿Estás durmiendo con Pedri?.-me preguntó-

¿Cómo? No entendía a este chico, ¿por qué me preguntaba eso?.

-Em, no, pero, ¿cuál sería el problema en ese caso?.-me apoyé en la encimera alzando una ceja curiosa.- Tu amigo es mayorcito para saber con quién duerme, ¿no?

Se quedó callado, supongo que sin saber que responder, pero se volvió a acercar a mi, y cuando me di cuenta, tenía uno de sus brazos muy cerca de mi cabeza. Entonces, alzó el brazo más y cogió del mueble que tenía sobre mí un vaso, riendo, mientras yo sentía que no podía ni moverme. ¿Qué estaba pasando?

-¿Qué te pasa?, ¿te pusiste nerviosa?.-volvió a reír- No me digas que a la princesa le pone nerviosa mi cercanía.

-¿Pero tú eres imbécil?.-alcé la voz, a lo que me puso la mano en la boca rápidamente.

-Shh, baja la voz, Pedri está durmiendo, y no querrás despertarle.-dijo mientras bajaba la mano de la boca y la pasaba desde mi cuello hasta mi hombros, donde la dejó apoyada. Se dirigió a mi oreja.-¿Sabes? El vestido negro de ayer me trajo loco toda la noche, pero verte con una camiseta de Pedri puesta me está poniendo malísimo.-susurró mientras volvía a bajar la mano desde mi hombro hasta mi muñeca y acercaba más su cara a mi.-Aunque peor me pone imaginarte sin ella

-¿Qu-qué haces Gavi?.-dije nerviosa. 

Su cercanía era algo que se me estaba haciendo muy difícil de obviar. No estaba entendiendo nada, no sabía qué pretendía. Noté como pegaba su boca a mi cuello, dejando pequeños rastros por él. No podía hablar, mucho menos moverme para separarme. 

-El bikini rojo del otro día también era una fantasía.-volvió a susurrar mientras bajaba su mano muy despacio por mi espalda, parándola a la mitad. A continuación me miró.-No pienso besarte hasta que me lo pidas, si es lo que crees que iba a hacer.-bajó la mirada y noté su risa en mi cuello.

En este punto, yo estaba ya más que perdida en sus movimientos, en su mano tocando mi espalda mientras apoyaba la otra a un lado de mi cuerpo. Estaba siendo de los momentos más excitantes que había vivido en mi vida, y ni siquiera me estaba tocando. Conseguí sacar fuerzas para responderle

-¿Quién te ha dicho que quiero que me beses?.-le reté. Me miró y gruñó gracioso.-Eres un creído, Gavi.-dije bajando mi mano por su abdomen desnudo mientras llevaba hacia ahí la mirada.

Noté como apretó su mano en mi espalda tras decir esas palabras y volvió a hacer que le mirara.-¿Estás segura?.-siguió bajando su mano hasta llegar a mi culo, mientras que la otra me tocaba por primera vez, dirigiéndose directamente a mi cabeza, enredándola en mi pelo y moviendo mi cabeza un poco hacia arriba, quedando los dos cara a cara completamente.- Por que aún no te he visto separarte ni un milímetro.-volvió a decir.-

-Tampoco lo has hecho tú.-respondí intentando no deshacerme como cera de vela en ese momento. Estaba temblando, aunque intentaba que él no lo notara, pero tampoco estaba segura de que no estuviera haciéndolo.