Por qué me siento de esta forma si la decisión que tomé fue la correcta, como es que no puedo sacar de mi mente su imagen, es está necesidad de buscarla la que me tiene ansioso y ne me deja pensar en nada más.
<< Tal vez deba ir a la fiesta de Dianna, Sharon asistirá y me gustaría saber de ella o al menos verla desde lejos >>
No lo pienso más y me cambio apresuradamente tomando la invitación para ir directo a la fiesta, al llegar veo un tumulto de personas entrando y saliendo por lo que escaneo el lugar en busca de ella, sin tener mucho éxito me dirijo hacía donde está Dianna para felicitarla y así mismo aprovechar para preguntar por las chicas, me indica una zona del jardín y camino en esa dirección, pero es entonces que una escena detiene mi paso de golpe al ver que Joseph la lleva de la mano.
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De un segundo a otro todo cambia en mí, mi cuerpo tiembla de impotencia, mi corazón se acelera e impotente salgo tras ellos, ni siquiera puedo definir como me siento, pero puedo decir que al segundo de escucharla decir "Joe no puedo" mi sangre hierve completamente y mi pensamiento se nubla, es ese momento en el que la adrenalina gana y absolutamente nada más importa.
—¡TE DIJO QUE NO IDIOTA! — Exclamó con rabia y lo empujo con suficiente fuerza haciéndolo tambalear.
En los ojos de Sharon puedo observar la preocupación mientras Joseph ríe como si le hubieran contado el mejor chiste de su vida.
—¡Vaya, pero mira quien llegó! — burlesco contesta Joseph, acercándose a mí — Romeo llegó por su princesa.
—Sharon mejor vete de aquí — le indico firme mientras la paso detrás de mí.
Sabía que está vez las cosas acabarían diferente pues yo no le iba a permitir otra falta de respeto y él debido a su estado alcohólico tampoco se iba a controlar.
—No Nick, no es lo que piensas — me dice ella supongo para suavizar las cosas.
—No, déjalo princesa, estuvo esperando mucho años por este momento la excusa perfecta ¿no es así? — me encara Joe —, mueres por romperme la cara — ríe cínicamente.
Verlo disfrutar de la situación hace que la sangre me hierva aún más, es increíble que esté problema de años entre él y yo llegue hasta aquí y termine de esta forma.
—Anda pégame, tírame un golpe — me reta sin temor acercándose todavía más a mí — ¿o sigues siendo igual de cobarde que antes?
