55 PERDÍ.

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NICK

Mi deuda por fin está saldada y oficialmente ya no hay nada que me impida ser feliz con Sharon, estuve esperando segundo a segundo este momento que la felicidad no me cabe en el pecho, me siento libre, siento que puedo hacerlo todo, serlo todo y ninguna cantidad de dinero podria cambiar este sentimiento.

Por supuesto no pienso esperar ni un segundo más para darle la noticia a Sharon por lo que preparar una velada especial y romántica para los dos es todo lo que quiero para esta noche, me muevo a conseguir un delicioso banquete, así como velas, un ramo de rosas y por supuesto un buen vino, todo digno de ella.

—Bonita noche, Sharon — le digo con una gran sonrisa.

La sorprendo afuera de su casa tirando una bolsa de basura en el contenedor y como no me esperaba llegar da un brinco sobresaltada al escucharme.

—¡Nick, Por Dios me asustaste! — se toca el pecho.

—Perdoname no quise hacerlo — le digo divertido —, es solo que te ví y quise saludarte.

—No te preocupes, creo que el corazón se me detuvo por 5 segundos pero todo bien — bromea sonriente —, ¿Como estás?

—Estoy... ¡Estoy realmente bien! — suelto un suspiro lleno de paz.

—Se te nota, tienes un semblante muy distinto.

—Sí, es que me han pasado muchísimas cosas y bueno... Quería contarte — me recargo en la pared — venía a buscarte por eso.

—¿Enserio? Pues adelante dime — sonríe amistosamente.

—Pero aquí no, ¿Que te parece si te invito a cenar a mi casa? — propongo animado llevando mis manos a los bolsillos del pantalón.

—¿Ahora? — cuestiona y arquea la ceja.

—Claro ¿Por qué no? — sonrío.

—Es que, mírame... Estoy en pijama — suelta una risa.

—Y así estás perfecta — la miro de arriba abajo y suspiro.

Ella se sonroja e inclina el rostro tocando nerviosa un mechón de su cabello.

—Anda vamos, no me desprecies esta invitación — la tomo de la mano.

No me dice nada pero asiente con una sonrisa y entonces nos dirigimos a casa, llegamos a la puerta sin poder ver nada pues me aseguré de apagar las luces antes de salir, quería sorprenderla.

—¿Acaso te cortaron la luz? — me pregunta señalando mi casa.

Suelto una risa e introduzco la llave para abrir la puerta.

—Acertaste, te traje para que me ayudes a arreglarla — bromeo del mismo modo que ella —, veo que te haz vuelto más cómica.

—Tal vez... — suelta una risilla.

Finalmente abro la puerta dejándole el paso libre para que entre primero, accede y la sigo, por supuesto su rostro muestra sorpresa al segundo de entrar y ver todo lo que he preparado para ella.

—¿Que significa esto? — me mira sorprendida.

—¿Te gusta? — cuestiono y me paro a su lado.

—Por supuesto, pero ¿Por qué?

—Te lo explicaré, pero primero vamos a sentarnos y a brindar — la tomo de la mano llevándola hasta la mesa adornada con velas.

—Te lo explicaré, pero primero vamos a sentarnos y a brindar — la tomo de la mano llevándola hasta la mesa adornada con velas

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