33. Vas a hacerles daño.

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El día de reyes fuimos a cenar con la familia de Gavi en Sevilla. Yo aún no conocía ni a sus padres, solo a su hermana y Javi, el novio de ella, quien era super amable y me caía genial. No quería imaginar como iba a ser todo cuando les contaremos que iban a ser abuelos y tíos, por que sí, había llegado el día, no queríamos ocultárselo más. 

El camino a Sevilla había sido algo pesado, aunque yo me quedé dormida nada más sentarme en el avión, viajamos los tres juntos. Decidimos ir en avión porque era más cómodo y más rápido, aunque Pablo y su preocupación por mi embarazo no me dejaban ni un segundo sola. Estaba más preocupado él que yo. 

Cuando llegamos a Sevilla, un Javi sonriente estaba allí esperándonos, a lo que Aurora se lanzó encima de él feliz y le besó. 

-Y luego nos dicen a nosotros...-dijo Pablo mirándoles, yo reí. 

-Cállate bicho-soltó su hermana.

Javi y yo nos miramos y nos echamos a reír al ver las miradas que se dedicaban los hermanos. Le saludamos y nos fuimos a casa de mi novio. Yo estaba muy nerviosa, no sabía como les iba a caer, además, no iban a conocerme solo a mi, en parte íbamos dos, y era una noticia algo fuerte de asimilar el mismo día que conoces en persona a tu nuera, porque habíamos hablado varias veces por videollamada y sabía lo increíbles que eran sus padres, pero no era lo mismo. 

-Amor, quiero contárselo a mis padres, Aurora y Javi antes de que llegue toda mi familia, ¿vale?-yo asentí, estaba completamente de acuerdo con él. 

Cuando llegamos a su casa, su madre nos recibió felices, y a mí me dio un abrazo como si me conociera de toda la vida, a lo que yo lo devolví emocionada. 

-Cuidado mamá, que estás apretando mucho y vas a hacerles daño-dijo mi novio intentando separarme un poco de su madre. En ese momento me quedé blanca. Había hablado en plural. No acabábamos de llegar muy bien y ya estaba Pablo liándola. Su madre le miró levantando una ceja y él cambió corriendo de tema diciendo que tenía frio y quería cambiarse de ropa. 

Me cogió de la mano y subió a su cuarto corriendo. Su padre había salido a comprar unas cosas que faltaban para la cena, por lo que aún no le había visto. 

-La he cagado-dijo pasando su mano por el pelo.

-Un poco sí-reí y me miró mal-Amor no pasa nada, ahora cuando venga tu padre lo decimos y ya. Total, no creo que podamos ocultarlo mucho más rato después de lo que dijiste. Menos mal que no escuchó tu hermana. 

Al poco rato volvimos a bajar y nos encontramos con una estampa de lo más graciosa en el salón. Estaban la madre y la hermana de Pablo sentadas en un sofá hablando y gesticulando un montón, Javi en otro mirándolas asustado y el padre más o menos parecido. Todos nos miraron cuando bajamos y su padre vino a conocerme. Era una persona adorable. No nos dejaron hablar mucho, cuando su madre se dirigió a él.

-A ver, sentaos todos. Tú-dijo señalando a mi novio-ya puedes empezar a hablar-intentó mantenerse sería, pero le dio por reírse al final. 

Todos la miramos sorprendida. Aurora y Javi no entendían nada, y Pablo padre estaba con el ceño fruncido muy perdido también. Mi novio me miró y asentí. En ese momento se acercó a mi, soltó aire y nos levantamos. Yo estaba muy nerviosa, pero creo que mi novio lo estaba más. Cogí su mano en señal de apoyo y comenzó a hablar. 

-Quería preparar algo bonito, pero tengo la lengua muy larga y se me ha escapado algo antes-dijo mirando a su madre y rió. En ese momento, ella se levantó de golpe y abrió mucho los ojos, como confirmando lo que ya sospechaba-Sabemos que es pronto, pero todo llega cuando tiene que llegar. Claudia y yo vamos a ser padres-se dirigió a mi tripa y sonrió con lágrimas en los ojos-Está embarazada. 

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