54. Quería que fuera positivo

785 40 3
                                    

Una raya. Negativo. No estaba embarazada. Miré a mis amigas negando con la cabeza, a lo que no tardaron más de un segundo en abrazarme. Por mucho que lo negara, en una parte de mi corazón, quería que fuera positivo. No sabía si estaba preparada para que lo fuera, pero realmente lo quería, aunque con mucho miedo. 

Tiré la prueba a la basura y volví al salón con total normalidad. No quería sacar mucho el tema ni que ellas lo hicieran. Había quedado claro que era un virus y ya está. 

Pusimos una película y, sin hablar mucho las tres, pasamos lo que quedaba de noche. Al final se quedaron a dormir por si acaso me encontraba mal a lo largo de la noche. 

Así fue, la fiebre me subió y no se fue en toda la noche, obligándome a estar despierta y de bastante mal humor. Tres baños y un paracetamol después, sobre las 6 de la mañana seguía notando la temperatura muy alta, cosa que fue comprobada al coger el termómetro y leer 39,6º, por lo que, muy a mi pesar, decidí despertar a las chicas para que me ayudaran a llegar al hospital. 

Una vez allí, lo primero que hicieron fue realizarme una analítica y dejarme una vía intravenosa para que diferentes medicamentos me ayudaran a bajar tanto la fiebre, como los dolores de tripa que tenía en ese momento.

Me hicieron diferentes preguntas para intentar encontrar un diagnostico de lo que me estaba sucediendo, incluyendo una prueba de embarazo entre otras muchas cosas. Pronto me trasladaron a una habitación para dejarme en observación y, mis amigas, obligadas por mi, se fueron a casa. Aunque ya era de día, les pedí que descansaran, yo estaba bien cuidada. 

Lo que más preocupaba era que Gavi se iba a enterar, porque si de algo estaba segura, es de que su hermana le llamaría para avisarle, y no la culpo, si yo estuviera en su lugar haría lo mismo, aunque sabía como era mi pareja y lo mucho que se preocuparía sin necesidad. 

Solo esperaba que no se pusiera muy nervioso, ya que no faltaban más de dos horas para que él cogiera el vuelo que le traería de vuelta a España, aunque aquí llegaría pasada la media noche. 

Por mi parte, decidí descansar, ya que toda la medicación que me habían administrado hizo que me encontrara algo mejor, al menos en cuanto a la fiebre, ya que la tripa seguía doliendome bastante. 

------------------------------------------------

Cuando desperté, noté una presencia cerca. Una de las enfermeras estaba revisando que la medicación estuviera bien puesta. Le pregunté la hora, y me sorprendí cuando me dijo que eran ya las 6 de la tarde, lo que significaba que había dormido más de 6 horas seguidas. Sí que estaba cansada. 

También me comentó que mis dos amigas estaban fuera, esperando a que despertara, y que pronto vendría el médico a entregarme los resultados, ya que al verme durmiendo decidió esperar. Supuse que los resultados entonces no mostraban nada muy grave. 

Dicho y hecho, cinco minutos después entró el doctor que esa misma mañana me había atendido en urgencias. 

-Buenas tardes Claudia, ¿cómo te encuentras?

-Estoy algo mejor, no noto fiebre, pero aún me duele la tripa, ¿qué tengo doctor?

Él me miró y después su vista se desvió hacia el gotero que tenía puesto. 

-Los resultados de la analítica mostraron varias cosas. En primer lugar, tienes una infección que no es muy grave, suponemos que esa es la que te está causando fiebre, por lo que ya te pusimos medicación. Si me dices que ya no la notas es buena señal, significa que está siendo efectiva para combatir el virus. 

>>También hemos encontrado que tienes la hormona gonadotropina con unos niveles muy alterados. ¿Hace cuando fue tu última menstruación?-preguntó. 

Me quedé pensando. Realmente no la recordaba en ese momento. 

-Pues no recuerdo ahora mismo doctor. ¿Es grave lo que tengo?-dije algo nerviosa. No tenía ni idea de que era esa hormona, ni qué significaba que estuviera alterada. 

-Claudia, no sé si lo sabías, por lo que me dices quiero suponer que no, pero estás embarazada

¿Qué? ¿Embarazada?

-Doctor, ¿está seguro? Anoche me hice un test y salió negativo. Hace unos meses tuve un aborto, ¿no tendrá nada que ver?

-No, el test habrá dado negativo por un fallo o por que estés de muy pocas semanas, pero suelen analizar el nivel de la hormona gonadotropina y, con los niveles que aparecen aquí, debería haber dado positivo, habrá sido un fallo. No hay duda, Claudia, estás embarazada. 

Sus palabras se clavaron en mi cabeza y me asfixiaban por dentro. No sabía si quería estar embarazada después de todo lo que había pasado, pero ya era tarde para pensar. 

-Vamos a pasarte a la sala de ecografías para ver aproximadamente de cuánto tiempo estás. Me has dicho que sufriste un aborto y quiero comprobar que todo esté bien.

Ahí venían los problemas. No saber si está o no vivo. No saber si saldrá o no adelante. Estaba embarazada, pero no sabía si lo estaría por mucho tiempo. 

---------------------------------------------------

Decidí esperar a que me hicieran la ecografía para contarle a mis amigas, pues aún yo estaba intentando asimilar la noticia y, además, no sabía qué iba a pasar en las siguientes horas. 

Me llevaron a la sala de ecografías tal y como el doctor me había explicado que harían. Allí, otra doctora cuyo nombre era Beatriz me estuvo explicando lo que iban a hacerme y, además, me hizo contarle todo sobre el aborto. Ella tenía acceso completo a mi historial, pero quería saber cómo había pasado todo de mi mano para contrastar datos e intentar evitar alguna cosa durante este embarazo, si es que era posible aquello. 

Comenzó la ecografía. Mis nervios no disminuían. La doctora estaba muy concentrada, hasta que la noté sonreír y giró la pantalla hacia mi, mostrándome un pequeño saco en el que se veía algo del tamaño de un garbanzo. 

-Te presento a tu bebé

-¿Está vivo?-pregunté a punto de llorar

-Está todo perfectamente Claudia. Según el tamaño, estás de aproximadamente seis semanas. Enhorabuena, tu bebé está sano. 

La doctora conectó algo al ecógrafo y de repente comenzaron a sonar sus latidos. Iban muy rápido, tanto como los míos o más en ese momento. 

Llevé mis manos a mi cara intentando no llorar, cosa que fue imposible al escuchar esas palabras. "Tu bebé está sano". No podía creerlo. Estaba embarazada, Pablo y yo íbamos a ser padres. 

Estuve varios minutos intentando calmarme, aunque fue algo difícil. Las emociones que estaba sintiendo desde el día anterior estaban explotando. 

Primero el test negativo, después el análisis con unos resultados contrarios, y ahora, escuchar como mi bebé estaba vivo, vivía dentro de mí. Era emoción pura lo que sentía en ese momento. 

No podía esperar más para compartirlo con Pablo. 

Volver a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora