Siento que cada vez más pierdo el control de mí y empujo lo más fuerte que puedo a Kevin, sin mirar salgo del lugar pues no puedo controlar todos los pensamientos que están atravesando mi mente, la sangre me hierve como nunca antes, mi corazón se acelera hasta sentir que podría llegar a salir de mi pecho, mis ojos arden y mis manos tiemblan.
Salgo del fraccionamiento con rumbo desconocido, apago el celular y solo camino, ahora no puedo ni quiero hablar con nadie, después de una larga pero larga caminata me detengo en una plaza pública en un lugar desconocido para mí y me siento.
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El lugar ya está vacío pues la hora marca las 12:00 AM, el silencio está presente, solo el sonido del viento sobre los árboles me acompaña, a lo lejos uno que otro carro pasa y la luna brilla sobre mí.
Prendo un cigarrillo y aspiro el humo echando mi cabeza atrás entonces la tensión se libera, relajo mis músculos pero mis manos no dejan de temblar, una sensación de escalofrío recorre mi cuerpo, estoy solo.
<< No pensé que podría llegar a odiar a alguien más de lo que odio a Nicholas, ella estaba superando cualquier sentimiento que alguna vez pude imaginar, detesto que su imagen venga a mí una y otra vez, la repudio con el alma, me doy asco también por haber intentado ser amable de haberlo sabido la hubiera dejado sola desde el inicio, que idiota soy >>
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La haré pagar de uno u otro modo lo que ah hecho, está vez la historia será diferente, voy a tomar venganza y ella pagará por lo que hizo y el imbécil de su novio también, basta de que se burlen en mi cara, basta de tener piedad, los voy hacer pedazos >>
Me he hundido tanto en mis pensamientos que ni siquiera quiera me he dado cuenta que el sol ha empezado a salir, pasé la noche entera aquí y ahora siento mi cabeza estallar en dolor, mis ojos estan irritados, mi boca seca, a mis pies un montón de ceniza de cigarro y mi cuerpo debilitado.
Es hora de volver a casa; con un severo sobreesfuerzo llegó al fraccionamiento y después a mi departamento, fuera de el se encuentran mis amigos y hermano quienes al verme llegar rápido se me acercan.
—¿Donde estabas Joe? — me escanea de pies a cabeza Kevin - nos dejaste muy preocupados.
—Preocupados — repito y sonrío irónico —, pues fui a distraerme, ¿o qué? ¿Querían que me quedara y me volviera loco en este patético lugar?
—Tenemos que hablar — me dice en tono serio Kevin.
—No tengo ganas y menos si vienes a hablarme de esa niña estúpida — escupo con rabia — es más a partir de hoy está prohibido mencionarla — los miro a todos — a mí no me va a dar lástima correr a quien sea de la banda incluyendote hermano — miro en dirección a Kevin.
—No puedo creer hasta dónde está llegando tú rencor — indignado contesta.
—Ni creerás hasta dónde va a llegar, no soy el idiota de nadie y a quien no le guste se puede ir — le digo con total seguridad.
Kevin hace un gesto de desaprobación y sin decir nada se da la vuelta y se va.
—Ya saben como está la cosa — me refiero a los demás — y vayanse que no estoy de humor es más, los ensayos están cancelados por tiempo indefinido.
Los chicos no me contradicen, simplemente se despiden y se van, comienzo a abrir la puerta cuando me percato de la presencia de Damián, él no se ah ido.
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—¿Que no piensas irte? — le digo malhumorado.
—De sobra sabes que no soy como ellos — me dice seguro.
Poco interés pongo a su presencia y entro al departamento, el entra detrás de mi cerrando la puerta.
—Solo mira que cara traes — me dice — haré café para los dos, que lo necesitamos.
No respondo pero tampoco lo niego, me tumbo sobre el sofá echando mi cabeza atrás, exhaló profundamente y cierro por un momento los ojos.
—No te quedarás de brazos cruzados ¿cierto? — me dice Damián mientras coloca la taza de café en la mesa.
—Por supuesto que no — digo firme — ella va a pagar lo que hizo.
—Se lo merece — dice y da un sorbo al café —, sabes qué cuentas con mi ayuda y me alegra que por fin vayas a tomar cartas en el asunto.
—Es que me cansé que niños como ella y el imbécil de Nicholas quieran tratar de pasarse de listos - aprieto el puño con fuerza.
—Son idiotas, pero dime ¿Haz pensado en algo? — me observa atento.
—No, pero lo tengo clarísimo y lo que sea que haga será lo suficientemente bueno para hacerla llorar de verdad y arrepentirse, ella no me va a olvidar tan fácil, no creas que lo voy a permitir — sonrío de forma maligna.
—¿Sabes que medio mundo se te va a ir encima?
—Eso no me importa, por verla llorar y arrepentirse yo haría lo que sea — trueno los dedos de mis manos —, solo dame tiempo y algo haré, te lo aseguro.
