Había llegado el día. Hoy volaba para Dallas. Tenía que estar en el aeropuerto a las 5 de la mañana, eran las 2 y yo estaba acabando la maleta. Había conseguido ocultarles a todos que iba, no sabía como lo había logrado, pero no sospechaban nada, o al menos eso creo.
Cerré la maleta y me dirigí al aeropuerto. Dejaría allí el coche para no tener que molestar a nadie. El viaje era largo, pero al ser de noche aquí, suponía que dormiría algunas horas. Pronto estábamos embarcando y, cuando me quise dar cuenta, ya llevábamos cinco horas de viaje. Se me estaban pasando más rápido de lo que esperaba, cosa que agradecía.
Llegué bastante cansada al aeropuerto de Dallas a las 7 de la mañana de allí. Pedí un taxi que me llevara al hotel en el que se encontraban los chicos. Xavi me había mandado las indicaciones necesarias y había dado en recepción mi nombre para que me dejaran pasar sin problemas. Al ser las habitaciones de los jugadores individuales, no había problema en que me quedara en la de mi novio, al igual que las demás lo estaban haciendo.
Cuando yo llegué al hotel, ellos ya se encontraban entrenando, puesto que comenzaban muy temprano para evitar altas temperaturas. Quise avisar a las chicas, pero sabía que era muy temprano y ellas posiblemente aún dormían, así es que las dejaría descansar algo más.
Dejé la maleta en el cuarto y bajé a tomar un café, pues el horario me había descolocado un poco y traía un sueño horrible, aunque había dormido en el avión algo. Al bajar a la zona de buffet, me encontré de espaldas a Sira, así es que fui hacia ella sigilosamente y le cerré los ojos.
-¿Qué coño?-dijo ella tocando mis manos-¿Quién eres?
Se dio la vuelta y, cuando me vio, me abrazó fuerte chillando, haciendo que medio comedor se enterara. Reí mientras saltábamos, como si lleváramos más de tres meses sin vernos
-¿Qué haces aquí?
-¿Así recibes a tu mejor amiga?-le pegué en el hombro-¿Cómo iba a perderme un clásico en Dallas?-reí
-Madre mia Gavi se va a morir, ¿no sabe nada, verdad?-negué-Ya suponía yo. Ayer estaba triste porque no pudo hablar mucho rato contigo, pobre, me dio hasta pena.
-Ya... es que tenía que preparar la maleta y salí algo tarde de trabajar, pero no podía decírselo.
-Vamos a verles ya, menuda sorpresa se van a llevar todos-cogió mi mano y no me dejó ni tomarme el café. Genial, iba a ser un zombie.
Sira, quien parecía que llevaba viviendo aquí una vida entera, ya se conocía toda la zona y también cómo llegar al estadio en el que estaban entrenando. Me fue guiando y mostrando lugares que debíamos visitar antes de volver a España, como si tuviéramos todo el tiempo del mundo.
Pronto llegamos al estadio y mostramos nuestras acreditaciones. Menos mal que Xavi había pensado en todo. Entramos por la zona trasera para evitar encontrarnos a ninguno en algún descanso o algo parecido. A quien sí vi fue a los amigos de Pablo, que estaban allí tomando algo.
Alejandro fue el primero en darse cuenta de mi presencia.
-Pero bueno, esto si que es una sorpresa, hola Claudia-vino hacia mi y me dio dos besos-¿Qué haces aquí? Gavi nos dijo que no podías venir
-Sí bueno, es que él no lo sabe, acabo de llegar-reí y fui a saludar a los demás. Me di cuenta de que faltaba una de sus amigas, Zoe-¿Sabeis si Pablo está entrenando o están en descanso?
-Comenzaron el descanso hace nada, tienen media hora creo que dijo. Iba a venir ahora para acá, pero Zoe le entretuvo, deben estar hablando cerca de los baños, que es donde les vimos la última vez.
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Volver a ti
Romance¿En qué momento Claudia decidió mudarse a Barcelona persiguiendo su sueño? Es algo que ella aún se pregunta. A veces la vida tiene planes para nosotros que, nunca habríamos imaginado. Claudia Fernández es una chica de 21 años, nacida y criada en Sit...