9. Me apetece que me dejes en paz

1.2K 38 3
                                    

Llegó el sábado. Eran las 9 de la noche cuando me encontraba ondulándome el pelo y maquillándome para salir. Ese día decidí ponerme un vestido blanco de satén bastante corto, hasta para mi gusto, pero que me hacía un cuerpo realmente bonito. También me puse unas plataformas para acompañarlo. 

Cuando Pedri me dijo que estaba abajo esperándome, cogí el bolso y salí. Me encontré con él, quien me esperaba fuera del coche. Iba realmente guapo, con una camisa blanca y un pantalón vaquero negro. 

-Estás guapísimo Pedri.-sonreí lanzándome a abrazarle.

-Mira quién lo dice. ¿Preparada para ligar?.-reimos ambos mientras yo negaba graciosa con la cabeza. 

-Preparada para beber, solo para eso.-reí-

Nos montamos en su coche y nos dirigimos a la casa de Ansu, donde estaríamos hasta pasada la 1, que teníamos el acceso a la discoteca. Una vez llegamos, nos abrió un Ansu muy feliz, demasiado quizás.

-Hola guapos, solo faltabais vosotros, pasad.-dijo dándome dos besos a mi y un apretón de manos a mi compañero.

Dentro pude reconocer rápidamente algunas caras. Estaban Balde, Sira, Ferrán y Gavi. A los demás (que no eran muchos) no les conocía. Había dos chicas y tres chicos más. 

-Ey Clau, ¿que tal tia?.-dijo Sira viniendo hacia mi sonriendo. 

-Hola amor.-sonreí abrazándola.-Estás preciosa.

La noche estaba pasando rápido y sin problemas. No había hablado con Gavi en toda la noche, cosa que agradecía. Me presentaron a los demás que estaban allí, Victor, Juan, Marcos, Laura y Eva, que eran amigos de Ansu. Parecían simpáticos. 

Estuvimos bailando todos juntos. Cuando ya pasaban las doce de la noche y sentía que el alcohol empezaba a subir, después de cuatro copas, salí al patio de Ansu para tomar un poco el aire. Cuando llevaba algo más de dos minutos allí, sentí una presencia detrás de mi. Solo esperaba que no fuera quien yo imaginaba, aunque mis dudas se disiparon en cuanto olí su colonia, la cual por desgracia, ya empezaba a reconocer. 

-¿Qué haces aquí fuera sola?.-dijo él mientras yo me quedé quieta sin mirarle.

-Quería tomar el aire simplemente.-respondí alzando los hombros para después bajarlos. 

-¿Estás borracha?.-se rió. Este chico debía ser tonto. 

-Gavi, por favor, no quiero sonar borde ni nada parecido, pero, ¿podrías dejarme a solas? Si quieres yo me voy a otro sitio, no tengo problema, pero déjame.-me moví dispuesta a irme, me miró como pensándolo, y después negó con la cabeza, a lo que yo suspiré cansada. 

-Mira Claudia, no se que te pasa conmigo, pero me encantaría saberlo. Perdona por lo del ascensor, no sabía que tenías claustrofobia, aunque bueno, tampoco se si fue eso, lo supuse simplemente.-dijo mordiéndose el labio por dentro nervioso.- Si es por que no te llamé, perdona, he estado algo ocupado y no me dio la vi...-le frené hablando.

-¿Quién es Melanie?.-dije mirándole fijamente.

Él frunció el ceño y me miró.-¿cómo sabes tú de su existencia?.-preguntó confuso. 

-¿Qué más da eso?, ¿Por qué no respondes?.

-Melanie es una amiga con la que quedaba de vez en cuando antes. 

-¿Hace cuánto no quedais?.-pregunté curiosa. Quizás me estaba metiendo donde no debía, pero me sentía en la obligación conmigo misma. 

-Desde hace como... un mes más o menos, quizás algo más. ¿Estás así porque estabas celosa?.-reía él.

Volver a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora