15. Menudo susto nos has dado

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Martes 12 de octubre. Esta semana iba a ser algo diferente, pues el miércoles había quedado con Sira y Mikky para ir a ver un partido de los chicos y me hacía mucha ilusión, era la segunda vez que iba. Me comentaron que posiblemente también vendría Aurora, a lo que me alegré un montón. 

Por otro lado, ese mismo día por la mañana, Julián, Aurora y yo teníamos una entrevista con una cantante famosa, la cual era bastante importante para la revista, según nos explicó Virginia. Según ella, "dejaba la revista en manos de los mejores". Eso nos dio un chute de energía. Max estaba en un viaje de negocios para un tema de la revista que no entendí muy bien.

El día pasó bastante rápido, y la verdad, es que no fue nada entretenido. La mañana se me había hecho eterna, me sentía bastante cansada y no sabía por qué, puesto que había dormido bastante y bien. Cuando llegué a casa sobre las 4, comí y me recosté un rato. Me despertó el timbre de casa y fui a abrir. 

-¿Pedri?, ¿Qué haces aquí?.-pregunté al ver a mi amigo en la puerta.

-Me aburría en casa y vine a molestarte.-pasó al salón.-¿Estabas durmiendo? Son casi las 7.-dijo

-Sí, estoy reventada, te lo prometo. No sé que me pasa

-¿Y eso?, ¿Te encuentras mal o algo?-preguntó preocupado mientras me miraba fijamente.

-No, que va, es solo eso, cansancio, no habré descansado bien esta noche o algo, pero no pasa nada.-sonreí quitándole preocupación al asunto.

Estuvo allí un rato, en el que no paramos de hablar de lo nervioso que estaba por el partido del miércoles, puesto que era "un clásico". Me tuvo que explicar qué significaba eso. Le apoyé en todo lo que me dijo intentando frenar sus nervios y le deseé suerte, aunque yo sabía que no la necesitaba. Él es el mejor. 

Cuando se fue miré el reloj, eran casi las nueve ya y yo sentía que el día había pasado sin que yo hiciera nada, cosa que odiaba. Volví al salón y me senté diez minutos con el movil. Cuando volví a levantarme, sentí un mareo horrible que me hizo volverme a sentar de golpe. Notaba una sensación horrible por el cuerpo. 

No cené porque no tenía nada de hambre, así es que me fui a la cama cuando ya me encontraba mejor, asegurándome de tener puesta la alarma para el día siguiente, y sin darme cuenta, me dormí. 

Al día siguiente, me desperté y corriendo fui a la ducha. Teníamos que estar diez minutos antes de lo normal en la oficina para organizar bien la entrevista de hoy, era la más importante que tuvimos hasta el momento. 

Seguía cansada y no entendía nada, puesto que había dormido más de diez horas e hice siesta el día anterior. Con agua fría conseguí despejarme un poco, aunque no mucho. 

Subí al coche, y una vez llegué, vi como Aurora bajaba del coche de Pablo, qué raro, nunca la traía al trabajo, o al menos, nunca le vi hacerlo. Me acerqué a ellos, mientras su hermano bajaba del coche. Era cómodo ver como podíamos saludarnos sin problemas, más ahora que su hermana sabía que nos conocíamos y salíamos en el mismo grupo. 

-Buenos días guapa.-sonrió y me saludó mi compañera, mientras su hermano quedaba al margen.

-Buenos días chicos, ¿qué tal?.-los miré a ambos, aunque mi vista se iba al castaño que tenía a mi izquierda casi sin querer.

-Tengo sueño, pero bien, necesito un café gigante.-dijo ella, a lo que reí-¿Tu también, verdad?.-asentí.-Voy por ellos, ahora vuelvo.-dijo yéndose, a lo que me quedé hablando con Pablo. 

-¿Cómo es que viniste hoy a traerla?-pregunté curiosa.

-Pues nada, que tu amiga ha decidido que hoy estaba vaga, y yo tenía que ir a entrenar, por lo que me ha obligado a pasar por ella.-rió y me abrazó.-Me tengo que ir, que llego tarde y me matan. Adiós Claudia, ¿nos vemos mañana verdad?-preguntó mientras se montaba en el coche y me guiñaba un ojo. 

