65 DE VUELTA.

44 3 2
                                    

JOE.

El momento de volver a la realidad despues de pasar el fin de semana más bonito y pacifico de mi vida ah llegado y por supuesto tanto Sharon como yo nos sentíamos algo nostálgicos al dejar atrás aquel bello pueblo que fue testigo de nuestro amor en completa libertad, las cosas han cambiado significativamente entre los dos y es momento de que todo el mundo a nuestro alrededor lo sepa.

Llegamos a la ciudad alrededor de las 5 de la tarde agotados por el viaje, pero satisfechos por la experiencia, Sharon no dejó de abrazarme durante todo el trayecto y yo por supuesto no dejaba de verla y elogiarla pues el brillo que reflejaban sus ojos era él más bello que habría visto en mi vida.

-Hemos llegado señorita - le digo mientras aparco la camioneta frente a su casa -, ¿Segura que no quieres que entre contigo a hablar con Maddy y Lexie?

-Sí segura, lo mejor será que les explique primero, sabes cómo son y no quiero que vayan a hacer un comentario o gesto extraño que pueda incomodarte - me dice e inclina el rostro.

-Estando contigo no existe nada que me pueda incomodar - la tomo de la barbilla volviendo alzar su rostro -, contigo soy mucho más fuerte y tú me brindas mucha calma, tanta que aquel Joe impulsivo no existe más.

Me acerco lentamente sintiendo como se escapan varios suspiros de su ser, mi corazón se acelera y plantó un largo y cálido beso en sus labios, todo es tan dulce y genuino que me provoca una ternura inmensa, es Sharon la única mujer que me ah traído hasta este punto tan malditamente perfecto.

Nos despedimos con un par de besos más y baja de la camioneta para entrar a casa, yo por supuesto me dirijo a mi departamento donde apenas llegó me encuentro con Damián en la entrada quien con una sonrisa y extraño comportamiento me ayuda con la mochila que cargaba.

-¡Bienvenido a casa! - palmea mi espalda y se sienta en la sala con una sonrisa.

-Gracias, de verdad estoy agotado - me tumbó también en el sillón estirando lo más que pudo los pies.

-Me imagino, no debió ser nada fácil para tí - se echa a reír de forma burlesca -, pero a ver ya cuenta ¿Que pasó? ¿Te tiraste por fin a la princesita? ¿Ya está a tus piés? ¡Necesito saber todo con lujo de detalle!

Escuchar las palabras de Damián me hace sentir como si un balde de agua helada cayera sobre mi espalda << ¡Pero que idiota soy! >> Hasta el momento él sigue creyendo que intento vengarme de Sharon y que el plan sigue en pie, ¿Que diablos hago ahora?

-Ammm.

-Vamos Joe - palmea nuevamente mi espalda -, no te guardes los detalles que también quiero gozar de su caída - sonríe maliciosamente.

-Damián yo...

<< ¡Piensa rápido Joe! Si le digo que estoy enamorado de ella posiblemente no me crea y vuelva a sacarme el tema del estúpido Nicholas, pero si no lo digo tengo que fingir y soportar todos los comentarios de la venganza hacía ella >>

-¿Qué pasa? Joe - me mira con una ceja arqueada.

-Yo... - respiro hondo y suelto -, le pedí oficialmente que fuera mi novia y acepto.

-¡QUE! ¿Es enserio? ¡Viejo eso es una excelente noticia! - se levanta animado -, ahora solo hay que pensar la manera perfecta de dejarla en ridículo y romper su patético corazón, yo había pensado que tal vez podría ser en dos semanas para aprovechar el...

-¡Espera! - lo interrumpo -, no creo que deba ser tan pronto - me levanto de mi asiento también -, acabo de empezar con ella y sería muy obvio terminar en dos semanas, creo que no es lo apropiado - inclino el rostro con pesar.

-Bueno en eso tienes razón, no queremos que quede como la víctima - cruza los brazos pensativo -, entonces lo mejor será que esperemos un poco más y que sigas fingiendo amarla y bla bla bla, además de esa forma ella va a enamorarse aún más de tí y el golpe será mas duro - suelta una risa bastante burlona.

-Yo solo quiero que acabe - suspiro e inclino brevemente el rostro -, por favor evitemos seguir hablando de todo esto lo más que se pueda, no quiero que nada lo eche a perder ¿De acuerdo?

-Claro, tienes mi palabra - sonríe.

Después de aquella charla con Damián me dispongo a salir a caminar por la noche, tengo mucho en que pensar y mi mente está hecha un lío con todo el asunto de la estúpida venganza a la cual nunca debí haber accedido, lo único que me queda es darle tiempo al tiempo y tratar de acomodar todo hasta poder decir la verdad sobre mis sentimientos hacía Sharon, porque es un hecho que no la quiero perder.

La noche está especialmente tranquila, mi caminata se extiende hasta los límites del recidencial disfrutando del fresco viento y mi cigarrillo solo yo con mis pensamientos, son tantas cosas que siento que podría recorrer la ciudad entera caminando, levanto la vista el cielo contemplando las estrellas y recordando con una sonrisa mis momentos junto a Sharon cuando una voz me hace salir rápidamente de ellos.

-Joseph - escucho a mi espalda.

Me giro un poco sobresaltado y veo a Nicholas acercase, aquí viene otro problema más.

Me giro un poco sobresaltado y veo a Nicholas acercase, aquí viene otro problema más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Escucha si vines a pelear algo o advertirme de una vez te digo que...

-No vengo a pelar Joe - responde Nicholas con un tono serio -, solo vengo a decirte que ya sé que estás con Sharon y que no pienso hacer nada para afectar su relación, lo único que quiero es que ella esté bien y si tú puedes darle esa tranquilidad, entonces lo acepto y me haré a un lado.

Mis ojos se abren como plato ante aquellas palabras y me doy cuenta que verdaderamente la ama y le importa su bienestar ante cualquier cosa.

-Sharon estará bien porque yo me voy a encargar de que así sea, no tengo porque demostrarle nada a nadie, pero tú mejor que nadie sabes que cuando amo lo hago enserio y me entrego sin temor.

-Lo sé - asiente ligeramente -, si en verdad la amas entonces hazla feliz porque no sabes cuanto me está costando soltarla y dejarla en tus brazos, nuevamente tienes más suerte que yo y espero de verdad valores lo que tienes porqué te juro que es un gran tesoro.

Con palabras entre cortadas y un claro nudo en la garganta me dice aquellas palabras para finalizar con una melancólica sonrisa y retirándose en medio de las sobras de la noche, después de tantos años una plática entre él y yo no acabo en insultos y eso me hace recordar por breves segundos lo bueno que era platicar con él de temas importantes.

Chasing HappinessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora