57. Don no sé lo que siento se enamoró

746 42 3
                                    

Se acercó a mi y rápidamente me abrazó. Me abrazó muy fuerte, tanto que parecía que iba a dejarme sin respiración. 

Poco después se separó de mi y me miró a los ojos, intentando averiguar qué pasaba en ese momento por mi cabeza.

-Hola mi amor, ¿qué tal estás?

Me sorprendió. Parecía que había olvidado que estaba enfadada, cosa que en parte agradecía. Pedri desapareció del salón para darnos privacidad. 

-Estoy bien Pablo, de verdad, no tienes que preocuparte-sonreí sujetando sus manos. 

-Claro que tengo que hacerlo, eres lo más importante de mi vida Claudia-besó mi mejilla suave-Perdona lo de ayer, fue una estupidez enfadarme, lo sé. Solo que me sentí mal al enterarme de que estabas mal por otros. 

-Estaba esperando a que llegaras a casa para contarte todo tranquilamente, no quería preocuparte de más, menos cuando estábamos a tantas horas de distancia. 

-Perdóname, de verdad, soy un imbécil. Ahora cuéntame que te dijo el médico. 

-Amor, prefiero que lo hablemos luego en casa tranquilos, ¿vale? No te preocupes, que estoy muy bien, te lo prometo-le besé suave y él asintió, aunque no muy convencido. 

Sabía que no era el momento ni el lugar, quería que estuviéramos a solas de verdad, sin estar pendientes de si llegan o no nuestros amigos. 

------------------------------------------------------------

La comida pasó bastante rápido. Si yo estaba nerviosa por todas las emociones, no quiero contar cómo estaba Pedri, pues hoy la mayoría iban a conocer a la chica que le traía loquito. No era para menos, Patri era, por lo que la conocía, una chica genial. 

El tiempo que los chicos estuvieron fuera de España, hablábamos a menudo para ver que tal estábamos. Nada más llegar, me abrazó, cosa que sorprendió a algunos de los presentes ya que no sabían que nos conocíamos. 

Pedri la presentó como su novia, cosa que no pudo alegrarme más. Hacían una pareja preciosa y se veía el amor mutuo que sentían. Diría que parecían una pareja de recién enamorados, pero es que realmente eran eso. 

Patricia era una chica amable, dulce y generosa. Siempre que hablábamos se preocupaba por como estaba. Además, se veía que lo que sentía por Pedri era bastante puro. 

Analicé la cara de mis amigos y pude darme cuenta de que a todos les había caído bien, al menos a simple vista. Ansu y Balde sobre todo, intentaron hacer bromas que ella pudiera entender para que estuviera cómoda. 

Ella se incorporó bastante rápido a las conversaciones, cosa que yo sabía que a Pedri le encantaba, pues uno de sus mayores miedos era que no estuviera cómoda, pero se veía como todo lo contrario. Parecía que nos conocíamos de una vida entera. 

------------------------------------------------------------

Tras una tarde de risas que me devolvieron la vida, cada uno nos fuimos a nuestra casa. De copiloto en el coche de Pablo estuve a punto de quedarme dormida nada más subir. El cansancio acumulado aún seguía en mi cuerpo. 

-Despierta bonita-escuché como me susurraban. Abrí los ojos, estábamos ya en casa y al final sí que me había quedado dormida. Sonreí al ver cómo me miraba. 

-Hola mi amor-reí suave-Perdona, soy la peor copiloto del mundo

-No te preocupes, estabas cansada-besó mi frente y bajó rodeando hasta llegar a mi puerta

-Si la señorita me lo permite...-me cogió en brazos y, riendo ambos, me llevó hasta dentro-Estoy practicando para el día que nos casemos-sonrió.

Le miré dulce y besé sus labios.

-Eres el mejor

Me soltó en la cama y se tumbó sobre mi con cuidado

-No sabes lo mucho que te he echado de menos-dijo besándome con desesperación-Que ganas tenía de quitarte el bikini rojo

-¿Te acuerdas de él?

