Volver a ti

26. Malentendido.

Joder, llegaba tarde. Era la primera vez que se me olvidaba poner la alarma, menos mal que Gavi si la tenía y, aunque sonaba a media hora de que comenzara mi turno, al menos me había despertado. Corrí todo lo que pude para que no se notara mi retraso. Me despedí de Gavi dándole un beso rápido, pues nos íbamos a ver en unas horas. 

-Alguien llega tarde-dijo Julian ofreciéndome un café, Aurora rió.

-Cállate por dios, no puse la alarma-me senté frente el ordenador corriendo 

-¿Y cómo has conseguido despertarte a tiempo?-volvió a decir. Bebí café intentando evitar la respuesta o, al menos, esperando inspiración divina, pero ellos sabían que yo no era de despertarme sin alarma entre semana. 

-Alguien ha dormido acompañada, mírale el cuello Juli-dijo Aurora y yo la miré confundida-tienes un mordisco, amor, y yo no quería verlo, me está dando asco imaginarme a mi hermano así-puso cara de asco, a lo que yo reí.

-Dios mío perdón-me tapé corriendo. 

Los tres volvimos a reir y nos pusimos a trabajar, teníamos que editar la sesión de fotos que tuvimos el día anterior, redactar la entrevista y preparar todo lo que teníamos la semana siguiente.

En ese momento entró Virginia y nos dijo que quería hablar con Aurora y conmigo. La seguimos extrañadas, no teníamos ni la más mínima idea de que quería. Llegamos a su despacho y nos sentamos. 

-Chicas, como ya sabéis estamos ampliando la revista, y tenemos unas reuniones en Madrid la semana que viene para conseguir una subvención, que nos va a ayudar con eso y para tener mejor material. Quería pediros que vinierais conmigo. Iríamos Max, vosotras dos y yo, ya no solo por la reunión, sino quiero que visitemos las oficinas que tenemos allí para coger nuevas ideas-dijo emocionada-sé que es algo precipitado, pero no os neguéis porfavor, sería de miércoles a sábado y tendríais todo incluido, incluso las dietas y el viaje-nos miró. Aurora y yo nos miramos y asentimos-muchas gracias chicas, esto es muy importante para la empresa, de verdad-nos cogió una mano a cada una. 

Salimos de allí algo confundidas, yo por mi parte no me había enterado del todo de lo que teníamos que hacer. Max también venía, y llevaba varios días sin verle, pues él estaba actualmente negociando un contrato nuevo con una editorial, y llevaba ya varios días fuera de Barcelona. 

Cuando dieron las dos, me fui corriendo a casa, tenía muchas cosas que hacer antes de que pasara Gavi a por mi, y no creía que fuera a darme tiempo. Llegué volando y preparé un bolso con la ropa que él me dijo. Cogí mi documentación, me duché y comí algo rápido. Cuando miré el reloj eran las 4 menos 15, justo a tiempo. Me senté en el sofá esperando un mensaje, que no tardó mucho en llegar. 

Bajé y vi a Gavi apoyado en su coche, fui a darle un beso y él puso sus manos en mi cintura profundizandolo. 

-¿Preparada para el mejor fin de semana de tu vida?-dijo, yo asentí contenta, tenía muchas ganas realmente. 

Nos subimos en el coche y salimos, aunque yo aún no sabía dónde íbamos. No sé en qué momento me quedé dormida, pero pasó. Desperté cuando tenía unas manos a mi alrededor moviéndome suavemente para que despertara. 

-Amor, hemos llegado-dijo dándome besos por toda la cara-Vamos, que no hay tiempo que perder-sonrió cuando abrí los ojos. 

Miré a mi alrededor al bajar del coche y lo que vi delante de mis ojos, podría jurar que fue de las cosas más bonitas que había visto nunca. Estábamos ante una casita en medio del campo, era de madera y preciosa, al igual que todo a su alrededor. 

Entramos y todo eran sorpresas, tenía velas y flores por todas partes. Cerca de lo que era el salón tenía también una botella de champán enfriándose en una cubitera, y un montón de pétalos de rosas adornaban el suelo, haciendo un pasillo hasta llegar al jacuzzi.