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Me saque los tacones en cuanto entre a mi auto, estiré mi mano al asiento trasero y tome mis tenis.

Me tomé unos minutos, mis dedos seguían temblando un poco. No sabía si era por la cafeína en mi sistema o por haber estado trazando desde que llegué a la oficina.

Le dí un trago a mi agua y me saque la coleta, me mire en el espejo. Mis ojeras se marcaban incluso con el maquillaje puesto.

Bufé y terminé por conducir sin mi calzado. Moría de hambre y de sueño, saludé a los de seguridad y subí al ascensor.

Las voces se escuchaban desde afuera del departamento, tomé una larga respiración antes de tocar la puerta.

Charles abrió está con rapidez- Gracias al cielo que has llegado- dijo tomando mi mano.

Miré a la cocina, William y Arthur estaban discutiendo en francés. Suspiré.

-¿Qué ocurrió?

-William cocinó pollo- respondió Charles.

Solté su mano y fuí a la cocina, las cacerolas tenían buena pinta. Tomé un plato y me serví un poco.

Me lleve el plato a la sala, Charles aún me miraba sin comprender la situación.

-Pues no está mal- dije después de darle un bocado, tome asiento en la sala- Creo que cocina mucho mejor que yo.

-Tu es un idiot!

-C'est du poulet, mange-le!

-¡Por el amor que le tengo a Toto Wolff! Solo come un poco, no está tan mal- comente mirando a Arthur.

El menor de los Leclerc me miró con un puchero, se acercó a mi. Tomo mi plato y lo dejo en las manos de Charles.

El chico se sentó en mis piernas, paso sus dedos sobre mis mejillas.

-¿Qué se supone que está haciendo?- pregunto Charles.

-Ni idea, pero eso no es algo que se todo los días- escuché que dijo William.

-Es que yo quería hacerlo como boneless o alitas- dijo con una voz fingida.

Le dí una mirada cómplice, Arthur sonrió con malicia al notar que iba a seguir su juego.

Lo pegue más a mi- Oh, el bebé quería comer alitas- Arthur asintió aún con un puchero.

-Qué demonios, William, detenlos.

-Shh, déjame ver el espectáculo.

-Te compraré unas mañana si comes al menos una porción de la comida de William.

-No lo malcríes, Elo, ya no tiene cinco años- dijo Charles.

-No, pero yo también tengo ganas de comer alitas picantes- comenté.

-¡Ja! Punto para mi, hoy ganamos los bonitos- Arthur dejo un beso en mi mejilla antes de ponerse de pie.

-Eres un maldito.

Charles se sentó a mi lado aún sin decir una palabra, tome el plato de comida y metí otro bocado.

-Esto fue totalmente extraño, por favor no lo hagan otra vez- me reí.

Tomé un poco de comida y le dí a Charles, los ojos del chico se abrieron.

-Vaya, esto sabe delicioso.

-Lo sé- respondí- ¿A qué hora llega Henry?

-No lo sabemos, dijo que tendría una cita con Ashley.

-Lamento informarles pero mi hermano llegará pasada la media noche- miré mi reloj, aún era temprano.

Los tres cenaron, nos pusimos a ver carreras viejas. No supe en qué momento me quedé dormida, pero me desperté cuando alguien movió mi cabeza.

The Last Time (C.L)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora