32. La noticia.

1.2K 41 2
                                    

Faltaba dos días para que acabara el año. Íbamos a celebrarlo todos los amigos juntos, estábamos muy felices de la unión de ese año y queríamos acabarlo por todo lo alto, además, teníamos dos nuevas incorporaciones al grupo, aunque nuestros amigos solo eran conscientes de una de ellas. La otra era una sorpresa bien guardada para el día de nochevieja. 

En cuanto a los síntomas, seguían siendo los mismos, solo que ahora me quedaba dormida por los rincones, casi literalmente. Si estaba más de dos minutos sentada, me dormía. Incluso en alguna ocasión me había quedado dormida desayunando y en el baño. Era gracioso verlo, aunque siendo totalmente sincera, también me asustaba un poco. La última vez que quedamos para comer con los chicos fue el 25 de diciembre yo me quedé dormida esperando a que los chicos pusieran la comida. Me despertaron cuando ya estaba todo preparado, pero tenía más de 6 pares de ojos mirándome fijamente algo confusos, no entendían como me había dormido en los 20 segundos que se habían despistado, mi novio intentaba no reírse de la situación, pero disimulaba bastante mal esa risa. 

Sabíamos que ya era más difícil ocultarlo. Además, Pablo, por su parte no me dejaba sola en ningún momento, estaba demasiado protector. Con el tema del sueño, no quería que estuviera sola por si me dormía y pasaba algo. Igualmente me vigilaba mientras comía y me repetía que lo hiciera despacio para evitar las náuseas de después, que se habían convertido en una costumbre. Rezaba porque los chicos no se dieran cuenta. 

Se había comprado unos diez libros sobre la paternidad y ya había leído dos de ellos. Me hacía mucha ilusión ver su implicación. Cuando nos íbamos a dormir, todos los días se ponía a hablar apoyado en mi tripa, porque decía que el bebé lo escuchaba y quería que fuera reconociendo su voz. Me parecía tierno a la vez que gracioso. 

El lunes después de enterarse de que estaba embarazada me obligó a ir a un ginecólogo de pago para que siguieran mi embarazo a la vez que por la sanidad pública. Además, el quería ver una ecografía en directo, lo que no esperaba es que mi novio fuera a ponerse a llorar cuando escuchó latir el corazón del bebé. No podría haber imaginado un padre mejor para mi hijo o hija, estaba claro. 

Para anunciar la noticia a nuestros amigos, se nos ocurrió entregarle una cajita a cada uno con una copia de la ecografía, en la que, señalando al pequeño feto ponía "hola, pronto nos conoceremos, de momento nos veremos por ecos, ¡os quiero mucho titos! estoy aquí".-había un círculo señalado en la eco, referida al bebé, que aún era demasiado pequeño. Creíamos que era una forma sutil pero bonita de decirlo. Esperaríamos a estar cenando. 

El día de la cena de nochevieja llegó, y con él, mis nervios. Decidimos hacerla en casa de Pablo, pues era la que tenía el salón más amplio, y tendríamos más espacio para organizar la mesa, de lo que nos encargamos las chicas y yo mientras ellos preparaban la bebida, uvas y demás, aunque intentamos que Mikky no cargara mucho peso, pues ella ya estaba de algo más de tiempo y preferimos ahorrarle ese trabajo. Sira me miraba pidiendo que tampoco lo hiciera yo, ella era la única que lo sabía. Gavi, por su parte, me preguntaba cada poco rato cómo me encontraba e intentaba ayudar en todo lo que podía. 

Cuando acabamos de cenar, me puse de pie. 

-Gavi y yo os hemos preparado un regalo-dije. Gavi fue a su cuarto y trajo las cajitas.-No lo abrais hasta que lo tengáis todos eh-dije riendo. 

Una vez todas fueron repartidas, Gavi volvió a mi lado y me miró feliz. Ellos abrieron las cajas. Nos miraron sorprendidos y se quedaron callados unos segundos, pero al momento reaccionaron. 

-¿Qué es esto?-dijo Ferrán levantándose de golpe

-¿Estás embarazada?-le imitó Ansu

Yo asentí feliz, mientras todos se dirigían a abrazarnos a ambos. Mikky me miraba.

-Ya decía yo que ese cansancio que tenías no era normal-rió-Enhorabuena chicos, que ilusión, otro bebé al grupo-dijo emocionada.

Pedri se tiró encima de mi llorando.

-Ay Pedri no llores por dios, que si no voy a llorar yo también-le abracé fuerte.

-Este regalo de navidad no se compara con nada. Enhorabuena, de verdad, estoy segura de que ese bebé va a tener a los padres más increíbles del mundo.-me agarró la mano. Yo me emocioné. 

-Pero, ¿desde cuándo sabéis esto?-preguntó Balde muy sorprendido

-Yo me enteré hace como tres semanas, y Pablo hace una y algo. No lo saben ni nuestros padres, sois los únicos, guardadnos el secreto por favor

-Que fuerte me parece que Gavi haya sabido guardar el secreto hasta ahora-rió Ansu y de pronto llevó su mirada a Sira-desde la última vez que dije que os dierais prisa Clau y tú hasta hoy, ha pasado muy poco, ¿tienes algo que contarnos?-todos reímos menos Sira y Ferrán. El segundo se puso blanco de un segundo a otro y miró a su novia. 

-Olvidalo Ansu, con dos tenemos bastante-dijo mi amiga riendo. 

Todos estábamos muy felices, estaba siendo un cierre de año muy mágico se viera como se viera. Lo estábamos pasando juntos, Mikky y yo embarazadas y siendo una familia de verdad. No podía imaginarlo mejor. 

Pronto llegó la hora de las uvas, aunque yo no las comía. Entre el embarazo y que nunca me habían gustado mucho, Pablo había comprado una bolsa enorme de lacasitos, sabía que eran mis favoritos y así podía comer algo. Compartí con Mikky, quien tampoco era especialmente fan de las uvas. Reí viendo a Ansu meterse bajo la mesa, diciendo que, según eso, encontraría el amor el próximo año.

-...3,...2,...1,...FELIZ AÑO NUEVO!!-gritamos a la vez. 

Todos nos abrazamos contentos y yo besé a Pablo, quien tenía la boca llena de uvas. Una vez acabó de tragar me volvió a besar, más suave y duradero.

-Mi deseo para este año iba a ser que no te vayas nunca de mi lado, pero ahora se ha multiplicado, igual que el amor que siento por vosotros-tocó mi tripa-tú has sido lo mejor de este año, gracias por aparecer en mi vida y dejarme formar parte de ella-me besó suave mientras seguía teniendo una mano en su tripa. A continuación bajó la cabeza y dejó otro besó ahí. 

-Gracias a ti por darme el mejor regalo que podría haber imaginado, y por quererme como lo haces. Te amo Pablo, os amo-puse mi mano sobre la suya y sonreí. 

La magia estaba en el aire, por todos lados, en Sira besando a Ferrán, en Pedri, en Ansu y Balde llorando juntos, en Frenkie besando la tripa de Mikky, en Pablo, en mí, en nuestro bebé... Yo no podía estar más agradecida de ser su familia, y de que ellos fueran la mía. Les quiero con toda el alma. 

Nos abrazamos todos juntos y, muchos de nosotros acabamos llorando. Yo seguía culpando al embarazo de todas mis emociones, aunque sabía que no todo era por eso. Pablo me miraba y de vez en cuando dejaba un beso en mi cabeza. Nunca hubiera imaginado acabar el año embarazada y con Pablo. Me parecía aún surrealista, pero era precioso. 

Volver a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora