La alarma sonó algo menos de una hora después, cosa que maldije. Joder, estuve más de dos horas despierta con Gavi, aunque tampoco puedo decir que fuera tiempo perdido. Me dirigí a la habitación de Pedri, el cual también estaba despierto, porque tenían entreno a las ocho, la misma hora a la que yo entraba a trabajar. Por ende, su compañero tenía que estarlo también.
-Buenos días.-grité tirándome sobre mi amigo, a lo que este se quejó.
-Te veo de buen humor para ser lunes.-rió-
Bajamos a la cocina a comer. Estuvimos algo más de cinco minutos solos, cuando Gavi entró en la misma sala en la que estábamos, diciendo un escueto "buenos días".
-Uy, alguien ha dormido mal.-dijo Pedri mirando a su amigo, a lo que yo me quedé callada intentando no reír-
-Que va, he dormido poco, que es diferente.-contestó él mirándome de manera disimulada.
-¿Mala noche?-volvió a hablar el pelinegro. La conversación peligraba, y no sabía cómo iba a acabar. Yo solo podía mirar a Gavi con miedo.
-No exactamente, pero dormí poco.-respondió queriendo cerrar el tema.
Por suerte acabó ahí, y después de desayunar, subí a cambiarme, cuando alguien se coló en mi habitación.
-¿Qué haces aquí?.-pregunté viendo delante de mí al mismo que me había hecho perder la cordura horas atrás-
-Esta es mi casa, por si no te acuerdas.-rió.-Venía a darte los buenos días simplemente, ya que abajo no he podido.
Se acercó a mi y depositó un beso en la comisura de mis labios de manera lenta, mientras yo fruncí el ceño.
-¿Qué pasa?.-me miró vacilón.-¿Te ha comido la lengua el gato?
-No, el gato justamente no.-le miré, a lo que él reía.-Anda, vámonos, que vamos a llegar tarde los dos, tú al entrenamiento y yo al trabajo.
-¿Dónde trabajas?.-preguntó interesado-
-En las oficinas de la revista "Factoría", soy la fotógrafa.
Me miró y rió.-interesante.-
No estaba entendiendo nada, pero ahí acabó la conversación. Salió de la habitación mientras escuchamos como Pedri bajaba al garaje para sacar el coche. Yo fui a la entrada, escuchando como Gavi me seguía.
-¿No me das un beso de despedida?.-me miró-
-No.-callé- ¿Ahora quién es el que pide besos a quién?-contesté sin más, a lo que él volvió a reír y yo terminé de irme-
El día pasó sin mayores complicaciones. Cuando llegué a casa me fui directa a la ducha, pensando en lo que había pasado la noche anterior. No se en qué momento habíamos acabado follando en el salón de su casa, cuando no habíamos dirigido más de cuatro palabras seguidas el uno al otro.
Tampoco sabía que debía hacer en cuanto a Pedri, ¿tendría que contárselo?, ¿debería callarme?. Al final no quería que hubiera tampoco mal rollo entre Gavi y yo, y que alguien se enterara podía ser un detonante para ello.
Al día siguiente me desperté algo cansada. Decidí maquillarme para ir a la oficina, nadie merecía ver mis ojeras en su esplendor. Me puse un vestido rosa que me llegaba un poco más arriba de las rodillas aprovechando que aún hacía bastante calor.
Después del café de media mañana, el cual hoy me tomé con Aurora, nos dirigimos a nuestra oficina de vuelta, cuando a ella le sonó el móvil.
**¿Sí?, Pablo, ¿qué haces aquí?.-quedó callada esperando respuesta.-Ya voy pesado.**
-Perdona, era mi hermano, que vino a verme. Ahora vuelvo.-se dirigió hacia mi, a lo que yo asentí.
Tras algo más de quince minutos, en los que yo había aprovechado para organizar las sesiones de la semana en el ordenador, escuché la puerta abrirse.
-Aurora, ¿tú tienes mañana también la sesión de...-me quedé callada cuando levanté la cabeza y delante de mi no estaba Aurora.-¿qué haces tú aquí?.-pregunté mirándole sorprendida.
-Ya veo lo mucho que me echaste de menos.-rió irónico.-
-Gavi, nos vimos literalmente ayer. Pero no me has respondido, ¿qué haces aquí y como has entrado?
Justo cuando iba a responder, entró Aurora.
-Oh vaya, ya veo que conociste a mi hermano.-¿cómo?.-Clau, te presento a Pablo.
-Gavi.-dijo él mismo mirando a su hermana.
-Si bueno, Gavi.-rió ella.
Yo estaba en blanco en ese momento, pero más aún me quedé cuando él se acercó para saludarme y darme dos besos.
-Gavi, espera un momento aquí, porfa, que tengo que ir a preguntar una cosa a Virginia.-dijo ella mientras salía de la oficina.
Yo seguía sin reaccionar. No podía creerme que Gavi fuera hermano de Aurora, eran tan diferentes que asustaba. Aunque pensándolo bien, quizás si se parecían en algo, ambos eran muy guapos.
-Así es que Pablo, ¿no?.-dije mirándole fijamente.
-Si bueno, pero nadie me llama nunca así, soy Gavi hasta para mi familia ya, estoy más que acostumbrado.-dijo subiendo los hombros.-No sabía que eras compañera de mi hermana-rió.
-Eres un mentiroso, ayer te dije que trabajaba aquí.
-¿Sorpresa?.-levantó las manos acercándose a mi.-Me apetece que nos veamos.-susurró.-
-Me estás viendo ahora, ¿no te sirve?.-dije intentando alejarme un poco. Su cercanía me ponía nerviosa, por mucho que quisiera evitarlo.
-Mmm, para lo que quiero hacerte creo que no, la verdad.-dijo sin pestañear. Yo tragué fuerte, a lo que él rió.-Bonito vestido, aunque me apetece más verte sin él.
-Para ahora mismo. No puedes presentarte en mi oficina y decirme esto.-le miré. Este chico no tenía vergüenza ninguna, de verdad.-
-Dame tu número de teléfono.-pidió- así podremos quedar sin que yo tenga que venir aquí a sacarte.
Reí ante sus ocurrencias y le di mi teléfono móvil. Sabía que si no se lo daba, lo podría conseguir por su hermana o por Pedri, aunque a ver cómo le explicaba a ambos que lo quería.
-Gracias guapa, me voy ya. Dile a mi hermana que me tuve que ir de urgencia.-se acercó para darme otro beso en la comisura de los labios.-Tu y yo nos veremos pronto.-guiñó un ojo y se fue.
Suspiré tranquila cuando se fue. Esto no podía estar pasando. Gavi y yo no nos conocíamos absolutamente de nada, y no podía presentarse aquí tan tranquilo, decirme eso e irse.
Además, ¿cómo iba a actuar cuando estuviéramos todos juntos? si cada vez que le veía mis piernas temblaban solas. Tenía que hablar con él o fingir muy bien delante de los chicos, a los cuales estaba comenzando a considerar mis amigos.
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Volver a ti
Romansa¿En qué momento Claudia decidió mudarse a Barcelona persiguiendo su sueño? Es algo que ella aún se pregunta. A veces la vida tiene planes para nosotros que, nunca habríamos imaginado. Claudia Fernández es una chica de 21 años, nacida y criada en Sit...