14. Suerte

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Me desperté a la mañana siguiente, sobre las 10 de la mañana, notando una presencia a mi lado. Gavi. Nos habíamos quedado dormidos y su mano estaba posada en mi abdomen. Era domingo, y yo no sabía si él tenía entreno, o algo que hacer, por lo que decidí despertarle. 

-Gavi...-dije moviéndole suavemente, a lo que no obtuve respuesta.-Venga despierta.-volví a decir-

Le escuché gruñir y me apretó más contra él, a lo que yo estuve a punto de derretirme. 

-Un rato más porfi, no te vayas.-dijo con voz ronca acurrucándose en mi. Reí, ni sabía donde estaba. 

-Son las 10, ¿tienes entrenamiento hoy o algo?.-abrió un ojo rápidamente y me miró, levantándose de la cama corriendo. 

-Mierda, se me había olvidado, creo que es a las 10 y media, joder.-se levantó corriendo de la cama y yo me quedé mirándole.-Tengo los ojos arriba, guapa.-dijo agachándose hacia mi tras ponerse los pantalones para darme un beso rápido.-

Decidí vestirme yo también y salir de la cama para organizar la semana y la casa una vez él se fuera. Le ofrecí un desayuno rápido pero negó agradeciendolo, iba con prisa.

-Quiero comer contigo hoy, los dos, aquí, ¿vale?. Yo me encargo de todo, tú sólo tienes que abrirme la puerta.-rió mientras me daba otro beso suave y algo más lento.-Me voy guapa, luego nos vemos. 

-Adiós, suerte, hasta luego.-dije de la misma manera.

Una vez se fue, lo primero que hice fue ir al salón y llamar a mis padres. Llevaba un par de días sin hablar con ellos y no estaban acostumbrados a la tardanza, ya estaban reclamandome. 

Después de casi 45 minutos de llamada, pasé a hablar con mis amigas, a quien decidí contarles la situación, después de notar que estaba algo rara. Por algo son mis amigas desde que tengo uso de razón, supongo. Les hice un resumen, evitando nombrar que estaba hablando de Gavi, un futbolista. Les hablé de un chico y de lo que estaba pasando, sin entrar en detalles de quien era él. 

-Tia es que yo no sabría ni que hacer, ni que pensar en tu situación.-dijo Susana.-No sé, si el chico es así, y tu no quieres algo con nadie así, ¿por qué habéis follado hoy otra vez? Una vez vale, es un error, pero dos... eso ya es vicio.-rió.

La verdad es que en parte tenía razón. No sabía bien que había pasado ayer, solo sé que las ganas nos ganaron a ambos. Pero otra cosa tenía clara, esta mañana, cuando me desperté, no me arrepentí de nada. 

-No se, la verdad, quiero esperar que venga hoy para que hablemos. Hemos quedado para comer. Estoy confundida en general...-dije suspirando.

-¿Pero a ti te gusta?.-habló Mar.

-¿Sinceramente? No lo sé. No sé chicas, desde que lo dejé con Rubén no había vuelto a sentir nada por un tío más allá de atracción física, y a él aún no le conozco tanto como para saber si de verdad me gusta o no, aunque tengo ligeras sospechas de que un poco sí.-me ruboricé. Era la primera vez que admitía que podía estar empezando a sentir cosas por Gavi, y me daba mucho vértigo. 

-Haz lo que te diga el corazón cuando estés con él.-volvió a hablar Susana, que era bastante cursi cuando se lo proponía. Yo reí.-¿Qué? Es verdad. Piensa en si el corazón te va más rápido cuando estáis juntos sin ningún tipo de tensión sexual tia, así sabrás si es algo más o solo atracción. 

Tras un buen rato más, decidí que era hora de colgar, pues aún no me había duchado, ni limpiado, y Gavi no tardaría más de una hora y media en llegar, suponía. 

Cuando acabé de organizar toda la casa, me dirigí a la ducha, mi lugar de relax. Donde las mejores y las peores ideas venían a mi cabeza. Ese día no podía parar de pensar en el castaño que había dormido conmigo y que, de una manera u otra, estaba llevándose toda mi atención. 

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