-Por supuesto.-alcé la voz para que me escuchara-

Cuando se fue, me dirigí hacia la oficina, cuando la misma sensación de mareo del día anterior sacudió mi cuerpo, por lo que fui a girarme para apoyarme en mi coche, pero una mano me agarró antes de llegar y me sujetó firmemente del brazo.

-¿Todo bien?.-dijo Juli, menos mal que había llegado, porque yo no se si hubiera aguantado sin caerme-Estás muy pálida Clau, ¿pasa algo?. 

-No no, todo bien, buenos días.-sonreí como pude mientras se pasaba el mareo.-¿Vamos?.-asintió.

Estuvimos trabajando toda la mañana y se pasó bastante rápido. La chica resultó ser muy simpática y nos facilitó un montón el trabajo. 

Pasadas la una de la tarde yo sentía que no podía más. No sabía que ocurría, pero cada vez me encontraba peor. En un segundo noté como la vista se me nubló y caí de rodillas al suelo. Aurora y Juli vinieron corriendo hacia mi preocupados.

-Clau, ¿qué te pasa?.-preguntó la chica-¿Estás bien?-No podía hablar. 

Yo sentí como Juli me sujetaba por detrás de las rodillas y me sentaba en el sofá que había en el estudio, mientras Aurora se dirigía a buscar una botella de agua para ofrecérmela. La cogí y bebí un poco intentando abrir los ojos para que se pasara el mareo. 

-Es solo que anoche no cené y no me dio tiempo de desayunar. No os preocupéis, estoy bien, fue un mareo solo sin importancia.-dije para tranquilizarles. Era verdad, no pude comer nada, solo me tomé el café que ella me dio y posiblemente se me bajó el azúcar por ello. Aurora me trajo de una máquina expendedora una bolsa de patatas para que la comiera y así me encontrara mejor, cosa que funcionó. En cuestión de minutos ya se había ido el mareo. 

-Menudo susto nos has dado Claudia.-dijo Juli

-Perdonadme chicos.-dije algo triste, a lo que me abrazaron a la vez mientras decían que estaba tonta por pedir perdón. Por cosas como estas dije que mis compañeros son los mejores del mundo. 

Sobre las dos y media llegué a casa. Lo primero que hice fue llamar a Aurora y Julián obligada por ellos mismos para decirles que estaba bien, que no se preocuparan. Comí y me puse a editar algunas fotos por mi cuenta de la sesión de hoy. Hasta que llegaron las 5 y comencé a prepararme, los chicos jugaban a las 7 y yo había quedado de estar allí con Sira sobre las 6. 

Me ondulé el pelo como pude y utilicé rimmel y colorete. Cogí mis vaqueros y un top blanco de media manga para no pasar mucho calor. Salí hacia el estadio. Una vez allí, Sira estaba esperándome para ver a los chicos. Mikky y Aurora se habían retrasado un poco. 

Fuimos a las puertas de vestuario y les deseamos suerte, abrazando a nuestros amigos, los cuales agradecieron el gesto y nos devolvieron los abrazos felices y nerviosos a partes iguales. Una vez el partido comenzó, todos estábamos muy nerviosos. Después de lo que Pedri me había explicado, sabía que era muy importante conseguir la victoria, y que iban a luchar por ella como los que más. Cosa que noté, cuando el primer gol de Ansu hizo su presencia en el minuto 23. 

El estadio gritó, se levantó y aplaudió feliz, nosotras como las que más. Nos abrazamos las cuatro muy contentas, todas sabíamos que era muy importante para ellos. 

Yo aún no me sentía muy bien, y con el paso del tiempo, empecé a notar unos sudores fríos por la espalda que no me gustaban nada, pero no iba a decir nada a nadie, estábamos muy concentradas con el partido. 

Cuando acabó, dando la victoria a nuestros chicos, con el único gol de Ansu, nos levantamos muy felices a aplaudir y a gritar, nos sentíamos orgullosas. Después de más de media hora allí, esperando a que saliera toda la gente, nos dirigimos a la zona de vestuarios para verles. Bajando comencé a ver borroso mientras todo me daba vueltas, tal como me había pasado esa mañana, paré e intenté sujetarme del brazo de alguna de mis compañeras para estabilizarme, pero no me dio tiempo, cuando sentí como caía al suelo desplomada y perdía la conciencia. 


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