Sharon.
La parte más difícil de hacer un cambio y partir a otro país es el desprendimiento de la familia y aunque una parte de mí se siente al fin liberada otra no puede evitar preocuparse por el alejamiento, se que es necesario pero es inevitable sentir melancolía en la despedida.
Con forme me despido de mis padres y de mi hermana la incertidumbre de saber que todo estará bien con ellos me invade, se que nadie enseño a mis padres a ser padres y que en el proceso cometieron errores, no los culpo, pero llegó el momento de hacer mi propia vida de independizarme y demostrar que sola puedo también, quiero sentirme realizada y ser un orgullo para ellos, es por eso que debo enfrentar lo que venga y aprender sobre todo aprender.
Desde que mis amigas me propusieron ir a México a vivir con ellas, supe que era la oportunidad perfecta y la mejor salida, por supuesto fue una dura noticia de dar, pero creo que también la más correcta con la oportunidad de comenzar a vivir de cero, de desarrollar mi carrera universitaria en un nuevo país y con nuevo estilo de vida.
No se puede expresar con exactitud toda la ola de sentimientos que tengo dentro de mí, nerviosismo, melancolía, alegría, paz, solo es poco de lo mucho que siento, tengo grandes expectativas y espero que cada una se cumpla después de todo la vida pone a cada persona en el lugar que debe estar y viendo las nubes a través de la ventana de avión me doy cuenta que Los Ángeles a quedado atrás y ahora he llegado a una nueva vida.
>>Señores pasajeros, bienvenidos al aeropuerto de Bellavista Por favor, permanezcan sentados, y con el cinturón de seguridad abrochado hasta que el avión haya parado completamente los motores >>
Tan pronto escucho al piloto anunciar la llegada, mi corazón se acelera mezclándose con una sensación de cosquilleo intenso en mi vientre << por fin he llegado >>. El aterrizaje fue perfecto, el clima templado y la belleza de la ciudad comenzaba hacerse notar desde el segundo uno de pisar el suelo.
Salgo hasta la puerta principal esperando por mi amiga Lexie quien se abría ofrecido a pasar por mí, frente a mí una fila de taxis llevan y traen gente pues el flujo de viajeros es abundante por la temporada vacacional.
Decido sentarme a esperar, pero luego de unos minutos mi sonrisa se borra paulatinamente al atender la llamada de mi amiga en la cual me informa que no podrá llegar, la sangre se me sube a la cabeza mientras la escucho darme indicaciones de cómo llegar a la casa por mi cuenta, << esto no podría salir peor >> y es que nunca había salido sola a viajar ahora tener que recorrer toda la ciudad en taxi, definitivamente mis piernas se han hecho gelatina.
Intento contener mí nerviosismo respirando profundo y finalmente tomo mis maletas subiendo al taxi, lo que más miedo me da es perderme y no intento exagerar, pero después de 19 años de sobreprotección departe de mis padres es normal temerle a cosas tan simples y cotidianas, en fin solo me queda sacudir mis pensamientos para disfrutar un poco de lo que me pasa, ya en marcha me doy cuenta que no es tan malo pues en realidad disfruto de las vistas, es una ciudad bella y la descripción que me dieron mis amigas se quedó corta a la realidad.
—Bueno señorita hemos llegado — dice el taxista, acto seguido baja del auto.
Emocionada bajo del taxi echando un vistazo a mi alrededor, pero entonces algo pasa, me doy cuenta que el lugar es muy diferente al que me habían descrito mis amigas por lo que los nervios regresan.
—Amm disculpe... — me dirijo al taxista con un tono de voz nerviosa —, ¿Es el lugar correcto?
—Estamos en el lugar que me indicó "punta diamante" — contesta seguro y poco amable colocando el equipaje sobre la banqueta.
—Oh bueno, es que me dijeron que era una zona residencial y aquí solo hay edificios — sonrío nerviosa y le entrego un billete.
—Por ahí hubiera comenzado señorita — ríe un tanto burlesco —, esta es la zona comercial, el conjunto residencial está justo detrás — me entrega el cambio.
—¿Pero sí es el lugar correcto? — insisto preocupada — mire no soy de aquí por tanto no se.
—Claro que es el lugar correcto, solo tiene que subir esas escaleras, pasar el centro comercial y llegará a la zona que va — explica apresurado mientras abre la puerta del auto.
—Y podría llevarme al lug...
El hombre arranca el auto dejándome con la palabra en la boca y 5 maletas a la orilla de la calle.
<< y creo que no puede >> reniego para mí misma.
Con dificultad llego hasta la orilla de las escaleras y exhausta me tumbó sobre el borde será imposible subir con todas estas maletas, mi estrés comienza a crecer pero es interrumpido por una llamada de Lexie avisándome que no tardaría en llegar, no me atrevo a decirle de mi error pues no quería que desde el día uno pensaran que soy una carga o una molestia antes prefería subir de una en una cada maleta.
—¿Necesitas ayuda?
Escucho una voz masculina detrás de mí...
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Chasing Happiness
FanfictionUn cambio puede mover toda una vida, ¿Podría acabar con el odio y el amor?