The Last Time (C.L)

Prólogo

Recuerdo que la familia Leclerc venía a cenar al menos una vez al mes desde que nos mudamos a Mónaco.

Nuestros padres eran amigos de toda la vida, nos habíamos mudado de Londres cuándo yo tenía once, por lo cuál la mayor parte de mi adolescencia la había vivido aquí.

Creo que de los tres hermanos Leclerc nunca me imaginé terminar en está situación con uno de ellos, en especial con Charles.

Mi relación con él nunca había sido muy unida cómo la amistad que había formado con mis hermanos.

Pero a pesar de todo creo que Charles era mi soporte y mi mejor amigo cuándo más lo llegaba a necesitar.

-¿Está todo bien?

-Creo que este vestido es muy ajustado- murmuré viéndome en el espejo.

-Yo creo que te ves bien- dijo mamá sonriendo a través del espejo.

Está cena era especial, o eso era lo que todos mencionaban. ¿Qué estábamos celebrando? No tenía idea, pero seguramente el ascenso de mi hermano o quizá que Arthur entró a la academia de Ferrari.

-Han llegado- se escuchó que gritaron desde la planta baja.

Mamá soltó una risa divertida y salió con rapidez. Baje a paso despacio, los brazos de Pascale me rodearon cuando entre en su campo de visión.

-Estas muy linda está noche, ¿No es así?- preguntó viendo a sus hijos.

-Lindas piernas, Lissie.

-Arthur- reprendió su madre.

-Lo siento, lindo vestido- me acerque a él y le di dos besos en su mejilla.

-Otro chico Ferrari, ¿También te obligarán a usar el escudo en toda tu ropa?

El chico rodó sus ojos- Creo que mi hermano es el que usa el escudo hasta en sus calzoncillos.

Ambos nos reímos.

-¡Charles!- William mi hermano menor se aventó hacia el nombrado.

Saludé a Lorenzo y a su novia, Henry mi hermano mayor saludo a ambos hermanos por lo que trate de safar a William del torso de Charles.

-Creí que no se separaría- dije dándole una mirada a William- ¿Cómo has estado? Escuché que las últimas carreras no fueron buenas.

-Es cuestión del auto, ya sabes- rascó su barbilla- ¿Y la universidad?

-Bueno va bien, estoy de vacaciones pero regresaré en Septiembre- Charles asintió desganado.

Su mirada me recorrió de pies a cabeza, le miré mal cuándo comenzó a reírse.

-¿Quién te ha escogido ese vestido?- miré mi atuendo.

-¿Se ve mal?- pregunté en voz baja- Seré honesta contigo, mamá ha insistido en que lo use hoy, creo que es muy... no lo sé, un poco exagerado para mi.

-Te ves bien- comentó y se marchó de ahí.

De todas las cenas que habíamos tenido, creo que está fue el comienzo del distanciamiento entre Charles y yo.

Aún recuerdo las risas de Arthur y William, la conversación entre mi madre y Pascale, como Henry y Lorenzo cuchicheaban entre sí.

Pero quizá lo que más me dolió de aquella noche fue ver la mirada sin brillo de Charles cuándo se arrodilló inesperadamente frente a mi.

-Eloise Myriel Bermont, ¿Te casarías conmigo?

Mi padre quién parecía estar presionando un arma en la espada de Charles nos miraba impacientes.