-Por supuesto, es el mismo que llevabas el día que nos conocimos, el mismo que me hizo no dejar de mirarte en toda la tarde. No podría olvidar ese día ni muerto

-Ese día fuiste un borde

-Cariño, antes de conocerte, era un borde a diario-reímos ambos-Menos mal que llegaste

-Don "no sé lo que siento" se enamoró

-En realidad siempre supe lo que sentía, supongo que me daba miedo toda la montaña rusa de emociones que sentía contigo

No dijimos nada más. Nos besamos con desesperación, con fuerza, con ganas. Nos habíamos echado de menos y esa noche nos lo demostramos mutuamente entre besos y caricias. 

Lo que él aún no sabía era que en ese momento, una lucecita estaba en mi interior e iba a alumbrarnos para siempre. 

--------------------------------------------------------------------------------------

Desperté a la mañana siguiente muy temprano. Tanto que ni Pablo estaba aún despierto. Decidí que era mi momento. Me puse un vestido y unas sandalias y rápidamente bajé a comprar un desayuno rico para ambos. También quería comprar algo relacionado con el bebé, por lo que antes de nada compré un pack de dos chupetes, en el que uno de ellos ponía "mi papá es el mejor" mientras que el otro repetía la frase con "mamá". 

Era algo muy sencillo, pero sabía que iba a entenderlo rápido. Solo esperaba que mis nervios se calmaran un poco, al igual que las náuseas que tenía. 

Cogí el desayuno y guardé los chupetes en el bolso. Me fui rápido a casa, suponiendo que mi prometido estaría ya despierto, cosa en la que acerté. Se encontraba justo bajando las escaleras cuando llegué. Al verme con los cafés en la mano sonrió. 

-Buenos días amor-dije yendo hacia él y besándole-¿Qué tal dormiste?

-Muy bien preciosa, ¿fuiste a por el desayuno?-asentí-eres la mejor

Sujetó los cafés y nos dirigimos al salón. Desayunamos en paz, hablando de la última semana, de los entrenamientos y un poco de todo. 

Al terminar, decidí que no iba a esperar más.

-Pablo hay algo que no te he dicho aún

Me miró 

-¿Pasa algo?-preguntó curioso

-Sí, pero no te preocupes. Tengo un regalo para ti. Cierra los ojos y pon las manos. 

Cuando hizo lo que le pedí, saqué los chupetes de mi bolso y los puse en su mano.

-Ábrelos ya

Dicho y hecho, abrió los ojos y miró sus manos y se quedó petrificado. No dijo nada, solo miraba los chupetes

-¿Enserio? Claudia, dime porfavor que no es una broma-me miró y sonreí a punto de llorar-¿Estás embarazada?

Volví a asentir feliz, mientras él se levantaba y sujetaba mi mano para que hiciera lo mismo. Pronto ese lanzó sobre mi y me abrazó muy fuerte. 

Estuvimos en esa misma posición durante más de dos minutos. 

-Vamos a ser padres Pablo-puse su mano sobre mi tripa-Y tú vas a ser el mejor padre del mundo

-Y tú vas a ser la mejor madre y la más bonita-me besó-Gracias por hacerme tan feliz, no sabes lo mucho que te quiero

-Te quiero mucho más-volví a besarle sujetando su cara

-Pero, ¿estás bien? ¿el bebé? ¿tiene pulso?

-Si amor, todo está controlado. El viernes cuando me enteré me hicieron una ecografía para comprobar, porque vieron que tuve un aborto-dije intentando no llorar-El bebé está fuerte, aunque aún es pequeñito

-¿De cuánto estás?

-Me dijeron que aproximadas cuatro semanas, tengo que ir en dos semanas a una revisión y ahí me dirán más exacto

-Madre mia esto es real, estás embarazada-se agachó y besó mi tripa-Te prometo bebé, que esta vez no va a pasar nada, vamos a ser felices los tres juntos

Y en ese momento, un cosquilleo se produjo en mi interior. Les amaba, a ambos. 

Volver a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora