NARRA PABLO
Había pasado algo más de una hora desde que habíamos llegado a urgencias y aún nadie nos decía absolutamente nada acerca del estado de Claudia y el bebé. Estaba cagado de miedo, sabía que no era normal que sangrara. Pedri y yo estábamos en la sala de urgencias, mi amigo había avisado a los demás de lo que había pasado, pero les pidió por favor que no vinieran para no ponerme más nervioso. Yo solo quería que me avisaran ya y que las noticias fueran buenas, si algo les pasaba a ellos yo me moriría.
Poco después salió un médico y se dirigió a nosotros.
-¿Familiares de Claudia Fernández?-dijo. Yo corrí hacia él.
-Soy su pareja, ¿cómo está ella? ¿y el bebé?-pregunté desesperado. Él me miró y suspiró.
-Venga conmigo porfavor-dijo guiándome a una sala. Pedri se tuvo que quedar allí.
Entramos en un despacho y él se sentó con mala cara. Algo pasaba, yo lo sabía.
-Claudia está bien dentro de lo que cabe, tuvo un sangrado debido a un hematoma que tiene en el útero, pero que si todo va bien, va a desaparecer solo con reposo absoluto, al menos durante dos semanas. Eso sí, debe tener mucho cuidado, he leído en el historial que hace relativamente poco tuvo anemia, no queremos que se agrave con esto. El bebé tiene latido, que era lo que más nos preocupaba. No se ven problemas ni en el crecimiento ni en los movimientos, pero lo mismo que antes, el reposo es fundamental para que el embarazo llegue a término, hay probabilidades de aborto, no le quiero engañar.-soltó de la nada.-Quise esperar a que usted lo supiera para contarle a Claudia, estuvo llorando un buen rato mientras le examinábamos.
Ahí se paró mi mundo durante unos segundos. El bebé estaba en peligro, había posibilidades de que no naciera, y eso me partió el corazón en mil pedazos. No sabía como iba a tomárselo Claudia, pero yo quería estar con ella cuando se enterara, ella necesitaría un apoyo muy fuerte.
Le pedí al doctor que me dejara un momento para tranquilizarme antes de ir a hablar ambos con Claudia, no quería que me viera mal. 15 minutos después nos dirigimos a la habitación en la que ella estaba. Cuando entramos nos miró muy seria, yo sabía que algo se olía.
-¿Qué ha pasado Pablo?-dijo debilmente al ver que entraba con el doctor-¿Cómo está mi bebé?-preguntó a punto de llorar. Fui rápido hacia ella tranquilizándola y le di un beso en la cabeza.
-Está bien, estáis los dos bien amor tranquila, ahora te contará el doctor.-pasé mi mano por su pelo suave e hice que se apoyara un poco en mi. El momento había llegado. El doctor habló explicándole todo al igual que había hecho conmigo antes, mientras yo notaba como ella lloraba apoyada en mi pecho. Esto me estaba doliendo tanto como a ella, pero teníamos que ser fuertes, por los tres.
Cuando acabó de hablar y le dio las pautas necesarias a Claudia para cuidarse, salió de la habitación confirmando que iba a quedarse esa noche ahí para estar en observación, cosa que yo agradecía, en ningún lugar iba a estar mejor que ahí, al menos durante esta noche por posibles complicaciones. Ella no dejaba de llorar.
-Amor, porfavor relájate, esto no es bueno para ninguno de los dos, tienes que estar fuerte ahora y luchar por los dos, me encantaría poder hacerlo yo también, de verdad-le agarré suave la cara y uní nuestras narices-El bebé te necesita fuerte, ahora más que nunca.
Esas palabras parece que le despertaron un poco e intentó tranquilizarse y respirar suave mientras cogía mi mano y la llevaba junto a la suya a su vientre. El bebé estaba ahí, vivo, seguía con nosotros y eso era lo que más fuerza tenía que darnos para seguir y luchar.
-Pablo si algo le pasa yo... me muero-dijo mirándome con lágrimas en los ojos-no voy a poder soportarlo.
-No va a pasar nada, te lo prometo, yo voy a cuidaros, ¿vale? y tú no vas a estar sola ni un segundo, quiero que hagas reposo absoluto al menos durante un mes para que todo esté bien, déjate cuidar, déjame que lo haga porfavor-susurré triste. Ella asintió y se apoyó en mi pecho de nuevo.
Llamé a Pedri para que entrara en el cuarto, sabía que él estaba muy preocupado. Cuando llegó le contamos todo lo que nos había dicho el médico, y poco le faltó a él también para llorar. Se abrazó a mi mientras yo escuchaba cómo intentaba no soltar ninguna lágrima.
Después de un rato, todos estábamos algo más tranquilos, y Claudia se quedó dormida. Pedri se fue a casa, pero le pedí que hablara con los demás y le contara lo que había pasado. Además, le dije que avisara a Xavi de que iba a estar un par de días sin ir a entrenar, ya llevaría el justificante cuando me incorporara. Yo aproveché cuando se fue para avisar a Aurora de lo que había pasado. Necesitaba que ella hablara con su jefa para que la dieran de baja, al menos estas dos semanas. Y también le pedí que porfavor por las tardes viniera a mi casa cuando yo me incorporara a los entrenamientos para que ella estuviera acompañada y no se moviera.
Poco después me llamaron mis padres, quienes se habían enterado de todo por Aurora. Mi madre me dijo que iba comprar un billete de avión para venirse al menos unos días y ayudarnos en todo. Se lo agradecí realmente, no iba a venirnos mal una pequeña ayuda en casa para estar con ella.
Me tumbé en el horrible sofá que había en la habitación, pero estuve toda la noche en vela cuidándola, no quería que sucediera nada, así es que preferí quedarme despierto para estar pendiente de que todo fuera bien. Claudia dormía en paz, cosa que me alegraba. Ella necesitaba descansar para encontrarse fuerte, esto había sido un palo muy duro para ambos, aunque sé que ella lo estaba pasando peor.
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Por la mañana temprano me llamó Pedri, estaba abajo y me traía algo de ropa para que pudiera asearme, ya que sabía perfectamente que no iba a moverme de allí. Por lo mismo, le pedí que subiera, no quería separarme ni un segundo de ella. Estuvimos hablando un poco hasta que Claudia despertó.
-Buenos días mi amor, ¿cómo te encuentras?-pregunté dandole un beso-El médico va a venir pronto para ver que tal va todo-Ella no dijo nada, solo asintió con la cabeza y se quedó mirando a la nada. Yo suspiré, pero tampoco dije nada más, sabía que ella estaba preocupada y era su manera de aislarse un poco del mundo.
Pedri y yo seguimos hablando entre nosotros, hasta que tocaron la puerta. Venían a hacerle una ecografía para ver que tal iba el hematoma y si seguía latiendo el corazón del bebé. Hasta ese momento creo que no fui consciente de que no sabía si mi hijo estaba vivo o no, y eso me hizo empezar a temblar. Pedri me agarró del brazo dándose cuenta. El médico puso un gel frío en su tripa y comenzó a mirar.
-El bebé es fuerte, está bien-en ese momento respiré tranquilo-¿Quereis escuchar su corazón?-ambos asentimos, Pedri solo podía mirar la pantalla con lágrimas en los ojos. El médico activó el sonido y en toda la habitación solo se escuchaban los latidos del bebé, que se mezclaron con los nuestros. Era el sonido más bonito del mundo sin lugar a dudas, no podría describir ese momento ni en un millón de años-Se está dejando ver muy bien, ¿queréis saber el sexo?-Claudia me miró sonriendo y yo asentí-Es un niño, enhorabuena papis-en ese momento ya no pude aguantar más las lágrimas, besé a Claudia mientras ella también lloraba de la emoción-Todo está bien, pero ya sabeis, el reposo absoluto es muy necesario, aún no estás fuera de peligro. Voy a prepararte el alta y demás papeles para que te den de baja en el trabajo, tu pareja me dijo ayer que trabajas de pie casi todo el día, y eso es imposible ahora mismo.
Claudia se limitó a asentir y una vez se fue el médico, me dio las gracias por pensar en todo. Pedri, quien se había sentado en el sofá, miraba una foto en su móvil que había hecho de la ecografía y lloraba como un niño pequeño.
Ahí me di cuenta de que él tenía que ser el padrino, estaba completamente seguro de que Claudia opinaría igual que yo, no había persona en el mundo que mereciera más que él serlo, era el mejor amigo, el mejor hermano e iba a ser el mejor tío del mundo.

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Volver a ti
Romance¿En qué momento Claudia decidió mudarse a Barcelona persiguiendo su sueño? Es algo que ella aún se pregunta. A veces la vida tiene planes para nosotros que, nunca habríamos imaginado. Claudia Fernández es una chica de 21 años, nacida y criada en Sit...